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lunes, 28 de diciembre de 2009

FELIZ AÑO NUEVO 2010


AÑO NUEVO,

UN MUNDO NUEVO
.


Danilo Sánchez Lihón


1

Quienes
se agachan y arreglan la bomba
de agua
del baño público, evitando que
el líquido
continúe derramándose. Quien
va
cansado pero cede su asiento,
y eso
le infunde coraje y le da ánimo.
Quien antes
de pronunciar la palabra hiriente
muerde
su lengua haciéndola sangrar;
está
comprobado: ellos no salvarán
el mundo,
aunque un brillo de esperanza
empiece
a nacer a partir de la luz de
sus ojos.

2

Quienes
confían en que todo saldrá
bien,
infunden aliento y dan ánimo
pese
a que secretamente sientan
miedo
y hasta vean que es mucho
peor
y más temible el panorama.
Quienes
ya habiendo proyectando y
haciendo
cálculos, aún no han partido
cuando
los otros ya han regresado.
Quienes
Reconocen, en la expresión
de quien
a diario los denigra y hace
daño,
un rasgo noble, ¡y aquello es
lo que más
les interesa! ¡Es lamentable
decirlo:
así no cambiarán el mundo,
aunque
también es posible dudarlo!

3

Aquéllos
que no sólo pesan y dan lo
exacto
sino que, ¡a sabiendas! se
equivocan
a favor del cliente, que a su vez
disimula
y compensa con una compra
diferente.
Estos incluso quizá ni existan,
pero es posible
imaginarlos ¡y sería hermoso
si es que tú
en ti mismo los encuentras!
Aquellos
que pierden una sinecura
con tal
de decir la verdad; los que
se quedan
sin entrar haciendo que otro
ingrese.
Quienes escogen para ellos
la fruta
que está mal a fin de que otro
hermano
encuentre y pruebe la uva
dulce.

4

Aquéllos
que en el juicio, al asociado
le dicen
la verdad: ¡que aún confían!,
pese
a que el abogado y la familia
aconsejan
rígidos aseverar lo contrario.
¡Éstos
quizá no cambien el mundo
ni lo salven
ni lo transformen un ápice!
Pero es
a partir de ellos que las calles
lucirán
tenues y frescas, tal como si
se juntaran
amorosamente la tierra con
el cielo.
Es gracias a ellos que el día
luce
hermoso, tierno, y el jardín
florece

5

Quienes
pese a haber perdido algo
muy amado,
ni huyen ni maldicen, pero
tampoco
se quedan a dejarse morir ni
a lamentarse
o llorar, los brazos cruzados.
Quienes
rescatan una pepita de oro
de un océano
de lodo. Aquéllos que no se
avienen
a despotricar de la persona
ausente,
caída en desgracia o recién
subrogada.
En definitiva, no cambiarán
el mundo,
aunque gracias a ellos alguien
se sentirá
inexplicablemente contento y
tendrá
ganas de abrazar a todos y
reconocerlos
como hermanos y hermanas.

6

¡Estos
no cambiarán el mundo que
estamos
todos obligados a cambiar!
Quienes
dañan su prestigio por estar
al lado
del ser vapuleado. Quienes
poniéndose
a favor de lo justo se juegan
íntegros,
¡y no ganan! Los que alaban
lo bello,
bueno y tierno. Y lo celebran,
pese
a ser de alguien que blande
siempre
contra ellos un puñal afilado.
¡Estos
pobres para nada salvarán
el mundo!
pero reemplazan una corona
de espinas
por otra de nardos y jazmines.

7

Quienes
hacen público que estaban
en error.
Quienes limpian una banca
a fin
que un desconocido se siente
en ella
más tarde o más temprano.
Quienes
cogen de la mano a un niño
perdido
y olvidan una cita de amor
o de negocios,
pero encuentran a la madre
desesperada.
Quienes defienden al agredido
pese a que
en ello caigan muertos, dejando
hijos pequeños.
Quienes iban por la calle y un
asaltante
arremetió contra una persona
y sin pensarlo
interpuso su brazo y su pecho
perdiendo la vida.
¡Ésos no cambiarán el mundo,
pero dan
el primer paso y lo hacen
posible!

8

Quienes
no huyen, ni piensan que
el mundo
se transforma con grandes
batallas,
sino en los actos cotidianos,
en cada
minuto y en cada ínfimo detalle.
Quienes
no suben el vidrio de su auto,
sino
lo bajan y reconocen a su hijo
en el niño
que le limpia el parabrisas. Y
es su madre
la mendiga que tiene súplicas
y solo lágrimas.
Es lamentable decirlo: todos
ellos
¡no lo modificarán siquiera un
punto!
Pero quizás hagan sonreír
en sueños
a un chiquillo que no conoce
padre
ni madre. ¡Y eso es en verdad
bastante!

9

Quienes
renuncian a un mundo hecho,
por el riesgo
de un mundo por hacer y construir.
Quienes
enderezan lo torcido y lo acomodan
derecho.
Quienes dan la mano al desposeído.
Quienes
pagan bien por mal. Los ingenuos,
los caídos.
Los que resultan siempre culpables.
Aquéllos
que ponen la palma de sus manos
entre
dos espadas. Todos ellos, es cierto
no lo salvarán
y eso definitivamente es una gran
pena
En lo que toca a mí déjenme que
al menos
lo sueñe, no importa estando yo
muy lejos,
permítanme que lo anhele desde
las altas
montañas, desde las plazas llenas
o desiertas.


10


Que en los momentos atroces
o sublimes
erija esa bandera: Mundo Nuevo,
Un pañuelo
que flamee de cumbre a cumbre,
con tu nombre
adentro, donde estén los rostros
felices
de los niños que murieron tristes,
las palabras
secretas de amor de quienes no
fueron
amados, sino expulsados de todo
donde
estén fundidas todas las fórmulas
de amor
que solo el amor dicta e inspira.
Pero es
lamentable decirlo: nada de esto
moverán
al mundo un milímetro, tal como
está. No
lo cambiarán, es cierto. Pero así
es tan hondo
y pequeño, que inventamos para
nosotros
y para todos, un Mundo Nuevo.

sábado, 12 de diciembre de 2009

INVITACION DE HONOR: Presentación de Libro Capulí; CANTAR CHUCO


Viernes 18 de Diciembre, 7 pm.



Nación CHUCO



CANTAR CHUCO


de
DANILO SÁNCHEZ LIHÓN
RESEÑA



“Cantar Chuco” de Danilo Sánchez Lihón
es endecha de gratitud a la Tierra,
a sus estremecimientos de gestante,
de adhesión a sus convulsiones de parto,
con gozo, dolor y eclosión, por el nacimiento
de un prodigio como es César Vallejo.



Es canto de adhesión a la gesta
de sus contingentes legendarios
en la defensa del bien y la dignidad,
como a la heroicidad de sus pobladores
en asumir las tareas cotidianas
con constancia, convicción y trascendencia.



Por eso: ¡Ahaylli, hermanos!
Somos Chucos!”

Ramòn Noriega



COMENTARIOS:

CARLOS CASTILLO MENDOZA

RAMÓN NORIEGA TORERO


JULIO YOVERA BALLONA


WALTER VÁSQUEZ VEJARANO


CONDUCCIÓN:

MANUEL RUIZ PAREDES

ºººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººº

Nota del Autor:

Te invito a estar presente.
Mi madre Elvira ha venido
desde Estados Unidos de América
a participar en este acto cultural.

ººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººº




ICPNA DE MIRAFLORES
Entre las avenidas Arequipa y Angamos Oeste
Miraflores - Lima, Perú.

Ingreso libre

Se agradece su gentil asistencia



viernes, 4 de diciembre de 2009

PAGINA ABIERTA VII


Desayunando juntos...pedacitos de pan del horno de mi corazón!!!


SIGNIFICADO Y

MILITANCIA DE CÉSAR

VALLEJO YNFANTES


Danilo Sánchez Lihón


“Tú y yo
sinceramente”.
César Vallejo


1. El hijo
más próximo


El poeta César Vallejo en un rapto de ternura y sentido casero, y dando respuesta a la carta que le escribiera su hermano Néstor Pablo informándole que le había nacido un hijo varón y a quien había puesto por nombre César, en recuerdo y homenaje a su hermano quien residía en ese entonces en París, desde donde respondió la carta de su hermano, le dice:

Quiero que me lo mandes porque estoy solo... Pronto formalizaré mi hogar.

Ese niño al que se aludía es César Vallejo Ynfantes a quien ahora Capulí, Vallejo y su Tierra tributa un merecido homenaje.

Es por este deseo y anhelo manifiesto que decimos que el hijo más próximo y cercano del poeta más esencial de la lengua castellana es César Vallejo Ynfantes, hijo de Néstor Pablo, el hermano más próximo a él en la sangre, en el afecto y en el destino. Este su sobrino e hijo virtual es quien a su vez se ha consagrado a difundir la vida y obra de su tío, recitando poemas a voz en cuello:

Hay golpes en la vida, tan fuertes Yo no sé!
Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,
la resaca de todo lo sufrido
se empozara en el alma Yo no sé!


2. Lo llamaría
César

Y es que Néstor Pablo, el padre de César Vallejo Ynfantes fue quien desde su familia acompañó más al poeta:

Compartió la misma habitación con el poeta en Trujillo, mientras ambos estudiaban. Con él iban y venían juntos por los caminos de Santiago a Huamachuco y a Trujillo, en donde siguieron estudios secundarios y superiores, respectivamente.

