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lunes, 8 de diciembre de 2014

TELÚRICA Y MAGNÉTICA DE CÉSAR VALLEJO, UNA RESPUESTA A LA COP20


 
 
¡Oh campos humanos!
¡Solar y nutricia ausencia de la mar,
y sentimiento oceánico de todo!
¡Oh climas encontrados dentro del oro, listos!
¡Oh campo intelectual de cordillera,
con religión, con campo, con patitos!
César Vallejo
 
 
Carlos M. Castillo Mendoza
 
 
Hasta parece que el poeta sospechó lo que llegaría a nuestros campos, lejanos del mar, pero llenos de oro, con religión y con patitos. No fue suficiente lo que se llevó el conquistador,  también al evangelizador y más tarde al encomendero, al hacendado y al tío Sam. Los nuevos paquidermos, hoy pasan arrasando todo sin importarles el molle, los cóndores, los auquénidos llorosos ni el indio después del hombre y antes de él, que habita en nuestros campos. 
La torpeza del presidente Humala y el deseo de colocar al Perú en el centro de la palestra mundial hicieron postular al Perú para ser sede de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático que busca reducir las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera, más conocido como COP20, a sabiendas de que no podremos  presentar un país dispuesto a contribuir con esa necesidad mundial.
Primero porque el modelo económico que nuestro país eligió llevar adelante desde Alberto Fujimori, consolidado después por Alán García y tolerado que continúe como dicen “en piloto automático” por Ollanta Humala, se basa en dejar la puerta abierta a la inversión extranjera, en lo que fuera y a cualquier precio. Todos vemos cómo aquí manda el que tiene la chequera, el que viene con dólares y decide qué, cómo y dónde invertir sin importarle el costo social que ello significa.
El diálogo que sostuvieron el representante de la empresa chilena Lucchetti Gonzalo Menéndez y Vladimiro Montesinos es enormemente revelador de la manera como nos ven de fuera los que tienen dinero y llegan a nuestro suelo a continuar el saqueo. “Yo quiero una guerra corta, sangrienta y decisiva, como se ganan las batallas”, le dijo el representante extranjero al asesor de Fujimori, pidiéndole ayuda para construir su planta de fideos en los Pantanos de Villa, esos bofedales que son un pequeño ecosistema para Lima; y lo hizo sentado sobre los millones que, según él, venían de Nueva York y Londres.
Segundo porque tenemos un presidente abúlico, sin carácter para gobernar y que ha hecho del dejar hacer, dejar pasar su modus operandi político, asustado por lo que le dicen los interesados en no cambiar el modelo económico porque ello haría retroceder y truncar el crecimiento, que es una manera de encubrir sus ganancias. De otra manera no nos explicamos cómo es que el Presidente Humala, habiendo ofrecido el gobierno de “la gran transformación” ha terminado no solo desbordado por su mujer, sino permitiendo que los perdedores del proceso electoral sean los que gobiernan el país desde sus medios de comunicación, su banca y sus congresistas. No deja de sorprender que tanto Montesinos como Humala sean militares, ellos que saben mostrarse arrogantes, prepotentes y superiores ante un campesino desarmado y suplicante, terminan haciendo genuflexiones a un capitalista que solo les muestra la billetera. ¿Cuál será el concepto de patriotismo que aprenden en el cuartel? 
Tercero porque la necesidad de revertir el cambio climático es tan fuerte y nuestro país forma parte de un área necesaria para la supervivencia de todo ser viviente por sus bosques,  climas y nevados, que los depredadores, con este foro mundial intentan aparecer muy interesados en el asunto para que no se les conmine a hacer lo que realmente urge revertir. Si, como dicen los científicos, para el año 2035 seremos diez mil millones de habitantes sobre la tierra, la pelea por los recursos ya comenzó y con ferocidad.
Así las cosas, el gobierno peruano ha asumido el compromiso de organizar una reunión mundial no tanto porque realmente quiera revertir la situación del planeta sino porque no se quiere desaprovechar la oportunidad de poner al país en la ventana mediática del mundo, sabiendo que no se va a logar grandes decisiones, toda vez que Europa, Japón y EE.UU. van a ponerse de costado en un encuentro hecho en el tercer mundo cuya realidad social y económica cuenta muy poco a la hora de ver ganancias. Lo nefasto de la situación es que esta reunión ya nos va costando más de 80 millones de soles.
Como miembro del colectivo “Capulí, Vallejo y su tierra” expreso mi desazón porque una vez más somos vistos como el lugar al que hay que llegar para sacar recursos: minerales, madera, anchoveta, especies originarias, etc. y satisfacer las necesidades de un primer mundo que siempre ha crecido a expensas nuestras, con la complicidad de sus gobernantes traidores y a precio vil. Recordemos en lo que terminó el famoso impuesto a las mineras en tiempos de Alan García: en una súplica para que aportaran al llamado “óbolo minero” que ni siquiera llegó a la tercera parte de lo que deberían tributar. ¿O es que alguien cree de aquí van a salir los países industrializados arrepentidos de su ataque al ecosistema y con propósito de enmienda? ¡No será así!, porque su economía está cimentada en este intercambio desigual. Nosotros aportamos materia prima al precio que ellos quieren, luego lo industrializan y nos lo devuelven hecho mercancía que compramos pagando el valor agregado.
     Porque en el territorio nacional existen comunidades ligadas a la tierra desde tiempos remotos y eso no se puede cambiar sin su consentimiento e intervención.
     Porque somos seres hechos de tierra y dependientes de ella, y de sus entrañas sacamos el alimento esencial para la vida y las materias necesarias para el arte, la técnica y la investigación, única manera de hacer en el Perú ciencia y tecnología en serio para afrontar el Siglo XXI con éxito.
     Porque rechazamos el colonialismo de nuevo tipo y aspiramos a una verdadera soberanía que se refleje en tener claro cuáles son nuestras metas, prioridades y los fueros que nos corresponden defender ante propios y extraños.
     Porque creemos que el desarrollo del país tiene que ver más con el nivel de vida de todos los peruanos que con la cantidad de dinero que acumulan los bancos y el comercio, decimos: ¡Basta ya de administrar únicamente la contingencia!
Este ocho, nueve y diez de diciembre estaremos en el Campo de Marte para levantar la utopía más universal que César Vallejo nos dejó cuando dijo: …y Perú al pie del orbe; yo me adhiero!
Lima, 07 de diciembre del 2014
 
