LA BATALLA
DE
ZARUMILLA
PLAN LECTOR
PLIEGOS
DE LECTURA
VOZ Y PODER
QUE VIENE
DEL PUEBLO
LA PROEZA DE CARLOS
MIÑANO MENDOCILLA
MIÑANO MENDOCILLA
Danilo Sánchez Lihón
«Mi vida es una flecha
que ha de llegar a su destino».
J. C. Mariátegui
1. Mirándole
a los ojos
a los ojos
– Carlos, anda hijo, espanta esas gallinas.
– ¿Cuáles, mamá?
– ¡Esas que están picando el mote de trigo!
Corre donde le dice su madre, pero encuentra, ¡oh sorpresa!, que sobre el tendal hay una inmensa culebra que se desenrosca.
El reptil lo mira y se va desenroscando amenazante, su cuerpo lustroso lleno de fintas verdes y amarillas tornasoladas, se endereza.
Ve que es de las más grandes y venenosas que hay en el lugar.
Despacio y lentamente sin quitarle los ojos estira la mano y coge una rueca que hay cerca.
Y espera en silencio.
La culebra está frente a él, se ha erigido lo más que ha podido.
Lentamente va levantando el palo y lo sostiene a una altura en que sus nervios puedan reaccionar, si es que el animal salta o se abalanza.
2. Regresa
tranquilo
Espera que la culebra se ponga en una posición de costado, de tal modo que si no acierta a darle en la cabeza por lo menos le romperá la columna, evitando que lo ataque.
Espera, sin pestañearle los ojos, con todos los nervios tensos.
No se mueve un milímetro, con el palo levantado. Tiene apenas cinco años.
La culebra se anonada y ligeramente voltea la cabeza instante preciso en que él hace girar sus manos y le asesta un golpe certero.
La culebra se revuelca chicoteándole con la cola hasta hacerlo caer al suelo.
Se pone de pie, al punto.
Y termina matándola a palazo limpio. Y ahí la deja tirada al lado del tendal.
Y regresa tranquilo.
Pero su madre lo recrimina:
– Carlos, cuando se hace el mandado se regresa pronto. ¡Tú te has tardado!
– Ya, mamá.
– Cuando es momento de juego, hijo, se juega. Cuando se está ayudando en la casa, no hay que distraerse.
– Ya mamá.
3. ¡A
ver!
– Entonces, ¿Por qué te has demorado tanto?
– Había una culebra que estaba sobre el mote de trigo.
– ¿Qué? ¿Culebra, dices? –Se asusta la madre.
– Sí. Estaba sobre el mote.
– Y, ¿se ha corrido?
– No.
– Entonces, ¿dónde está ahora?
– Ahí. La he dejado tirada.
– ¡Dónde!
– Al lado del tendal.
Mirándole espantada la madre corre a ver.
– Y, ¿cómo ha sido?
– La he matado con la rueca. –Dice él, juntando y acomodando la leña dentro de la cocina.
– ¡A ver! ¡Vamos a ver!
La mamá lo coge de la mano y sale con él a comprobar, incrédula, lo que su hijo le dice.
4. Rapaz, voraz
y maligna
Y ahí encuentra al bicho, todavía moviéndose y sangrando.
– ¡Dios Santo! ¡Y es la más venenosa! ¿Y, cómo has hecho esto, hijito? ¿Tú solito la has matado? ¿Y sin gritar? ¿Sin avisar a nadie? ¿Sin llamar siquiera?
– Sí, mamá.
– ¡Ay! ¿Pero, qué clase de cholito eres? –Le dice abrazándole–. ¿Qué irás a ser con esta valentía? ¡Hijo, hijo de mis entrañas! De seguro vas a ser ¡General del Ejército del Perú! ¡Eso serás!
Eso le auguró su madre y eso fue lo que se cumplió.
Eso precisamente llegó a ser Carlos Miñano Mendocilla.
Y lo mismo hizo en la defensa territorial del Perú: destrozó sobre el mote de trigo, pero esta vez de la geografía del Perú y sin aspavientos, a varias culebras pululantes y venenosas.
Sobre todo, la más importante y venenosa: la oligarquía de nuestro país enquistada en el ejército.
Culebra que siempre revive, se enquista en el poder y nos gobierna, de turno en turno, rapaz, voraz y maligna en todo.
5. La victoria
más resonante
Porque él es el vencedor total de la Batalla de Zarumilla, en el conflicto con el Ecuador el año 1941.