Néstor lo refugió en Huamachuco, cuando César Vallejo era perseguido por la justicia, a causa de los sucesos del 1 de agosto de 1920 en Santiago de Chuco.

Fue la persona clave de su defensa cuando éste sufrió 112 días de cárcel en Trujillo. Y vino expresamente desde Huamachuco a despedirlo cuando el poeta partió para Europa.

Puso en sus manos sus ahorros y todo el dinero que pudo reunir para que tuviera algo de dinero en su viaje.

A su primer hijo varón lo llamaría César, niño que después es quien más se le parece en el aspecto físico pero más todavía en su raigambre espiritual, por lo entrañable, generoso y trascendente.

Pero, sobre todo, por su honda y comprometida emoción social.


3. la soledad,
la lluvia, los caminos...

De allí que Néstor Pablo sufrió un grave colapso nervioso, que tuvo nefastas consecuencias para su salud, siendo internado en un hospital de Lima, al enterarse de la muerte y sobre todo de los pormenores del sufrimiento de su hermano en París, como cuando dice:

Me moriré en París con aguacero,
un día del cual tengo ya el recuerdo.
Me moriré en París y no me corro
tal vez un jueves, como es hoy, de otoño.
Jueves será, porque hoy, jueves, que proso
estos versos, los húmeros me he puesto
a la mala y, jamás como hoy, me he vuelto,
con todo mi camino, a verme solo.
César Vallejo ha muerto, le pegaban
todos sin que él les haga nada;
le daban duro con un palo y duro
también con una soga; son testigos
los días jueves y los huesos húmeros,
la soledad, la lluvia, los caminos...


4. Vivían
y estudiaban juntos


En el reportaje que se le dedica a don César Vallejo Ynfantes y que aparece publicado en el Dominical del Diario El Comercio el 22 de marzo del año 1992, dice de él Manuel Jesús Orbegozo:

“Todos los múltiples sobrinos del celebrado poeta santiaguino, César Vallejo, quisieran parecérsele. Dos o tres andan por ahí compitiendo, pero es justamente César Vallejo Ynfantes, el que tiene el arco de las cejas, la nariz, el mentón, las comisuras de su tío.

Pero, además, es un hombre pobre y triste como aquel y, como aquel, parco en ambiciones materiales.

No conoció, personalmente, al poeta, pero su padre Néstor de Paula Vallejo, el hermano inmediatamente mayor que él, resultó su inseparable compañero como que ambos estudiaron en el Colegio San Nicolás de Huamachuco y en la Universidad Nacional de Trujillo.

Vivían y estudiaban juntos en esa ciudad, tanto que cuando Néstor obtuvo su título de bachiller en Jurisprudencia, César cursaba el segundo año de Letras.

Después, Néstor sería juez en Huamachuco de donde jubilado, vendría a Lima en 1964.


5. El César
actual


Cuando César Vallejo murió en París, en 1938, la noticia acongojó demasiado a Néstor de Paula, quien cayó enfermo con los nervios destrozados; fue sometido a tratamiento psiquiátrico.

César, el sobrino, que estudió en la misma escuela de Vallejo, se había aprendido casi de memoria casi todas las poesías de “Los heraldos negros”.

Recuerda que una mañana en la casa de la familia De la Puente Uceda, recitó “Idilio Muerto” ante un grupo de señoras entre las que se encontraba quien pudo ser la “andina y dulce Rita de junco y capulí” del poema, pero que no pudo ubicar después en sus recuerdos.

Contó que al terminar el poema, la madre de Luis De la Puente musitó: “Es igualito a César” y dos lágrimas rodaron por sus mejillas.

¿Era ella la Rita del poema?, se pregunta el César actual.


6. Notable
documento vallejiano


César Vallejo Ynfantes cuida y mantiene la “Casa Museo: Exposición Gráfica de la Vida y Obra de César Vallejo” en su modesta residencia de Magdalena del Mar, ubicada en Jr. 1º de Julio 307, fono 460-4710, donde se encuentra indeleble y vívida la memoria del poeta.

El lugar mismo es un notable documento vallejiano, debido a que fue el propio poeta quien escogió ese lugar como residencia de su familia.

El hecho aconteció así: cuando Nemesio León Guzmán, el año 1922, quiso que su dilecto amigo, César Vallejo Mendoza, ya muy admirado en el campo de las letras, tuviera una casa aledaña a la suya, animó al poeta a adquirir un lote en la nueva urbanización de la cual se estaban ofertando terrenos.

El poeta entristecido le dijo:

Para mi no hay lugar en este mundo, menos casa, pero escribiré a mi hermano Néstor. Es posible que a él sí le interese la oferta.

Néstor acogió favorablemente la idea y remitió el dinero, siendo el poeta quien escogió el lugar, donde años después se construiría la casa en la cual, desde que pudo ser habitada, vive César Vallejo Ynfantes.


7. Valore su legado
y capte su mensaje


Cuando en el año 1964 don Néstor se vino a vivir a Lima ocupó dicho inmueble, atendido por su hijo y la esposa de éste, hasta el año 1972, fecha en que muere.

Por dichas razones es una casa histórica, porque en ella han vivido, además, otros hermanos de César Vallejo, como Manuel, cuando venía a Lima. Y ha sido visitada por casi toda la familia Vallejo. En ella murió y se veló Natividad:

Aguedita, Nativa, Miguel?
Llamo, busco al tanteo en la oscuridad.
No me vayan a haber dejado solo,
y el único recluso sea yo.

Ahora es visitada por todo aquel que quiere acercarse y tener un contacto con su “sangre amada”.

En este santuario don César, que encarna al poeta, ha escrito un libro que todavía no publica, titulado “El Evangelio Universal de Vallejo”, a fin de que:

“...el común de la gente, esa gente del pueblo con la que él se identificó mucho, conozca su vida, valore su legado y capte su mensaje...”


8. Lo hice desgarrándome
el alma


Y agrega:

“...lo hice desgarrándome el alma al rememorar la magnitud de sus sufrimientos, la intensidad de su agonía, de sus luchas, de sus contradicciones, de su sed de amor, comprensión y ternura. El vía crucis de un hombre que se inmoló por la humanidad”.

En dicho evangelio uno de los mensajes ejes es la madre, como cuando el poeta dice:

Tahona estuosa de aquellos mis bizcochos
pura yema infantil innumerable, madre.
Oh tus cuatro gorgas, asombrosamente
mal plañidas, madre: tus mendigos.
Las dos hermanas últimas, Miguel que ha muerto
y yo arrastrando todavía
una trenza por cada letra del abecedario.

O en el poema LXV, de Trilce:

Madre, me voy mañana a Santiago,
a mojarme en tu bendición y en tu llanto.
Acomodando estoy mis desengaños y el rosado
de llaga de mis falsos trajines.


9. Hay soledad
en el hogar


Don César Vallejo Ynfantes nació el 4 de diciembre del año 1928 en la ciudad de Huamachuco, donde su padre contrajo nupcias con Constanza Ynfantes, quien murió a los 23 años defendiendo la guarnición de esa ciudad capturada como consecuencia de la revolución aprista del año 1931. Y cuando las tropas de Sánchez Cerro tuvieron la orden de recuperar ese fuerte militar.

Al morir su madre dejó tres hijos, concebidos con don Néstor Pablo Vallejo Mendoza. Ellos son: Santos, de cinco años; César, de tres y Elena, de un añito.

Huérfanos de madre fueron a vivir a la casa de sus abuelos, aquella donde nació y creció César Vallejo, en Santiago de Chuco, bajo el cuidado de Víctor Clemente, el hermano mayor, y su esposa, quienes los adoptaron como a hijos y los criaron en el mismo lugar que evoca el poema “Los pasos lejanos”:

Mi padre duerme. Su semblante augusto
figura un apacible corazón;
está ahora tan dulce...
si hay algo en él de amargo, seré yo.
Hay soledad en el hogar; se reza;
y no hay noticias de los hijos hoy.


10. Con Luis
de la Puente Uceda


Don César estudió dos años en la misma escuela donde cursó estudios su célebre tío. Cuando su padre fue trasladado a Cabana se fue con él, pues se habían acostumbrado a dormir juntos.

Y él lloraba cuando aquél se ausentaba, razón por la cual lo acompañó por todo lugar en que don Néstor, que era Juez, tenía que cumplir con diligencias de su judicatura, sea haciendo inspecciones oculares u otras labores propias de su función.

La Educación Secundaria la estudió en el Colegio San Nicolás de Huamachuco y, luego, en el San Juan de Trujillo.

En la Universidad Nacional de La Libertad fundó, con Luis de la Puente Uceda y Gonzalo Fernández Gasco, la Juventud Aprista Peruana, JAP, desfilando en el Estadio Nacional de Lima como parte del Frente Democrático Nacional.

Ha trabajado en periodismo como comentarista político del diario Última Hora, cuando lo dirigía Raúl Villarán Pasquel; y como editorialista de La Tribuna bajo la dirección de Eduardo Jibaja.


11. Para pitanzas
no se arriesga la vida


César Vallejo Ynfantes ha sufrido cárcel por ser militante y activista aprista.