 
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El texto anterior puede ser
reproducido, publicado y difundido

citando autor y fuente

PRONUNCIAMIENTO DE CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA


¿QUÉ HACER ANTE EL DESASTRE DEL PLANETA? 

SÍNTESIS DE LA MESA DE DEBATES SOBRE: ¿CAMBIO CLIMÁTICO O CAMBIO DEL SISTEMA?, LLEVADA A CABO EN EL AULA CAPULÍ EL DÍA VIERNES 5 DE DICIEMBRE, PARTICIPANDO COMO PONENTES: RAMÓN NORIEGA, JULIO YOVERA, ROGER RUMRRIL Y WALTER VÁSQUEZ VEJARANO Y CON LA CONDUCCIÓN DE DANILO SÁNCHEZ LIHÓN.
DIAGNÓSTICO
1. El cambio climático es el factor que en los próximos años va a definir el destino del hombre sobre la faz de la tierra, cambio antrópico producido por el hombre y no por la naturaleza.
2. De la crisis del medio ambiente el hombre es el responsable y principalmente las corporaciones empresariales de los países industrializados que vienen produciendo cada día la contaminación ambiental.
3. El capitalismo económico con su modelo mercantil de desarrollo controla las empresas, las entidades financieras, los organismos internacionales así como a los Estados aparentemente soberanos, y es el modelo responsable de esta catástrofe.
4. En el panorama del consumo desmedido y de la voraz acumulación lucrativa se reconoce ya como daño ambiental irreversible el 80 % de los recursos depredados que ya no es posible su recuperación jamás.
5. Mientras persista el modelo de producción y consumo actualmente imperante en la sociedad globalizada no hay solución posible. La crisis del medio ambiente ha dado lugar a una crisis mayor como es la crisis de la civilización misma.
6. Hay una política de enmascaramiento acerca de los responsables de la extracción irracional de los bienes y de este daño irreparable que afecta a la humanidad del presente y del futuro, la misma que se realiza organizando foros internacionales con el fin evidente de no decir la verdad, creando una falsa sensación de solución.
7. Jamás ha habido tanta riqueza producto del extractivismo económico que depreda la tierra, y los recursos de los países pobres, concentrada en manos de tan pocas personas.
8. De todas las industrias la explotación minera aplicada en los países del Tercer Mundo es la más dañina y contaminante produciendo delitos de lesa humanidad.
9. El pensamiento lineal euro centrista que privilegia la razón práctica es la concepción que aplicada a los actos de la vida resulta nefasta, atentando en contra de la vida y la naturaleza
10. Ante la situación de desastre mundial cabe preguntarse cuál es la moral de quienes defendían y aún defienden que todo para ser sano económicamente tenía y tiene que regularlo el mercado y la ley de la oferta y la demanda?
2. ¿QUÉ HACER?
1. Agregar a la lucha por la eliminación de la pobreza, la marginación y la injusticia, la lucha frontal por la sobrevivencia del género humano ahora seriamente amenazado.
2. La naturaleza formó la vida, hay que volver a respetarla afirmando el derecho a la vida y a la propia sobrevivencia corrigiendo la contaminación ambiental que es la causa del cambio climático.
3. Afianzarnos en la cosmovisión andina y amazónica y en el pensamiento indígena de la madre naturaleza. Su sentido de pertenencia a la tierra.
4. Aplicar un modelo de gestión sustentable del territorio y de los ecosistemas, de manejo sostenible de la tierra y del medio ambiente, basados en la lectura del libro de la naturaleza,.
5. Generar y fortalecer la conciencia en el individuo y en la comunidad del compromiso, a través de la educación y la cultura a fin de poder avanzar en el manejo de estos retos.
6. Generar una propuesta humanista de convivencia humana, de defensa y respeto de la persona humana, basados en el sentido de solidaridad del cual es digno ejemplo el mundo andino.
7. Alinearse en el torrente de la voluntad popular, alentando un mensaje de unidad, fomentando alianzas y articulaciones de la sociedad civil, con las organizaciones y movimientos sociales que luchan en defensa de la vida.
8. Compatibilizar progreso con bienestar, desarrollo con justicia social, volviendo a recuperar el sentido de la industria como un fin social.
9. Frente al capitalismo dominante alentar la justicia climática, la soberanía alimentaria y energética, la defensa del agua, la vida y los territorios, y la libre determinación de los pueblos.

