PALLO
ES EL GUERRERO
DEL DIOS CATEQUIL
Danilo
Sánchez Lihón
1.
– ¡Ahora
toca!, –clamas.– ¡Ahora
toca
hondo,
y dulce, cajero! ¡Toca
fuerte
la tonada!
¡Eso es! ¡Ahí está! ¡Ahí
está!
Entonces
alzas tu espada y con paso
súbito y tendido
avanzas en el viento, el
brazo
en alto.
golpeando el cajero el
bombo
dos veces. Y
la flauta sollozando un
sonido
trémulo y
urgente. ¡Ay, corazón, cómo
sufres! Pero,
¿de qué haz de quejarte?
Por
eso, ¡mejor es
callar! ¡Y si no puedes
olvidar
entonces
baila! ¡Danza al Pallo
Mayor!,
hasta dejar
tu alma y tu sangre regada
en
el viento.
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