Sin embargo, cuando este partido asumió el poder, en 1985, se apartó de él a fin de no recibir sinecura ni prebenda alguna.

Porque para pitanzas no se arriesga la vida ni se es heroico sino para engrandecer la patria, como muchos peruanos que ofrendaron su vida por los más caros ideales de un Perú enaltecido.

También para hacerle frente a lo que el poeta nos advierte:

I, desgraciadamente,
el dolor crece en el mundo a cada rato,
crece a treinta minutos por segundo, paso a paso,
y la naturaleza del dolor, es el dolor dos veces
y la condición del martirio, carnívora, voraz,
es el dolor dos veces
y la función de la yerba purísima, el dolor
dos veces
y el bien de sér, dolernos doblemente.


12. Seguir
un ejemplo


Nunca quiso aceptar favores sino más bien donar trabajo y hasta sacrificio , como ocurrió en las tres veces en que ha sido secretario general de ese partido político en Magdalena del Mar.

Él quisiera que los “huele guisos” de ahora sigan el ejemplo de Víctor Raúl Haya de la Torre quien teniendo todo el poder en el Perú, como Presidente de la Asamblea Constituyente, él mismo se fijó como único sueldo el de un sol. Y murió dignamente pobre:

Un cojo pasa dando el brazo a un niño
¿Voy, después, a leer a André Bretón?
Otro tiembla de frío, tose, escupe sangre
¿Cabrá aludir jamás al Yo profundo?
Otro busca en el fango huesos, cáscaras
¿Cómo escribir, después del infinito?
Un albañil cae de un techo, muere y ya no almuerza
¿Innovar, luego, el tropo, la metáfora?
Un comerciante roba un gramo en el peso a un cliente
¿Hablar, después, de cuarta dimensión?
Un banquero falsea su balance
¿Con qué cara llorar en el teatro?


13. Desdicen
del lirismo que se evoca


Lo único que anhela ahora es que Alan García, que conoce bien su casa, porque varias veces la ha visitado, realice mejoras en Santiago de Chuco para que ese pueblo insigne cuente con servicio de agua, que no los tiene.

Que cuente con una buena carretera, que ahora es trocha. Que esté dotado de comunicaciones, que ahora faltan. Que en todo esté a la altura de la memoria y la dignidad del poeta que ha llenado de orgullo al Perú, realizando para ello obras de infraestructura y ejecutando programas de desarrollo.

Donde los tejados evocados por el poeta sean tejados y no plásticos de diversos colores batidos por el viento, debido a que las familias no tienen recursos para reparar sus techumbres.

Que tampoco sean calaminas, ni nuevas ni precarias, que desdicen del lirismo que se evoca en Los heraldos negros.

Que las casas derruidas se reconstruyan. Que haya allí una gran biblioteca vallejiana y que tantos peregrinos del mundo que llegan hasta él se vayan convencidos que somos dignos honrando su memoria.


14. El obsequio
titubeaba


De su padre don Néstor Pablo, que fue Juez en Cabana, hemos recogido la siguiente anécdota:

Había allí un tinterillo al que apodaban “Paquete”, ya que siempre vestía atildado, a su modo, y hasta usando polvos y afeites que se untaba en la cara.

Pero a su vez era astuto, vivaracho y ladino como una raposa.

No acababa de llegar don Néstor cuando se presentó llevándole un regalito que lo enviaba un gamonal de la comarca.

Don Néstor, cauteloso, hizo que el propio “Paquete” lo pusiera, con sus propias manos y envuelto como estaba, en lo alto de un estante, diciéndole:

“Para cuando su dueño venga a recogerlo”.

¿Qué motivaba aquel presente? El gamonal quería arrebatarle sus tierras a un pobre campesino.

Don Néstor resolvió el juicio a favor del campesino que era su legítimo dueño; un hombre, además, humilde.

El obsequio titubeaba, pero seguía sin abrirse en el lugar del estante, allí en donde se lo puso.


15. ¿Le pasa
algo?


La decisión a favor del campesino fue apelada por el gamonal. Y, entonces, tomó otro giro. Pero don Néstor expresó a “Paquete” que él siempre iba a fallar a favor del campesino.

Esto provocó la visita untuosa del propio terrateniente, quien le confió que había encontrado una veta de oro en la chacra del campesino y que podían compartirla siendo socios.

Don Néstor le explicó que esas situaciones tenían una fórmula legal acerca de cómo solucionarlas, a fin de que no signifiquen arrebatar injustamente las tierras a un pobre campesino, sino reconocerle sus plenos derechos.

– Y a propósito –le dijo don Néstor al gamonal– esperaba que usted mismo viniera y recogiera su regalito que le agradezco, pero no le acepto. Se ha quedado aquí en el estante porque suele suceder que al devolverlos se pierden por el camino.

– Doctor, no es un regalito, es un verdadero obsequio. Le voy a mostrar y le ruego que vea y acepte sin ningún compromiso.

Al abrirlo notó don Néstor que se demudaba el rostro del gamonal mostrando enorme contrariedad. Entonces le preguntó:

– ¿Le pasa algo?


16. ¿Eso,
para qué?


A lo que le dijo el gamonal:

– Era un reloj Longines, de oro, con gruesa cadena también de oro y con incrustaciones de diamante el que encargué que le pusieran aquí, como obsequio. Y mire lo que ha puesto este sinvergüenza de “Paquete”.

– Ya ve usted. ¡Reclámele! Y aprendamos de una vez por todas lo siguiente: Debido a que tratamos de engañar es que nos engañan.

Ya después hablando con “Paquete”, le dice:

– Tu señor, por si acaso, recogió su regalito. –Aquí “Paquete” se turba–.

– Sí, ¡está bien!

– Pero, ¡mira cómo son las cosas! El oro está en la chacra del campesino, a quien quiere arrebatar como sea, sin reconocerle ningún derecho. Pero quiere, además, ver lucir el oro mal habido en el pecho del juez. Y, ¿eso para qué? Para sentir que la justicia la han comprado. Y, entonces, les pertenece.

Don Néstor sonreía, por eso, con tristeza al ver esos relojes ostentosos con cadena de oro que penden de los pechos de muchos personajes, ocasiones en que se acordaba del tinterillo “Paquete” de la recóndita y querida Cabana.


17. Un pan
a la boca


César Vallejo Ynfantes es un hombre que se desvive por los demás: generoso, pan bueno, desprendido de los bienes materiales.

Él, si tiene algún dinero y hay un hombre que lo necesita se acerca y lo dona.
Su esposa le hace el reparo:

– Eres zonzo, porque ese hombre con el dinero que ahora nos hace falta irá a emborracharse.

– Y, ¿por qué juzgas de ese modo? ¿Cómo sabes que no lo necesita para llevarse un pan de comida a la boca?” – reclama.

Igual era don Néstor y su hermano el poeta.

El primero se privaba de todo por comprarle al segundo camisas.

Sin embargo, al verle un día el afán por enjuagar y planchar la única camisa que la venía usando de continuo, le pregunta:

– César, ¿y dónde están las camisas que hace unos días acabo de comprarte? –La respuesta es:

–- Las necesitaban Antenor (Orrego), Julio (Esquerre), Eulogio (Garrido). Ellos en verdad las necesitaban.

Es decir, ya las había regalado, y todas a sus amigos.


18. Se le remece
el alma


Y, en realidad, así se deshacía de todo. Nunca acumuló nada. Nada consideró suyo. No tuvo una propiedad, ni un mueble, ni un objeto. Nada que estimase de su propiedad. De todo se desprendía. Obsequiaba todo aquello que veía que era indispensable para los demás.

Como su célebre tío, don César es sentimental, no puede dejar de llorar cuando recita “Piedra negra sobre una piedra blanca”.

Cuando lo leyó por primera vez se le estremeció el alma al sentir la miseria y la orfandad con que vivió aquel ser querido.

Le conmovió cómo pudo haber sufrido tanto ese hombre que, además, era su sangre.

Se le remece el alma al imaginar su orfandad en París, su desamparo, y el rictus infantil cuando dice:

César Vallejo ha muerto, le pegaban
todos sin que él les haga nada;
le daban duro con un palo y duro
también con una soga; son testigos
los días jueves y los huesos húmeros,
la soledad, la lluvia, los caminos...


19. Mensaje
del amor colectivo


De allí que cuando él recita esos versos se le estruja el corazón y al final se le hace un nudo en la garganta. Lo siente como que ello le hubiera ocurrido a su padre o le fuera a ocurrir a su hijo.

Quizá otros lo vivan como imágenes, como algo que aconteció a un prójimo. Él lo siente como un miembro de ese hogar, como ocurrido a un ser de su casa, como realmente es. Y cada referencia es como un carbón ardiente que lacera su carne.

Es, de otro lado, un creyente fervoroso, quien desempeña ahora el cargo de Vicepresidente de la “Legión de María” y se consagra a la edición del Boletín de su parroquia.

Entonces, desde el fondo de su fe sencilla cree que así como Jesús se reencarnó en el medioevo italiano en San Francisco de Asís, lo cual significó un retorno fundamental a las fuentes primigenias de la prédica del maestro del Gólgota, del mismo modo cree que en los tiempos modernos Cristo se reencarna en César Vallejo.

Y esto para rescatar el mensaje del amor colectivo, de la solidaridad de la identificación con los humildes, viniendo César Vallejo a reencarnar al Cristo social.