10. Encontrar una nueva espiritualidad en base a propuestas de sensibilidad y pensamiento coherente con los mensajes humanistas de poetas que constituyen la reserva moral de nuestros pueblos, como es César Vallejo.

C O N V O C A T O R I A

¿CAMBIO CLIMÁTICO O CAMBIO DEL SISTEMA?



El Movimiento Cultural: CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
SE ADHIERE
A LA CUMBRE DE LOS PUEBLOS Y
A LA GRAN MARCHA POR EL CAMBIO



MIÉRCOLES
10 DE DICIEMBRE 10 AM.

CONCENTRACIÓN BRIGADA DE
CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
AL PIE DEL MONUMENTO,
A CÉSAR VALLEJO
EN EL CAMPO DE MARTE
PARA DESPLAZARNOS HASTA
LA PLAZA SAN MARTÍN

COORDINADORES GENERALES:
Ramón Noriega Torero y
Magna de la Cruz.

sábado, 6 de diciembre de 2014

FELIZ NAVIDAD 2014

 
HOY
HACEMOS
EL NACIMIENTO
FOLIOS
DE LA
UTOPÍA
¡EL SHAYAPE
EN NUESTRAS
VIDAS!
Danilo Sánchez Lihón
1. Y
lloran
 – ¡Lleven sus sobreros, que el sol está fuerte! ¡Amárrense bien los pasadores de los zapatos si van a subir por las peñas!
– ¿Y en qué van a traer el shayape? ¿Ya llevan rebozos, mantas, alforjas?
– ¡Tengan cuidado al trepar! ¡No se arriesguen por los precipicios! ¡Agárrense bien de las rocas! ¡No se asomen a mirar si es hondo el abismo!
Así nos advierten nuestros padres y mayores antes de que emprendamos la travesía. ¡Vamos a traer shayape para hacer los nacimientos!
Somos una tropilla de chiquillos, algunos ya estirando los hombros queriendo ser adolescentes. Unos más grandes que otros.
Pero hay también quienes apenas pueden caminar, que son nuestros hermanos pequeños que queremos dejarlos en casa pero nos siguen y lloran por ir con nosotros.
¡Y cargamos con ellos en nuestros hombros!
2. Ya vienen
los aguaceros
Y así salimos la tropilla hecha de hermanos y hermanas, primos y primas. Y algunos niños vecinos del barrio, en dirección a las cuevas de Huacapongo.
Llegando al canto del pueblo bajamos corriendo el sendero empinado que lleva al río, cortando camino entre chacras en barbecho y hierbas crecidas.
Y por donde nos resbalamos dando tumbos, para luego ponernos de pie y doblar veloces cada curva agitando nuestros sombreros.
Y después saltando sobre las piedras cruzamos las aguas verde azuladas de la corriente ya impetuosa que en este tiempo carga el cauce del río Patarata.
– ¡Oye, mira cuánto ha crecido! ¡Está peligroso!
– Tenemos que cargar a los chiquitos.
– ¡Ya está lloviendo en la jalca! ¡Ya vienen los aguaceros con rayos y truenos!
– ¡Un poco más y nos arrastra esta corriente!
3. Es
hálito
¡Pero he aquí el shayape! Una penca breve de hojas lanceoladas, que ha aminorado al máximo su tamaño dando lugar a que se eleve un tallo esbelto desde su centro en donde se traban sus hojas que son tiernas. Es una planta pequeña a la medida de nuestras manos y de nuestro abrazo.
Que las pencas altas y ariscas de las cercas se hayan hecho dóciles, mínimas y compasivas, ¡nos conmueve! ¡Es lo que más nos enternece! Sin dejar de tener todas sus espinas, como también es la vida para nosotros.
En lo alto del tallo del shayape se erige una flor insólita que expande una iridiscencia de cálices de un violeta intenso, de donde se abren diminutas campánulas fucsias y blancas.
Es con estas pencas diminutas que hacemos los nacimientos del Niño Dios en un rincón de nuestras casas, devotas y ungidas. Es por eso para nosotros una planta sagrada, animada por el hálito de lo que es puro e inocente, como es el Niño Dios, a quien en verdad ella se debe y se consagra. ¡Y que crece en las rocas más empinadas!
4. Y su flor,
¡viva!
 Crece en los riscos más inhiestos. Gusta de los abismos y precipicios, como si se compadeciera por ser ellos tan crueles consigo mismos. En ese corte a cuchillo en vertical, en esa caída a plomada ponen su gota de fervor. En la aridez y el silencio en que la roca está sumida erigen solo por consolar cada planta una flor.