Y que ha puesto en jaque a monstruos del poder apátrida. Sin embargo, es bajito, mide apenas 150 de estatura, trigueño y regordete.
Sin embargo, ha llegado a ser el soldado más destacado y querido de nuestra infantería de guerra del Siglo XX en el Perú.
Se enrola como movilizable, en la leva del mes de diciembre del año 1918, presentándose como voluntario en el reclutamiento de este año.
Y, de soldado raso, llega a ser Espada de Honor de la severa Escuela Militar de Chorrillos.
Y es quien comanda, siendo teniente coronel, el Batallón Nº 5 Zarumilla, el 24 de julio del año 1941.
Obtiene con esa batalla la victoria más resonante del siglo XX para el arma de la infantería y para el conjunto del Ejército Peruano.
¿Cómo ocurre esto? He aquí los hechos:
6. La Guerra
del Petróleo
Este año de 1940, Ecuador ocupa zonas históricamente peruanas en la frontera norte del país.
El presidente Manuel Prado, sin saber al principio de qué se trata, ordena a las Fuerzas Armadas del Perú desalojar esa presencia, para lo cual se forma el Agrupamiento del Norte, al mando del General Eloy Ureta.
En ese contexto se produce la Batalla de Zarumilla que comprende los hechos de armas ocurridos en la zona fronteriza entre los días 23 y 31 de julio del año 1941, que culmina con la ocupación peruana de las provincias de El Oro.
Uno de los actos más destacados de esta gesta es el sacrificio del Teniente Coronel FAP Abelardo Quiñones en el combate de Quebrada Seca, que ocurre el 23 de julio de este mismo año.
A esta contienda se la denomina la Guerra del Petróleo, detrás de la cual están actuando intereses ingleses y norteamericanos.
Ellos quieren el dominio de este territorio fronterizo por el país que le ofrezcan las mayores ventajas de explotación de aquella riqueza.
7. Las agujas
del reloj
La posición del Batallón Nº 5 del Perú es inmejorable el día 24 de julio y lo único que falta es la orden de ataque.
Se ha puesto como límite las dos de la tarde de ese mismo día. Si hasta esa hora no llega el mandato se desistirá de avanzar.
Pero, ¿por qué sería si es un triunfo seguro?, cavila Carlos Miñano Mendocilla.
¿Qué ocurre mientras tanto en la mesa de negociaciones? Algo raro. Nadie lo sabe a ciencia cierta. Pero se lo puede deducir.
Las compañías petroleras y sus gobiernos llegan a acuerdos más ventajosos con el Ecuador.
Los gobiernos de esos países, Inglaterra y Estados Unidos de Norteamérica, ordenan al gobierno del Perú ceder esos territorios.
Indudablemente a cambio y de por medio hay prebendas a los títeres de la política y de la milicia.
Eso se colige.
Carlos Miñano Mendocilla, Jefe del Batallón, en la trinchera mira cómo avanzan las agujas de su reloj, ya cerca de las dos de la tarde.
8. Tú,
¿qué harías?
Tiene el teléfono de campaña la radio a su costado y no se produce ningún timbre de llamada, ni tampoco ningún campanazo en la radio.
A las dos de la tarde tiene que llegar la orden. Y esa orden no llega.
– ¡Por lo menos deben decirme que no!, para que yo grabe esa orden. Hasta en eso se cuida la oligarquía cobarde. –Habla consigo mismo.
Sus ayudantes de campo miran su rostro y en él no se mueve un solo músculo.
La aguja del minutero sobrepasa tres minutos las dos de la tarde. Han pasado tres minutos, y no se produce ninguna orden en la radio.
Para él se corrobora las sospechas que tiene de que algo muy raro se negocia en el nivel político: Nada menos que ceder nuestro territorio, porque así lo dispone una potencia extranjera.
Pero él tiene un lema que es: «Decide con la voz del pueblo que viene de abajo. Con aquella que viene de la tierra. Y con la voz de tu conciencia».
– ¡Porfirio! –clama, llamando a su ayudante. Él es un cholo de Santiago de Chuco, proveniente de Huayatán, íntegro y valiente, que le cuida las espaldas–. ¡No llega la orden! Tú, ¿qué harías como soldado?
9. Si es
lo que sospecho
– Atacar, mi teniente coronel. –Es la respuesta contundente. Y eso no le sorprende al comandante.