20. En Santiago de Chuco
baila huaynos, a sus 81 años


Ernesto More dejó escrito que el pasaje más conmovedor que escuchó relatar a César Vallejo fue cuando este le refería que su anhelo mayor en el mundo fue ser estandartero del Apóstol Santiago, en su pueblo natal, Santiago de Chuco.

Por eso ahora en Capulí Vallejo y su Tierra hemos instituido el estandarte Vallejo, que hasta ahora el único que lo porta es don César Vallejo Ynfantes.

Con dicho propósito viajó en contra de todos los pronósticos médicos, a participar en este evento que se realiza en Santiago de Chuco, en el año 2004. Durante el viaje, y a cada vuelta de loma en la subida de la cordillera, le preguntábamos cómo se sentía.

Sonriendo su respuesta era que cada vez se iba sintiendo mejor, hasta el punto de que ahora, cada vez que viaja, baila huaynos, a sus 81 años de edad. Y en plena Plaza de Armas del pueblo.


21. Nuestro
portaestandarte


Desde esa fecha es infaltable en toda actividad que organizamos y cuando de tramontar la cordillera se trata.

Él porta nuestro estandarte. Y acompañémosle cuando refiere:

“Cuando tomé el estandarte en Santiago de Chuco, en el Capulí del 2004, yo iba tan enternecido que las lágrimas inundaban mi rostro que al cegarme la vista trataba de no tropezarme en las piedras.

Felizmente nadie me veía porque disimulaba detrás del pendón. Recorrí la plaza con emoción infinita mezclada de nostalgia por el poeta que no pudo regresar a su tierra, pero era como si yo fuera él.

Sentía que en mí se reencarnaba, porque Santiago de Chuco es mi tierra. Yo me crié en Santiago, aunque no regresaba desde hacía 50 años.

Veía en lontananza la cordillera blanca y mi alma trascendía esas nieves eternas hacia la región celestial”.

Para quienes militamos en Capulí, Vallejo y su Tierra es un orgullo que el portaestandarte del movimiento sea él.


22. Seres como él
nunca mueren


Porta nuestra enseña en toda ocasión en que se valora y releva la obra del autor de los Poemas Humanos.

Es un ser tierno, con un conocimiento profundo de la vida y el alma humana. Distinguido, fino y de un alma vasta y profunda, tal si fuera un buen y genial poema de su invalorable tío.

Su anhelo a futuro es que cuando muera –le decimos que seres como él nunca mueren– sea enterrado en Santiago de Chuco, al pie de sus abuelos, Francisco de Paula y María de los Santos.

De allí que pide que cuando deje este mundo se cave una fosa al pie del lugar santo donde reposan sus abuelos en Santiago de Chuco. Y ello para poder musita dentro, y de este modo, Los pasos lejanos, según es su libertad, capricho y –creo yo– su soberano derecho:

Miabuelo duerme. Su semblante augusto
figura un apacible corazón;
está ahora tan dulce...
si hay algo en él muy cerca, ése ahora soy yo.



lunes, 30 de noviembre de 2009

INVITACION DE HONOR: Viernes 4 de Diciembre



CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
Y
MUNICIPALIDAD DE MIRAFLORES



ANIVERSARIO
FALLECIMIENTO

HOMENAJE A GEORGETTE

DE VALLEJO




FRANCISCO ROJAS
Bienvenida y presentación

DANILO SÁNCHEZ LIHÓN
Significado y trascendencia de Georgette
en la vida y obra de César Vallejo


PRESENTACIÓN
DE NUEVA EDICIÓN:


“GEORGETTE, LA GOLONDRINA
DEL OCÉANO VALLEJO”


Panel de comentaristas:

JOSÉ LUIS AYALA


MANUEL VEJARANO SÁNCHEZ


MANUEL VELÁSQUEZ ROJAS


Conducción


RAMÓN NORIEGA TORERO




Y


HOMENAJE A:


DON CÉSAR VALLEJO INFANTES


EN EL DÍA DE SU NATALICIO





Intervenciones:


CARLOS CASTILLO


RAÚL CHÁVEZ


BERTHA MORILLO


Canciones de


JULIO HUMALA




Centro Cultural Ricardo Palma

Av. Larco 750. Miraflores.
7.00 pm




Ingreso libre




Se agradece su puntual y gentil asistencia.


sábado, 28 de noviembre de 2009

INVITACION DE HONOR: Sábado 28 de Noviembre


CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA






AULA CAPULÍ:

CONFERENCIA DE

JOSÉ PABLO QUEVEDO

“EL MUNDO ANDINO.

VISIÓN

DESDE ALEMANIA”


AFECTO Y ABRAZO ENTRAÑABLE A
ELVIRA FERNÁNDEZ BACA GARCÍA
(Homenaje de Despedida por su inminente retorno al Cusco Milenario)

CAPULIÑAHUI

Sábado 28 de noviembre, 7 pm.

Angamos Este 301. Miraflores

Ingreso libre

Se agradece su gentil asistencia

Teléfonos: 420-3343 y 420-3860

martes, 17 de noviembre de 2009

INVITACION DE HONOR: 21 de NOVIEMBRE


CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA





27 DE NOVIEMBRE,

DÍA DE LA BATALLA

DE TARAPACÁ


EL PERÚ


ETERNO,


FORTALEZAS


AULA CAPULÍ

PANEL:
PLÁCIDO DÍAZ
RAÚLCHÁVEZ
RAMÓN NORIEGA

Sábado 21 de noviembre. 7 pm.
Angamos 301 (Este). Miraflores

Ingreso libre
Se agradece su gentil asistencia

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PLAN LECTOR,
PLIEGOS
DE LECTURA









APRENDIENDO


A AMARTE,


¡OH PATRIA MÍA!


Danilo Sánchez Lihón

Cuando
sea capaz


Cuando sea capaz de reconocer que todo lo que falla es en parte culpa mía; y que en todo lo que funciona bien en algo he puesto mi granito de arena.

Cuando sea capaz de reconocer que yo educo a mi hijo y no que encargo a una institución para que lo haga por mí.

Cuando sea capaz de reconocer que lleva a la escuela lo que yo le enseño, y no que trae las malas costumbres que le enseñan sus compañeros.

Cuando sea capaz de aceptar que mis hijos reproducen mi calidad moral y no que achaco que sus maestros no hacen nada por corregirlos.

Cuando en mí se detiene la cadena que socava la honra ajena; y más bien salgo a defender al que pone el hombro, bregando para que el justo reciba lo que debe.

Cuando a partir de mi actitud hago que lo correcto sea aquello que irradie una luz grande o pequeña, pero luz al fin.

Cuando no repita el sonsonete de: "qué hace el gobierno que no corrige estos desmanes".

Cuando por hacer algo noble me quito una porción de comodidad, satisfacción o placer, a cambio de esfuerzo y sacrificio,

Cuando aprenda a servir, buscando el bien común, aportando por lo mucho que he recibido; y no viendo cómo aprovecho y hurto todavía el bien ajeno,

Cuando limpie la basura frente a mi casa, y hasta avance un poco más y recoja los trastos del lote abandonado o de la calle del vecino.

Cuando no abuse ni ofenda arrojando desperdicios en la vereda de enfrente o me deshaga de ellos en el parque público.

Cuando pueda decir: "no sólo tuve pena", sino que a la vez me examine a mí mismo y diga: "le di todo lo que tenía".

Cuando no sólo pueda quedarme en confesar: "me conmovió hasta las lágrimas ver a esa pobre madre", sino además: "Lucho hasta morir para que eso nunca vuelva a suceder".


Cuando yo haga
todo eso y mucho más:


Estaré haciendo algo porque no haya niños que deambulan en basurales, o inhalando terokal por los desagües.

Estaré haciendo algo para que no haya –o haya menos– niñas infectadas con enfermedades venéreas, que por ahora viven entre los escombros y las piedras del río Rímac y los breñales de la Mar Brava.

Cuando yo haga eso y mucho más podré tener la frente limpia el día que tengo que presentarme a Dios para su veredicto.

Cuando yo deponga mi egoísmo y mi vanidad y haga que triunfe lo que favorece el bien común; entonces, cuando vaya allá no he de tener nubes que ensombrezcan mis ojos cuando ella me mire.

Cuando yo haga todo eso y mucho más estaré haciendo algo porque mis paisanos no salgan a otros países a formar bandas de delincuentes y se asocie conmigo el ser ladrón, arranchador y canalla.

Cuando yo haga todo eso y mucho más estaré haciendo algo para que tantos padres y hermanos que se han ido lejos regresen desde esos países desde donde tanto nos añoran y nos extrañan.

Cuando yo haga todo eso y mucho más podré decir con orgullo: Recién te estoy aprendiendo a amar de a verdad, Patria mía.

PAGINA ABIERTA VI



El aroma de la tierra en
Los heraldos negros

En homenaje a Santiago de Chuco, la tierra de César Vallejo




Por Julio Yovera B.



César Vallejo el más universal de nuestros poetas es la concreción de una sensibilidad creadora que tiene sus raíces en Santiago de Chuco, la capital de la provincia andina del departamento de La Libertad, donde nació hace ya más de un siglo. En mucho, el poeta se debe a su tierra madre, pero, a la vez, Santiago de Chuco le debe su universalidad a César Vallejo.
El autor de Los heraldos negros ha globalizado su propio nombre, sus obras y el nombre de su pueblo, pero al mismo tiempo, ese pueblo llenó su alma de emociones, sus retinas de imágenes, sus oídos de música, su olfato de aroma verde y su piel de vibras para captar la vida en su esencia.