Y siendo así hacen que sus flores sean bellas, tenues y candorosas, como si quisieran alegrarles el ceño fruncido a los barrancos. Uniendo al alma rijosa de los peñascos y a la hondura de los despeñaderos, el ser ameno y sencillo que ellas tienen; poniendo un brote de gracia y encanto en las entrañas de lo aciago y terrible, aliviano la adustez de sus talantes.
¡Y claro que lo logran!, porque desde entonces las piedras enhiestas, tupidas de shayape lucen ornadas de hojas y flores, como si tuvieran moños, trenzas, rizos y encajes. Por eso es una planta de devoción para adorar al Niño Dios, quien supo hacer de la ofensa y del mal hasta una senda de bien y de salvación.
De allí que, durante estos días de diciembre, pasen por las calles pollinos y hasta caballos y mulos encrespados hasta desaparecer bajo los manojos de estas plantas con su flor carmesí, estallante y solidaria.
5. El anteaño
pasado
– ¿A cómo vende la carga de shayape?
– A un sol nomás, mamita.
Son tantos bultos que emergen desde el fondo de las calles, que parecen árboles que caminan. Un bosque de piedras florecidas que avanzan rozando bajo los aleros de los techos.
O como carros alegóricos ingresando peregrinos por sobre el empedrado y lajas de que están hechas las calzadas. Como si los breñales quisieran habitar en nuestras casas y vivir con nosotros, en familia.
¡Pero son atados de shayapes que los burros parsimoniosos cargan y que se vende solo con el mero pasar delante de las puertas solo los primeros días de diciembre!
– ¿A un sol me dices?
– Sí, a un sol nomás, mamita. ¿Para qué más? Igualito que el año pasado. Y que el anteaño pasado también.
– Y, ¿por qué tan caro, pue?
– ¡Ay, mamita! ¿Caro te parece?
6. Y traemos
guijarros
– ¡Cómo no va a ser! ¡Ya que el shayape no lo siembras, ni lo riegas, ni lo aporcas, ni lo deshierbas siquiera! ¡Solito crece para gracia del Niño Dios!
– ¿Y los pollinos qué comen? ¿Y yo, mamita?
– ¡A ver, bájame una carga!
– Y mire cómo está, ¡verdecito! Y su flor, ¡viva y radiante como si fuera una luz o una estrella titilante!
– ¡Será por nuestro Dios bendito!
Pero nosotros preferimos ir al campo a traerlo, porque además recogemos de paso el musgo húmedo donde poner sobre un vidrio una laguna de patos.
¡Y juntamos los trompitos de eucalipto para empedrar los caminos del nacimiento por donde galope la caravana de Reyes Magos!
¡Y helechos de algún arroyo, para adornar un manantial donde croen las ranas y los becerros tomen agua!
¡Y traemos guijarros que semejan esmeraldas, zafiros y amatistas con qué adornar la entrada al pesebre!
7. La inmensidad
cabe
Y traemos arena blanca pulida que jugamos a escurrirla entre los dedos, antes de darle brillo y hacer con ella estrellas fosforescentes.
¿Cómo es no? Las estrellas, que son de aire y fuego las hacemos con nuestras manos de tierra y agua, porque la arena que hemos recogido ha estado en el fondo del río para luego extenderse en sus orillas.
¡Y hemos traído ramas de alcanfor para sahumar la casa! Por eso ahora que hemos vuelto estamos alegres y felices con las cargas de shayape que hemos dejado en el corredor bajo el alero.
¿Qué sentirán ahora estas flores de estar en una casa cuando antes han estado colgadas sobre los hondos precipicios?
¿Qué pensarán cuando aquí hay luz, y voces de niños mientras antes han estado frente a la oscuridad más tenebrosa?
¡Y es eso la Navidad, sentir que la inmensidad que es el universo y el cosmos caben en una casa y al pie de la cuna de un recién nacido!
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