– ¿Aún a costa de que te corten la cabeza? Porque lo único que me queda es el fusilamiento por desacato.
– ¡Aún así, mi teniente coronel! ¡Y yo pondré mi cabeza, al lado de la suya!
¡Ése es el pueblo!, piensa. Corrobora lo que él siente. Y eso le basta a Carlos Miñano Mendocilla quien en ese instante asume toda la responsabilidad de tomar por sí mismo la iniciativa del ataque.
– Bueno. –Dice–. Tampoco me voy a quedar esperando. ¡Atacamos!
Ha reunido inmediatamente a todos sus jefes. Pero tiene una intuición, la misma que la tuvo cuando despedazó a la culebra en el tendal del mote de trigo con una rueca, aún siendo un niño de apenas cinco años. Quiere dejarla primero mover la cabeza:
– Si es lo que sospecho también deben haber revelado por donde atacaremos.
Por eso, ¡vamos a cambiar totalmente de táctica!, piensa.
10. No ha sido
fusilado
– ¡Bien! ¡Vamos a atacar!
– ¡Coroneles! ¡Al ataque!, pero en vez de hacerlo por el flanco derecho como estaba previsto lo haremos por el izquierdo.
– ¿Cómo? ¡Mi teniente coronel! Todas las columnas están dispuestas para atacar por la derecha.
– ¡Cambiamos de plan, he dicho! ¡El ataque es por la izquierda, carajo!
El resultado inmediato de estos hechos confirma lo que había sospechado.
Vence y avanza hasta la provincia de El Oro. Pero pronto es llamado a una junta de guerra, en la ciudad de Chiclayo donde está instalado el Comando Conjunto. Se le susurra al oído:
¡Ya está dictaminada allí tu pena de muerte inmediata!
Los comandos y soldados de su batallón hacen entonces una manifestación tajante de adhesión a su jefe. Y manifiestan mediante el teléfono y la radio que atacarán guarniciones cercanas de su propio ejército si algo le pasa a Miñano Mendocilla en Chiclayo. Y también si se demora en volver a su base.
No ha sido fusilado. Y ha hecho que se cambie en parte el curso de la historia. ¿Cómo?
11. Cualidades
de los grandes
No pudo evitar que se cedieran territorios, porque pese a que el Perú ha ganado la guerra se han perdido territorios ricos en Petróleo por la presión de las potencias extranjeras.
Pero Carlos Miñano Mendocilla sí le ha dotado de una nueva moral al Ejército del Perú. De allí que las diversas armas le tienen ley.
Cada día de su cumpleaños los batallones de Infantería se apostan en las calles adyacentes a su casa a manifestar su saludo, su respaldo y su adhesión.
Y mientras él vive, el ejército de base le rinde total y plena pleitesía. En la Av. Javier Prado donde queda su casa, el día de su cumpleaños el arma de infantería del Perú se enfila en las veinte anchas cuadras para que él salga al balcón, salude y ejerza el mando.
Mueve el brazo y el ejército del Perú toma posición de firmes. Se lleva enérgicamente la mano al casco o al quepí, y presentan armas. Él vuelve a mover el brazo y bajan los fusiles.
Siempre anda a pecho descubierto. Es valeroso.
Con esas actitudes ha logrado una moral muy alta en el ejército.
12. Ayudado
de un bastón
Tiene las cualidades de los grandes. Cuando ejerce su don de mando lo ejerce con total y plena autoridad.
Sin embargo, su nombre ha sido borrado de la historia oficial del Perú. Y ha sido así por esa raigambre popular, telúrica y consecuente con lo andino y el Perú de base, como él la tuvo.
No aparece ni se hace la más mínima alusión ni referencia sobre su persona.
Ha desaparecido por completo de los manuales.
No figura una sola línea acerca de él en la monumental Enciclopedia Ilustrada del Perú de Alberto Tauro del Pino, publicada por la Editorial Peisa y el Diario El Comercio.
Empero, es significativo el monumento que el personal de base de la Guarnición Militar de Tumbes inauguró el 24 de julio del año 1987, en su homenaje, y a cuyo develamiento él mismo ha asistido caminando ayudado de un bastón.
13. Fanático
del estudio
Se lee en la placa recordatoria:
«Los oficiales, técnicos, suboficiales
y elementos civiles del Glorioso
BIM Zarumilla Nº 5, al vencedor
de la Batalla de Zarumilla 1941,
Teniente Coronel
CARLOS MIÑANO MENDOCILLA.