Si Vallejo es una fuente inacabable de poesía, el misterio no descifrado del todo, el hombre que polariza, el escritor que se renueva dialécticamente y el militante de una esperanza que pervive, ello se debe en gran parte a que nació y se crió en un lugar que se yergue al pie de la cordillera bajo un cielo bañado de sol durante el día y acompañado de luceros en las noches.

Vallejo suele sacudirnos de frente o de costado. Lo admiramos porque en las peores condiciones jamás arrió banderas. Su solidaridad con los desposeídos no fue para él un asunto de coyuntura o de correlación de fuerzas. Militó a favor de la vida hasta el sacrificio de su propia existencia. Por todo ello los afanosos buscadores de la aurora han convertido su vida y su obra en patrimonio.

Vallejo goza del reconocimiento de la humanidad por su condición de profeta desterrado o de Quijote solidario. Tiene nuestra admiración porque fue el poeta que supo elevar el mundo andino a dimensiones planetarias. Goza de nuestro reconocimiento porque conservó sus raíces. Nuestra adhesión a su vida y sus postulados se debe al hecho que en plena crisis integral del sistema capitalista, en medio de las hordas nazis y fascistas, se mantuvo honestamente combatiente.
Ese Vallejo que nos dice que hay que prepararnos porque ya viene el día, tiene una etapa en la que su poesía no solo huele al aroma fresco de la tierra que lo vio nacer, sino que su poesía es la misma tierra que lo vio nacer.

La poesía del autor de Los heraldos negros está concebida de maizales, trigales, capulíes, verdura, lilas, amapolas, leños y rosas. También está hecha de establo, de sudor de arriero, de adobe, de pan calientito y de chicha de jora. Hay que conocer la floresta de Santiago de Chuco, de Cachicadán, de Santa Cruz de Chuca, de Mollebamba, etc., para entender esa unidad geográfica, telúrica y ecológica, que le da a Vallejo los recursos para lograr una poesía que en todo momento es oración de la tierra o canción del agua.

Si la poesía en general es fuego o manantial. Nieve imponente o valle humilde. Chicoria amarga o polen dulce. Si es espada de guerrero o rosa de pétalos blancos. Si es olivo de amor o relámpago de ira, entonces la racionalidad jamás podrá entenderla. Si es savia del pueblo o raíz de la tierra. Si es canto de combate u oración de la paz, entonces su destino es la inmortalidad.
La poesía de Los heraldos negros se mueve como los ríos, de manera permanente: agitada o lenta, silenciosa o sonora. Parafraseando al viejo griego Heráclito de Efeso, es y no es al mismo tiempo.
He ahí el “secreto” de la vigencia de Los heraldos negros que tuvo en Vallejo a su creador - hacedor.

El poeta de los Heraldos negros se metió en el alma de su pueblo, pueblo que tiene el tiempo de los molles, la misma edad de las piedras, y lleno de una telúrica que atraía a la luna con la misma fuerza que el imán al acero. Esta parte de la patria está gestada de vida y poesía. Más de una voz, peruana o extranjera, ha reconocido que el Perú no es solo una diversidad étnica, también es una diversidad geográfica, cultural, ambiental y ecológica.

El Perú es un emporio de flora y fauna. No en vano cuando llegaron los europeos se llevaron, además del oro y de la plata, las diversas variedades que incrementaron el potaje de los nobles y también el fiambre de los pobres. Ese fue el antecedente de las proyecciones de la gastronomía de los pueblos del Perú.
Veamos algunos casos de presencia de la tierra amada en la obra primera del poeta.
Cuando se incursiona en la poesía, sobre todo en aquellos tiempos de epidemia colonial, los poetas evitaban hablar de la vida pueblerina. Los modernistas, incluyendo a Rubén Darío, exhibían una grandilocuencia que servía para halagar a las musas / hadas.
En Los heraldos… una de las motivaciones poéticas es la mujer, pero no es una diosa de busto griego, ni de cabellos de oro, sino la hembra sencilla del ande, con su “falda de franela”, a quien él recuerda con nostalgia bajo el viento lento de la añoranza.

La andina Rita es una mujer de “junco y capulí”. El junco es la paja que nace en los suelos húmedos, generalmente al pie del río. Nos imaginamos a una mujer delgada y de andar ondulado como el junco movido por el viento. El capulí es una fruta color rosado (¿o guinda?)que solía ser parte del paisaje de Santiago de Chuco. Es redundante decir que las mejillas de las mujeres del Ande tienen el tono de un capulí o de una granadilla.
La mujer que evocaba el poeta, la Rita de junco y capulí, tenía un sabor de “caña de mayo del lugar”. Las cañas del ande norteño son de distintos tipos. Las hay de tallo largo y las hay de tallo ancho. Las dos son dulces y los lugareños suelen tomarlas para sentir que el sumo se hace divinidad en la garganta. La mujer en este caso tiene el sabor de una caña dulce. La tierra le ofrece brinda metáforas al poeta y éste la toma a manos llenas.
Imágenes de la misma fibra de Idilio muerto abundan en la poesía de Los heraldos negros. Hay una pastora vestida “en su humildad de lana heroica y triste” y a pesar de todo se contagia de alegría, de fiesta de pueblo capaz de cosquillear la noche con luces de bengala que se parecen a “trigos de oro” (II Terceto Autóctono).
A la crítica oficial, que veía y sentía con ojos y con alma coloniales, le disgustaba que algún osado poeta trasladara el pueblo andino al reino de la poesía. Les resultaba ofensivo un arte como el de Vallejo. Esto explica en gran parte el silencio de la crítica cuando salió a la luz Los heraldos negros, en 1919 aunque con fecha 1918 en la tapa del libro, como explica también las frases de Clemente Palma que veía en el poeta la encarnación del desvergonzado que deshonra a la sociedad y la cultura trujillana.

Vallejo se extasió de vida y poesía. Bañó sus huesos con chica de jora, la bebida ancestral de los pueblos prehispánicos. Y como acontecía entonces se bebía de manera solemne y ritual. Alrededor de un poyo (lugar de encuentro y de tertulia de las familias andinas (beben) “…labios en coro / la eucaristía de una chicha de oro.” (I, Nostalgias Imperiales).
Y mucho más: “el humo oliendo a sueño y a establo” (Nostalgias imperiales) se penetró en su piel, de manera que ya en Trujillo o en Lima, en París o en Moscú, cuando se hace universal en sus células rojas porta su espíritu andino. No ignora jamás “La Grama mustia” (nostalgias imperiales). Tampoco olvida “el tamarindo de su sombra muerta. (Hojas de ébano)
Seguramente comparó la lluvia gris del cielo de Montmartre con el “aroma de aguacero” de Santiago de Chuco. Y cuando pedía un pan para su sed de justicia, y no solo para calmar su hambre, acaso añoraba sus biscochos servidos por su madre en una mesa de ternura.

Vallejo transitó por los caminos del mundo y fue convirtiéndose en una de las voces universales de la humanidad, pero siempre tendía presente: “La rosa azul que alumbra y da el ser al cardo! (La voz del espejo). En ocasiones cuando el sistema lo golpeaba acaso vendría a su mente “La Mano de agua” (Absoluta), que los humildes pedían y que los moribundos de la guerra clamaban.
Vallejo transitó por diversas sendas del mundo pero lo hizo como el arriero aquel que iba y venía por los caminos de herradura de Santiago de Chuco.
“Arriero, con tu poncho colorado te alejas,
saboreando el romance peruano de tu coca.” (Los arrieros)

En suma, para explicarse a Vallejo integral hay que partir de Santiago de Chuco pues fue un heraldo de pies en tierra que se echó a andar llevando su tierra y sus bondades en su corazón, en sus células rojas y se hizo universal sin hacer a un lado el aroma de la tierra que lo vio nacer.
Muchos de los que admiran su obra no conocen sus raíces. Si lo supieran, vendrían a Santiago a encontrarse con la fuente inagotable de su poesía hecha de la tierra nuestra de cada día.


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PAGINA ABIERTA V





GRAN NACIÓN CHUCO


Danilo Sánchez Lihón

1. Tres
de noviembre


Hoy día 3 de noviembre Santiago de Chuco celebra su aniversario, porque fue un día como hoy, hace 109 años, que se fundó como provincia del departamento de La Libertad, gestión que demandó el lapso de varias décadas.

Se desprendió de la provincia de Huamachuco de la cual era uno de sus distritos y con la cual conforma hasta ahora una unidad indisoluble de cultura y destino común.

El tiempo en que se fundó como provincia había alcanzado a desarrollar tanto que superaba en población a la capital de la provincia de la cual formaba parte.

Aquel 3 de noviembre las campanas repicaron desde el viejo campanario convocando a los pobladores que improvisaron una manifestación popular de júbilo. Y luego hubo un desfile cívico frente al Cabildo a cargo de las instituciones representativas de aquella época.

Entre ellas desfiló la Escuela Municipal que era el centro educativo donde estudiaba quien vendría a ser el poeta universal César Vallejo quien a esa fecha contaba con 8 años de edad.

