Translate

domingo, 9 de marzo de 2014

ACUARELA DE MI TIERRA


 
 
LOS
CELAJES
EN EL CIELO
 
 
Danilo Sánchez Lihón
 
1. El
Mirador
 
Lo primero que miramos al despertar en mi tierra, luego de tender las frazadas de lana de carnero multicolores del lecho donde dormimos, y salir al corredor o al patio, es el cielo.
Y, si en él hay nubes suponer qué día ha de hacer según el presentimiento que tengamos de qué humores embargarán a los nimbos plateados que ya se arremolinan en el cielo.
En mi casa de infancia, que más bien es una torre hacia lo alto, hay una escalera que da al hueco del terrado y frente a él se sostiene una explanada entre la pared y el techo que se eleva sobre la morada colindante que es la casa de mi abuela, lugar al cual llamamos El Mirador.
 
2. Misterio
cotidiano
 
En ese lugar me he cimbrado sobre el vacío, con el espanto de mi madre, porque cuelgan allí del techo pedazos de soguillas con que se amarran los magueyes y los carrizos que se tienden entre madero y madero, y se sujetan a las vigas, que a su vez sirven para que sobre ese tejido se sostengan las tejas.
De aquellas soguillas desprendidas o sueltas solemos cogernos para no perder el equilibrio y columbrar los cerros lejanos.
Luego alzar la vista a los copos de nubes que se apelotonan en lo alto y en lo bajo de la bóveda celeste. Misterio el de arriba como el de abajo, aunque lo recorran las gallinas cotidianas picoteando entre las piedras.
 
3. El cielo
infinito
 
Desde aquí miramos el cielo y sus mudanzas, desde que amanece.
Con los copos de nubes silenciosas subiendo de los valles, navegando en el cielo azulino.
Desde aquí seguimos su rumbo impredecible, su suerte y su destino de almas errantes.
– ¿De quién?
– ¡De las nubes!
Ora se entrelazan apacibles, ora se revuelven furiosas.
Desde aquí divisamos las hondonadas de los ríos y el cielo infinito, abierto con todos sus secretos, estrellas y planetas, sobre nuestras pobres almas indefensas.
 
3. Alfombras
de flores
 
Arriba, en el cielo azul, los celajes son rebaños apiñados y mugientes.
Son manadas que plañen y en sus balidos adoptan todos los perfiles y fulgores, matices y tonos de color.
Los celajes son olores y fragancias ante el asombro y prodigio que se hunde y se eleva en lontananza.
Algunos son vellones de ovejas trasquiladas que buscan sus majadas, vagando dispersas y desorientadas.
Los celajes deambulantes sin saber que con sus hebras los pastores del cielo van tejiendo el arco iris.
Y las alfombras de flores que se riegan por el suelo en las poblaciones de los pueblos entrañables.
 
5. Cunas
y tumbas
 
Hay vellones que se han vuelo vellocinos que son fantasmas ululantes que se alejan hacia una luz difusa que apenas se esboza en el horizonte.
Y van recogiendo de algo o de alguien sus latidos y su vida.
Son los que al final como nubes extraviadas se unen a los espíritus de los cerros.
Los celajes son a ratos calmos y en otros momentos compulsivos y frenéticos.
Son estables como a veces furtivos. Son a la vez cunas y tumbas estremecidas.
 
6. Que dos miradas
coincidan
 
Los celajes son clarines de batallas y responsos fúnebres en el cielo pasmado.
Son el silencio meditativo y el estallido de una hora que nada piensa y todo lo avasalla.
Hacia ellos crecen y se dirigen las espigas que crecen en los tejados ingenuos e indefensos.
Hacia ellos se dirige la tristeza y la melancolía cuando se ama, y se busca que dos miradas coincidan.
Primero en mirarse ellas mismas y después en mirar hacia el mismo sentido.
 
7. Bien
sea
 
Hacia los celajes vuelven los ojos los amantes compungidos. Bajo ellos cobijan sus esperanzas los idilios rotos, que es cuando las nubes con sus mantos regios los cubren y ellas mismas se encienden de colores.
En esta vida doméstica o épica es cuando, en el escenario de las nubes que bogan en la bóveda celeste, inventamos mil historias subyugantes según la danza o el estrépito que hacen.
Y según sea el temperamento de nuestros latidos, bien sea que se sientan regocijados, bien sea que los desgarre una pena o melancolía.
 
 
*****
El texto anterior puede ser
reproducido, publicado y difundido
citando autor y fuente

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.