24 de julio de 1987».
Sin embargo, quiero contar aquí que sus dotes de gran militar se apoyan en lo que es característica e identidad de los chucos, de donde él procede.
¿Y cuál es esa característica? El cultivo de la mente, el dominio de los conocimientos y el estudio asiduo y constante.
Toda aquella visión, principios y actitud son debidas a ser un gran lector, porque las grandes decisiones no son improvisaciones sino elaboraciones complejas y sutiles de la mente.
Es así como su ascenso y proeza lo debe a la aplicación y al desvelo por conocer y aprender. Y al respecto quiero contar lo siguiente:
Su sobrino Francisco Salvatierra Miñano, hijo de su hermana, cuenta que es fanático del estudio.
14. ¿Has
entendido?
Así, cuando él ha venido a Lima ha ido a visitarlo.
Y él le dice:
– Bueno, sobrino, ya que conoces la casa, cada mes me vas a traer tu libreta de notas. ¿Ah? Ya tú sabes: ni quinces ni dieciséis ni diecisiete ni dieciocho. Los Miñano son de diecinueve para arriba, casi siempre de veintes. Cuidadito de venir con menos. Porque entonces te agarro a patadas y te boto por esta escalera. ¿Has entendido, sobrino?
– Sí, tío.
– Y vas a venir. Sino, yo te voy a ir a buscar. Porque ¿sabes qué, hijo? ¡El estudio es lo más importante en la vida! Y el estudio para solucionar los problemas de nuestro pueblo. ¿Has entendido?
– Sí, tío.
– Y para que veas que no pido lo que yo no he cumplido, te voy a traer mis libretas de notas para que las veas. Espérame un momentito?
15. De soldado raso
a Espada de Honor
– Te voy a dar cien soles por cada nota menor de 19 que tú encuentres en ellas, sea del año que sea, desde la primaria hasta la superior, incluso de la Ecole Spéciale Militaire de Saint-Cyr, en Francia, en donde los cursos lo dictaban en otros idiomas que era difícil entender.
Yo digo entonces –cuenta Salvatierra– me esmero por encontrar siquiera un 18 en estas libretas. Voy a sentarme a revisarlas con cuidado. Siquiera un 18 debe haber.
Porque cien soles es buena plata, puedo comprarme con ello una plancha, que necesito para desajar mi ropa. ¡Algún 17 también puede haber! ¡Siquiera uno!
Y empiezo a revisarlas desde un canto esas libretas, de izquierda a derecha, de arriba para abajo. Y hasta las sacudo para que caiga un 17, que pienso que puede haber escondido en algún pliegue. Boca abajo las pongo. Las volteo. Nada, todos son puros veintes.
Es así cómo se ha formado para pasar de soldado raso a Espada de Honor en Chorrillos. Quien ha nacido el 22 de noviembre del año 1901, en un lugar campesino muy humilde, como es la pampa de Muycán, a unos seis kilómetros del pueblo de Santiago de Chuco.
16. Solo pudo separarlos
la muerte
Estudia la Educación Primaria en su pueblo natal y la Educación Secundaria en el Colegio San Nicolás de Huamachuco, el año 1915. Y en el Instituto Moderno de Trujillo, en los años 1916, 17 y 18.
Un año sirve de soldado raso en el ejército. Y de la Escuela de Clases es promovido a la Escuela Militar de Chorrillos, donde estudia durante 1922 a 1924, donde es Espada de Honor, graduándose como Subteniente.
Por ser el primero de su promoción le corresponde estudiar en la Ecole Spéciale Militaire de Saint-Cyr, de Francia, en donde se gradúa como Sub Teniente de Infantería, en 1926, se diploma en el Centro de Infantería de Versalles y luego sirve en el 152 Regimiento de Infantería de Colmar, Alto Rhin.
En febrero del año 1943 el Congreso de la República lo asciende a Coronel por Acción Distinguida en Hechos de Armas. En 1945 siguió estudios. En 1945 siguió estudios en la Escuela de Comando y Estado Mayor en Fort Benning en Georgia, en los EEUU.
En Francia desposa a una hermosa mujer, Jeannette Reobsone Koebele, de nacionalidad francesa, rubia y esbelta, con quien se une y solo pudo separarlos la muerte.