Cabe imaginar a aquel niño desfilando delante del Cabildo pleno de guirnaldas y ante la bandera del Perú izada hasta el asta.


2. ¿Qué significa ser
de Santiago de Chuco?


Así Santiago de Chuco pasó a ser provincia del Departamento de la Libertad.

Y continuó siendo con más empeño el granero y la despensa que alimenta a las ciudades de la costa, por su gran riqueza agrícola sostenida por su gran variedad de cultivos, como también por la feracidad de su producción ganadera.

Abastece a ciudades incluso de otros departamentos como Chimbote y Casma.

Es pródiga también en recursos minerales, principalmente en oro, plata, cobre, tungsteno y zinc.

Pero la pregunta fundamental para quienes hemos nacido en ella es: ¿quiénes somos? ¿Cuál es nuestra identidad? ¿Cómo se explica nuestro nombre? ¿Cuál es nuestro origen? ¿Cómo llamarnos?

Pues bien, cuando yo era niño, después adolescente y posteriormente joven estudiante de educación secundaria, siempre en instituciones educativas de mi propio pueblo, la significación que nos daban nuestros maestros de la etimología del nombre Santiago de Chuco era así:

– “Sombrero del Apóstol Santiago El Mayor”.

Y ello porque Chuco en quechua es sombrero.


3. El sombrero
del Apóstol


Entonces, la leyenda que se nos contaba era que en el lugar en donde el pueblo está ahora afincado, y cuando el Apóstol ingresó por estas comarcas, un viento fuerte le hizo caer al Apóstol el sombrero que traía al venir montado y galopando en su brioso caballo blanco.

El sombrero fue a dar al suelo y el Apóstol bajó a recogerlo.

Allí recién se quedó estupefacto de la extraordinaria belleza de aquella heredad:

Su campiña, su cielo azulino, sus horizontes gualdas, todo era maravilloso.

Dio más vueltas por el valle, revisó los contornos y lo encontró tan a su gusto que escogió este lugar para quedarse y vivir en él para siempre.

Pero, al recoger su sombrero y volver a colocárselo vio que se había doblado haciendo una especie de arco o corona.

Pues bien: el sombrero del Apóstol con aquel arco o corona luce idéntico a como portan sus birretes en la frente los íconos precolombinos de los Chucos y de los cuales se conserva una gran profusión de imágenes.


4. Tuvo
que volverse indígena

Y ahí está el secreto de esta historia. Es en esta segunda referencia en donde está el detalle que nos permite, a partir de ahora, inaugurar un tiempo nuevo en relación a nuestra identidad. E incluso a cómo debemos denominamos o hacernos que se nos reconozca.

Y el detalle es aquel que prueba más bien que el Apóstol Santiago, vinculado más con la ciudad de Compostela en España, aquí tuvo que hacerse Chuco para poder entrar y quedarse a morar en estas tierras.

Dicho en otras palabras: tuvo que adoptar la nacionalidad indígena vistiendo el sombrero que distinguía a la gran cultura de los Chucos.

Tuvo que ponerse el sombrero arremangado que era distintivo de los hombres originarios de este sitio.

Tuvo que vestirse de indio para quedarse en los pagos que le habían gustado tanto.

Tuvo que volverse indígena y nativo, y por sincretismo ser adorado como el dios lugareño y auténtico de estas moles de granito y hondonadas.

Y si el Apóstol se hizo autóctono y aborigen.

¿Por qué nosotros entonces vamos a hacernos hispanos llamándonos santiaguinos como lo hemos hecho hasta ahora? ¿Si hasta nuestro propio Apóstol se volvió oriundo de este terruño?


5. Chuco no es sombrero
sino mente y espíritu


Ahora bien: ¿quién es ese dios a quién se adoraba en estos espacios hechos de cumbres y bajíos?

O, más directamente: ¿En la nación Chuco, de la cual justamente estos territorios eran la capital religiosa, a qué dios se le rendía culto?

A Catequil. El dios al cual aquí se veneraba era Catequil.

Porque Chuco fue una cultura, un reino y un señorío con largo y hondo ancestro.

No es entonces Chuco como un vocablo suelto del idioma quechua que se le ha impuesto y adherido al Apóstol Santiago, la razón del nombre de nuestro pueblo.

Chuco es una cultura de amplia extensión que tenía su capital administrativa en Marcahuamachuco y su asiento espiritual en el ámbito de lo que ahora es Santiago de Chuco.

Es en San José de Porcón en donde se ubicó el templo de Catequil y la escuela de líderes catequiles.

Resumiendo entonces: el significado de Chuco como vocablo es sombrero, pero el toponímico de entonces se vinculó a la prenda que se imponía como símbolo de cultivo de la mente, de la inteligencia y el espíritu.


6. Un birrete
en la frente

Nosotros somos Chucos; esa es nuestra raíz e identidad.

La nación Chuco que tenía siglos de antigüedad antes de la llegada de los españoles.

E incluso antes de la incursión de los mismos Incas que se expandieron desde el Cuzco. Y que con los Chucos solo pudieron llegar a acuerdos, sin alcanzar a dominarlos, razón por la cual no pudieron imponer ni su régimen, ni sus costumbres ni su lengua.

La nación Chuco abarcaba una extensión muy amplia de territorio que incluía los andes del departamento de La Libertad y se extendía por las jurisdicciones de Ancash, Cajamarca, Lambayeque y Huanuco.

Era una organización poderosa y una sociedad llena de virtudes que hasta ahora se traducen y representan en personas dignas, morales, fieles a sus principios.

Y eran Chucos porque se graduaban como tales; se accedía a serlo, cultivando el arte y las ciencias, el aprecio y respeto a la naturaleza, la sensibilidad y emoción social.

Y sobre todo por interesarse e indagar en los graves asuntos de la vida, el espíritu y la naturaleza divina de lo humano.


7. Cuna
de Catequiles


Por esa razón se les imponía un sombrero o un birrete en la corona de la cabeza. Ello para señalar que eran graduados en el desarrollo del alma, de la voluntad y el carácter.

Estos contenidos están vigentes y forman parte de la cultura de esa región, como práctica y tradición cotidiana en la ciudad y en el campo.

El Chuco en la frente era distinción de la excelencia que animaba a dicha persona.

Se simboliza con el sombrero precisamente porque se quiere indicar con ello que en ese punto está lo que verdaderamente importa, lo más alto y superior en relación con lo demás.

Y está puesto en la cabeza para señalar lo que hay al interior y al fondo de ella: está el ser esencial de la persona humana, sus habilidades, su talento y su esfuerzo.

Eso es Chuco, lo que está dentro del sombrero, como son el mundo prodigioso de los sueños, los anhelos y las quimeras.

Cada cierto tiempo en las universidades de este reino se graduaban promociones de 3 mil catequices que se desperdigaban luego como maestros hacia todos los confines.


8. Ramón
Noriega Torero


Por eso, Santiago de Chuco es cuna de catequiles, de hombres que cultivan la inteligencia y que por distinción llevan un sombrero o un birrete en la frente.

Al decir Chuco, y con ello sombrero, no debemos quedarnos ni en la forma, ni en la superficie, ni en el lado externo de esta imagen.

No debemos sino remitirnos al trasfondo, cual es lo que el sombrero envuelve y contiene: la luz del conocimiento, la rectitud de la conciencia y la vastedad de la sabiduría.

Estas precisiones de conceptos y significados que aquí te escribo, explico y grafico, son aportes y se deben a los estudios y reflexiones realizadas por el profesor Ramón Noriega Torero.

Él trabaja desde el movimiento Capulí, Vallejo y su Tierra haciendo investigaciones trascendentales sobre estos temas con prolijidad y amplia documentación sustentatoria.

Él ha hecho aportes sustantivos para la verdadera comprensión del mundo andino.

Ha revalorado hechos esenciales como aquellos que se exponen en su libro “Somos Quispe”, grito de batalla y reivindicación para asumir cabal y plenamente nuestra identidad.


9. Bajo el esplendor
de las estrellas


Ramón Noriega Torero nos explica citando a cronistas que la acepción Chuco como sombrero y toponímico de estos lugares se da asociada a razón, memoria, afectividad, aspectos en los cuales se cultivaba un catequil.

Que obtener el título de Catequil es adquirir el rango de gran maestro, prócer y conductor de pueblos.

Los Chucos fueron y son una de las culturas más espléndidas y raigales del Perú.

Ser Chuco simboliza: visión, sueños y utopías. Es proeza del alma.

De allí que Marcahuamachuco sea un monumento arqueológico de sin par hermosura, situado al norte de nuestro país, denominado al igual que Machu Picchu maravilla cultural por una amplia mayoría de peruanos.

Otros hitos de esta cultura son: Conchudos, situado en Ancash, y Huacrachuco en Huanuco.

Huasochuco, ahora dentro de los territorios de la provincia de Julcán, pero antes en los dominios de Santiago de Chuco, ocupa tres colinas en la cima translúcida de la cordillera de los andes.

Y es una ciudad tan alta que desde allí se avizora el mar y en las noches las luces de la carretera panamericana que bordea nuestro litoral.


10. Miraban
la cumbre


¿Qué características tuvo esta cultura? Solo diremos unas cuantas:

Una, es que construyeron sus ciudades en la cumbre de las montañas, en la cima de los picachos, en el trasluz que hacen cielo y tierra.

Ciudades que se recortan contra el cielo y ya solo bajo el esplendor de las estrellas. Todas sobre el diamante de las cumbres de la serranía.

Las erigieron en el perfil asombroso de los horizontes.

Miraban lo más alto y allí edificaban los sitios en donde vivir, lo que prueba ser ya casi etéreos.

Allí están esas enfiladas líneas de piedra de Marcahuamachuco, Huasochuco, Ichal, en el lindero del globo terráqueo, ya casi fuera del planeta tierra.

¿No es sorprendente? ¿Hacer sus ciudades en esos lugares inimaginables?

Y no lo hacían porque fueran guerreros o porque temían un ataque. Ellos habían superado ya todas las confrontaciones y adversidades.

Eran Chucos, sabios, espirituales y místicos.

Hasta allí llevaban el agua y era allí donde lo primero que harían era domar los vientos.


11. Domadores
de abismos


Dos.

También eran amansadores de abismos y profundidades. Porque elevarse significa desafiar caídas y vértigos, donde la sombra es helada y permanente.

De allí que los pobladores de estos lugares fueran también mineros por excelencia.

“Constructores de la profundidad”, los llamó César Vallejo.

De aquellos que saben penetrar hasta el fondo del alma humana, tal como lo demostró él mismo, el autor de los Poemas Humanos, César Vallejo, el más genuino Chuco que hayamos tenido hasta ahora.

En razón de este dominio para comprender el alma de los hombres y los pueblos nuestros antepasados Chucos, otorgaban una categoría de sabio, profeta, libertador; líderes que orientan a quienes necesitan ser conducidos.

Esa categoría era ser Catequiles.

Ellos nos legaron esa herencia espiritual que está vigente en la gente sencilla del campo en donde abundan músicos, poetas y narradores orales, quienes laboran como agricultores, arrieros y artesanos y narradores orales.


12. Hacedores
de la luz


Tres.

Chuco es luz de la mente. Y, como tal, juicio. Juicio imparcial, equitativo, probo; de seres honrados, íntegros y honestos.

Es justicia, hermandad y solidaridad humanas, que se ejerce como un don sagrado.

Y es porque vivir en estas alturas y elevaciones de la tierra, rozando ya con las estrellas, entonces ya no se pueden tener pensamientos impuros porque el trato es ya con lo celestial.

Porque en los vellones de nubes del ganado que pasta en la bóveda celeste, se aprende a ser amplios, pacíficos y prudentes.

Porque en ese punto se está en comunión con algo situado más lejos todavía: la vía láctea y de ella se extrae el sentido del hombre en armonía con el cosmos en la noche estrellada.

Y el milagro del sol en las primeras luces del alba.

Igual, al apagarse los últimos fósforos y candelillas de los luceros que se hunden en el suave mar de la aurora.

Y se contempla, para tener el alma inmarcesible, el diamante de la luz en las cumbres nevadas de los cerros.

Ser Chuco constituye nuestra mejor herencia, puesto que en ella está la visión de altura, de amanecer y de alborada.


13. El dios
Catequil


Cuatro.

El Dios que adoraban no era un icono en un templo, una huaca en un montículo o un ídolo de piedra.

Era el alma de la gente representada en un hombre viejo y sabio.

El dios Catequil era un hombre cotidiano caminando por todos los senderos, no sentado en un trono sino un ser con el cual se podía dialogar a la vera de una trocha que lleva a una casa, a un puente, a una parva.

Es un hombre que va por los pueblos enseñando.

Es un líder, un maestro. Por eso Santiago de Chuco es cuna de maestros.

Y que su unidad dialéctica es que a su vez sea un niño. Quizá por eso Santiago de Chuco tiene como cultura el desvelo por el niño.

Catequil finalmente es cada uno de nosotros en las potencialidades que tenemos latentes y momentáneamente escondidas.

Catequil es cuando educamos, cuando asumimos una actitud de enseñar, una actitud noble y positiva.

Es cuando en nosotros triunfa el bien, la belleza, la verdad y el espíritu.


14. Somos
Chucos


– Entonces, ustedes ¿quiénes son? ¿Ya no son santiaguinos?

– Somos Chucos.

– Pero, ¿cuál es el patronímico?

– Chuco.

– ¿Son chuquinos entonces?

– ¡No! ¡Chucos! Chuquino es peyorativo.

– Y ¿qué es un Chuco entonces?

– ¡Lo inmenso!

Es ser luz, rayo, arco iris.

Un ser fuego de pasión, tal y como fue Vallejo. Y tantos otros hombres ilustres que ha dado Santiago de Chuco.

Es ser líderes, razón, energía, entrega.

Es el Batallón Libres de Santiago de Chuco marchando heroicamente sobre la escarcha a entregar su corazón solidario en el campo de batalla de Huamachuco.


15. Llenos de ilusiones
y de cantares


Por eso, yo quiero aquí afirmar enfáticamente mi identidad. ¡Soy Chuco!

¡Y qué grandioso que se haya conservado hasta ahora esa índole. Qué portento que nos haya llegado esta palabra y esta denominación con toda su pureza: ¡Ser Chuco!

Quiero complacerme en ello durante mucho tiempo.

Quiero conectar con mis raíces, con la savia que me sustenta, abrazarme con esos hombres y mujeres que son mis padres ancestrales y antepasados.

Y escribir desde mi identidad. Antes de sentirme ciudadano del mundo ser átomo pegado y confundido a la tierra, al grumo de arcilla, a la partícula de viento, de piedra y agua.

Y el sentirme así, identificado con mi aldea, mi terrón de adobe y de teja, consustanciado con mi calle y mi retazo de cielo.

Todo eso es Santiago de Chuco, Perla del Ande. Te invito a visitarlo cuando vuelva Capulí, Vallejo y su Tierra en la telúrica de Mayo, ahítos de promesas, esperanzas y utopías.

PAGINA ABIERTA IV


PLAN LECTOR,
PLIEGOS
DE LECTURA

















CACHICADÁN

TIERRA DE GLORIA

Y ENSUEÑOS


Danilo Sánchez Lihón

«Cachicadán, tierra de mis ensueños
Cachicadán, tierra de mi primera ilusión
yo desde aquí, de pie, le grito al tirano
la libertad nunca muere, viva la revolución»


Luis de la Puente Uceda


1. Hoy
es día de fiesta


Una dulzura infinita nos invade el alma a los chucos cuando pensamos que nuestros pasos van rumbo a Cachicadán.

¿Será por el camino pródigo para ir hacia él y que se abre como las alas de una mariposa alucinante?

¿Será por sus flores que se extienden por sus laderas en matices de azules, amarillos y fucsias? ¿Será por su aroma a manzanilla y alcanfores?

Siempre hay unos ojos negros a la vez de entrega, a la vez esquivos que se esconden tras de alguna puerta, balcón o esquina.

De Santiago de Chuco dista 45 minutos llegar a esta ciudad enclavada entre bosques de alcanfores; hermoso balneario de aguas termales que emergen a borbotones desde la base del cerro La Botica, a cuyas faldas se extiende la población de casas enlucidas de blanco, de calles adornadas de cadenetas, donde hoy es día de fiesta.

Está situada a 2,885 metros sobre el nivel del mar y cuenta con todos los servicios turísticos: restaurantes, hoteles y comunicaciones.


2. Una emoción
siempre dulce e idílica


Cachicadán es trino de mandolina, brillo iridiscente, epifanía.

Rodeado de montañas, amanece y anochece entre sus campos sembrados, aquí y allá, de maíz, trigo, cebada.

¡Y de manzanilla!

Es una combinación de colores verde, dorado, azul y magentas.

Sus plantas medicinales se extienden desde sus cañadas abismales y se elevan hasta la cima de sus montañas tutelares.

En el cerro La Botica que preside su vida se concentra el prodigio de sus variados pisos ecológicos.

Cachicadán es fuerza, eclosión, estallido telúrico; es sutileza de los matices de las flores imprevistas que se encuentran en lo más recóndito de un camino.

¡Es una emoción siempre dulce e idílica!


3. El añil
del cielo cristalino


Cierro los ojos y Cachicadán se me ofrece límpido en algunas imágenes que sobrevivirán a todas las catástrofes y a todos los triunfos.

Sobrevivirán las flores que abundan en sus jardines huertos, que crecen entre las piedras y hasta en las rendijas de los adobes.

Sus panales de mieles son casi inhallables entre las hortensias, geranios y jazmines, si no fuera porque zumban sobre ellas las colonias de abejas que van a entregar rumorosas la bendición de su trabajo y de sus juegos.

Sus alfombras de flores están cubiertas por mariposas de todos los colores y los moscardones ronroneantes que abundan en sus huertos.

El vapor del agua caliente, que recorre al descubierto por sus canales de piedra y musgo, al elevarse cubre de un velo blanco de novia irreal y sugestiva a esta tierra.

Y la entrega al sol que se acuesta por la lejanía. Y nos quedamos aquí entonando endechas con una guitarra, ante el verde de las pencas, magueyes y eucaliptos, como ante el bermejo de lomas, colinas y luego el añil del cielo cristalino.


4. De allí
su nombre


Desde muy niño yo, como todos los escolares de los diferentes centros educativos de la ciudad de Santiago de Chuco, contemplamos hacia la cuenca del río Huaychaca a Cachicadán.