17. Alegre
y vivaz
Son compadres con Manuel A. Odría, quien también tuvo actuación destacada en la Batalla de Zarumilla, es ascendido pronto a coronel, Jefe del Estado Mayor del Ejército y luego asume el más alto cargo de la presidencia de la República del Perú, en el año 1948.
Durante el gobierno de Manuel A. Odría, Carlos Miñano Mendocilla es llamado para ejercer el cargo de Ministro de Agricultura, en 1948; el de Ministro de Guerra, en 1951 y es ascendido a General de División.
Ya en el régimen constitucional de Manuel Prado es Senador por Tumbes, entre 1956 y 1962, habiendo sido antes director de la Escuela Militar de Chorrillos.
Asimismo, se desempeña como Presidente Vitalicio de la Sociedad Héroes de la Independencia y Defensores de la Patria.
Cuenta Francisco Salvatierra que cuando le traía su libreta de notas y veía que no había menores de dieciocho, se ponía alegre y vivaz. Y le decía:
– Hoy día sobrino, como te has portado bien, vamos a cocinar, ¿qué te parece? Yo hago lo más sabroso y difícil, ¡el cashallurto! ¿Te gusta? ¿Ah? ¡Ya ves que sé lo que te gusta! Tú vas a tostar la cancha.
18. A costa
de su propia vida
Lo curioso es que ahí mismo saca su callana que es muy raro que en Lima alguien la tenga. Y allí tuesta la cancha, mientras sigue hablando:
– ¿Qué te parece? ¿Ah? Y encima voy a sancochar habas y freír ñuñas. ¿Crees que no tengo ñuñas? ¡Me envían habas y ñuñas de Muycán! ¡De nuestra tierra! ¿Sabes quién? ¿Quién crees?
¡Tu mamá! ella misma me envía por la agencia. Es decir, nunca dejó de ser campechano.
Eso es Carlos Miñano Mendocilla, un hombre sencillo y, como tal, auténtico.
¿Por qué nos olvidamos de ellos y encumbramos a tantos fantoches de feria?
Cuando yo era niño y estudiaba en mi escuela, y vivía en mi pueblo, la aureola de este héroe era grandiosa.
Ahora ha desaparecido. Lo rememoro aquí no para ensalzar de él sus proezas militares, que debemos darlas por superadas entre pueblos civilizados y hermanos.
Lo evoco aquí, emocionado, por su raigambre de hombre de pueblo, honesto e incólume.
19. Una razón
y a una fe
Lo evoco aquí por ser aquel que sabe oír la voz popular, atenderla y sublevarse no importa que ello pueda costarle su propia vida.
¡Porque ése es su significado trascendente!
Su ejemplo es rebelarse, cuando sospechó que las órdenes no eran ni patrióticas ni correctas.
¡Cuando notó que las orientaciones no eran honestas!
¡Por eso debe de estar presente como una referencia inolvidable en nuestras vidas!
Su ejemplo y paradigma es la decisión trascendental de: ¿A quienes obedecer?
Dicho de otro modo: ¿Cómo nos orientamos en la realidad actual?
¿Qué intereses hemos de defender? ¿Hemos de escuchar y acatar la voz de los jerarcas o la emoción auténtica de la comunidad a la cual servimos?
Su trayectoria es la de un hombre que se debe a una razón y a una fe. ¿Cuál es ella? La razón y la fe en su pueblo.
20. Erigirlo
como ejemplo
El suyo es el ejército real del Perú telúrico, mítico, ancestral.
Su país es aquel que hay que lograr que sobresalga.
Y esto a fin de vencer todas las batallas y las guerras que la historia nos presente como desafío en el destino del Perú.
No el ejército de las prebendas, medallas, besamanos y mezquindades.
Él pertenece al ejército de Grau, de Bolognesi, de Cáceres, de Alfonso Ugarte, de Ramón Zavala, de Leoncio Prado.
Él pertenece al ejército de los montoneros de la Campaña de la Breña.
Rescatamos en su gesta el sentimiento que viene de abajo, de las profundidades de la tierra, del genio de la raza.
Rescatemos de él su raigambre Chuco, hecha de cultivo de la mente, de la sensibilidad, del esfuerzo, de la constancia y del coraje.
Ojalá que estas líneas sirvan como rendido tributo y que valieran en algo para reivindicarlo. Y de erigirlo como ejemplo.
Texto que puede ser reproducido
citando autor y fuente
Teléfonos: 420-3343 y 420-3860
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