Reluce en la banda de enfrente, como una joya engarzada en el fulgor del alba.

Perla incrustada en los cerros y laderas que suben o bajan de la hondonada y que se ofrece como un idilio de casas entre el verdor de los campos, bosques y sembríos, al lado de otro pueblo igualmente querido como es Santa Cruz de Chuca.

Hasta que un día, cuando apenas podemos caminar por un sendero empinado y pedregoso, se inicia la excursión en la cual ya estamos descendiendo por la cuesta de Sale-si-puedes.

Subirla de regreso será el problema, de allí su nombre.


5. Algún remanso
para aliviarnos


El agobio nos hace cogeremos a los arbustos para impulsarnos hacia arriba a fin de seguir avanzando.

Sufriremos de sed inclemente y de dolor en los pies por lo pedregoso del camino.

Pero esta vez estamos bajando y lo hacemos felices y a la carrera.

Pronto llegamos al río Huaychaca.

Tras extasiarnos en la turbulencia de sus aguas, que se precipitan en chorros impetuosos, buscamos algún remanso para aliviarnos del sudor y la agitación de la bajada.

Nos sumergimos en sus aguas que, recién y sólo aquí, sabemos que descienden de las jalcas y de sus cerros nevados.

Luego nos vestimos apurados a la sombra de sus huertos que abundan en naranjas, guayabas, nísperos.


6. Un guerrero vigilante
en los abismos


Luego de alistarnos, agitados por el apuro, avanzamos a la vera del río.

Allí se ofrece a la contemplación de nuestros ojos el soberbio puente de piedra que cruza de banda a banda el cauce de las aguas turbulentas.

Es un puente de piedra de dos arcos que se elevan airosos sobre el fragor de la corriente que brama humillada e impotente de no ser allí ni ella una privación ni un atajo.

Siempre fue un orgullo para nosotros pensar, en las noches inclementes y recogidos bajo el techo protector de nuestras casas, que aquel puente era un combatiente.

Un guerrero vigilante en los abismos. Y a favor de los caminantes que a esas horas estarían expuestos a la tempestad, al frío y a las tinieblas.

Y, sobre todo, enfrentando a las avalanchas que siniestras se precipitan por los ríos.


7. Nidal
de ensueños


Lo cruzamos reverentes, mirando desde los bordes del puente, paternal y amigo, cómo las aguas se revuelven furiosas allá abajo.

Cóleras tratadas con indulgencia por alguien que las perdona y las mira compasivo desde arriba, ¿quién? ¡el puente!

Luego empezamos la subida de la cuesta a Cachicadán con la ilusión de que a cada vuelta de colina o loma se ofrezca finalmente el pueblo adonde vamos.

Para nuestra ansiedad nunca aparece, hasta que cuando el cansancio nos doblega, de repente se avizora –como en el éxtasis y estupor de quienes buscan la tierra prometida ¡y la encuentran!– las filas de las primeras casas blancas.

Es el barrio de El Rosario, más conocido como El Canto, elevado e íntimo en este nidal de ensueños.


8. Hierba buena,
tomillos y shiraques


Entrar a Cachicadán siempre es una alegría, un regocijo del alma, un motivo de exaltación y ternura.

Respirar el olor de los alcanfores, sus calles invadidas por el humo de la buena comida, la sombra amable de sus tiendas donde –sólo por entrar y estar allí– compramos cucuruchos de arroz, alfajores, o ¡lo que sea!

Contemplar los balcones caobas o azules de sus casonas, las acequias que corren delante de los domicilios.

Y los puentes que se tienden de la calle a las puertas de entrada, creciendo abajo matas de hierba buena, tomillos y shiraques.

Cruzar las tablas y maderas del puente hace del hecho rutinario, cual es entrar a una casa, una prueba de equilibrio, un acontecimiento etéreo, maravilloso e inusitado.


9. Envuelta
en su rebozo


Y luego, por las calles retorcidas y empedradas de la parte alta del barrio San Miguel, subir a ver El Ojo donde brotan las aguas termales.

Aquí aspiramos la fragancia del cerro La Botica que sintetiza el aroma de todas las flores y plantas que curan los males del cuerpo y sanan las heridas del alma.

Como también, en cualquier recodo quedar estremecidos por el rostro hermoso de alguna niña o muchacha, tímida y pudorosa.

Sea que aparezca o desaparezca tras de un pilar, columna o muro de alguna casa.

Sea que permanezca en un patio o un corredor, límpida y misteriosa como una fuente.

Sea viéndola cruzar como un céfiro, ¡envuelta en su rebozo, por la calle arrebolada!


10. Innumerables
bosques de eucaliptos


Una vista panorámica de Cachicadán, situados desde el Campo Santo, denominado Jerusalén, nos permiten ir reconociendo estos hitos:

En la parte alta el Cerro La Botica al pie del cual brotan y fluyen las aguas termales de propiedades minero-medicinales que han convertido al barrio próximo, llamado San Miguel, en el sector de turismo en salud.

Por un flanco del Cerro se ubica el camino que conduce a los restos arqueológicos de Wallío y Sagarbal.

En los contornos destaca la presencia de innumerables bosques de eucaliptos que rodean la ciudad y le brindan el aroma característico que tiene el lugar.

A la derecha hay un mirador natural que es el cerro llamado Alto del Perú, al pie del cual se asienta la campiña de Mocaboda.


11. Al pie
y hacia el centro


Mirando en lontananza y hacia la izquierda es notoria la presencia del cerro El Angla.

Al fondo, se aprecia el majestuoso cerro Ichal, famoso por sus restos arqueológicos, en el cual se ubica el Santuario del dios Catequil.

Al pie y hacia el centro está el conjunto de casas donde, hacia la derecha, se ubica la Plaza Mayor.

A la izquierda el barrio de El Rosario, más conocido como El Canto, donde actualmente se ha erigido El Arco que es el pórtico de ingreso principal a la ciudad.

En la parte baja está el sector donde se ubican los centros educativos de todos los niveles que tiene la localidad.


12. Retornemos
a encontrar consejo


Cachicadán siempre se mira a la distancia envuelto en una especie de neblina dorada y en un aura mágica.

Dulce, lírico, amoroso.

Retornemos a todos estos elementos fundamentales de la vida, a la reserva moral que constituyen nuestras cumbres, fuentes y ríos.

A las nieves eternas, jamás corruptibles, límpidas y de una fuerza inmarcesible siempre inspiradores y, a la vez, compasivos en lo alto de nuestras cordilleras.

Retornemos a encontrar sabiduría y consejo a nuestros apus, huacas y pacarinas, todos ellos protectores, sabios y afectivos en estos tiempos aciagos.


domingo, 15 de noviembre de 2009

INVITACION DE HONOR: 14 de NOVIEMBRE



CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA







SÁBADO 14 NOVIEMBRE

DÍA MUNDIAL
DEL TURISMO
RESPONSABLE



IDENTIDAD
DE LA NACIÓN
CHUCO


PANEL:
RAMÓN NORIEGA

“La divinidad Catequil"


FERNANDO MORENO CORZO
“Cosmovisión Chuco”

LUIS FLORES PRADO

“¿Qué nos dice Markahuamachuco?”

Sábado 14 de noviembre, 7 pm.
Angamos Este 301 - Miraflores.

Ingreso libre
Se agradece su gentil asistencia

PLAN LECTOR,
PLIEGOS
DE LECTURA

¡CATARI
HERMANOS!


Danilo Sánchez Lihón


¡Hermanos,
este es el tiempo del resurgimiento,
del despertar,
desenterrando las huacas dormidas!
Es tiempo
de júbilo, de fiesta y regocijo, porque
nuestros
dioses no se fueron, ni han muerto
ni tampoco
hubieron desaparecido. ¡Están aquí
ya con nosotros.
¡Catari hermanos! Porque Catari es
poder
nuestro e investidura. Es la diadema
en nuestra
frente, en la de todos los que aquí
hemos
nacido, quienes han sufrido mucho,
que solo
ahora toca tener simples victorias,
Catari,
hermanos, es el prudente, el sabio,
el justo;
quien mira a lo lejos y sabe conducir.
De ese modo
se está desenredando ya el ovillo,
se está
extendiendo la madeja de nuestra
identidad
que estaba tan anudada, tan hecha
un amasijo,
tanto que dolía, sangrando cabeza
abajo.
Ovillo de lo que somos, de aquello
que corresponde
que seamos, volviendo incluso a ser
igual
y distintos, imaginándonos con coraje
ser mejores.
Ovillo de nuestra sangre derramada,
del corazón
que nos alienta a vivir eternamente.
Por eso:
¡somos Chucos! ¡Catari hermanos
del alba!

INVITACION DE HONOR: 7 de NOVIEMBRE

CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA

EN LA SEMANA DE LA FIESTA PATRONAL
DÍA CENTRAL: 9 NOVIEMBRE












CACHICADÁN,
DE MANZANILLA
Y ALCANFORES




TEMA: CACHICADÁN MEMORIA Y ESPERANZA




Av. Angamos Este 301. Miraflores
Sábado 7 de Noviembre, 7 pm




Panelistas:

DR. RAMÓN NORIEGA TORERO




DR. FERNANDO MORENO CORZO




DR. DANILO SANCHEZ LIHON



INGRESO LIBRE

AGRADECEMOS SU GENTIL ASISTENCIA