Translate

viernes, 11 de septiembre de 2009

PAGINA ABIERTA II

INSTITUTO DEL LIBRO Y LA LECTURA INLEC DEL PERÚ Y CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA



PROCLAMA
Y HECHIZO A FAVOR DEL MUNDO MÁGICO


Danilo Sánchez Lihón

1. El destino inhallable que somos

Este es un manifiesto, una proclama, un bando público. Pero a la vez es una confidencia a favor del mundo mágico que esencialmente somos los hombres. Y más aún si somos andinos.
Es en defensa de nuestros apus, puquiales y pacarinas. En adhesión a nuestros duendes, endriagos y sirenas. Es a favor del espíritu de los cerros, de las almas en pena; de los espantos y aparecidos entrevistos de anochecida.
Porque de tres hilos está tejido el ser de los hombres: Del hilo blanco de la razón, cálculo, lógica y conocimientos. Del hilo rojo de la pasión, afectos, emociones y sentimientos. Y del hilo negro de la magia, subjetividad y encantamiento; y del destino inhallable que somos o tenemos los hombres.
Sólo que este último hilo es el más tupido, intrincado y recóndito. Y es en ese orden, de adentro hacia fuera, que están alineados esos tres horizontes. Al fondo es el contenido mágico de los sueños, después vienen los afectos y finalmente la fría y endeble razón.


2. Un país de alborada

El Perú, en el submundo que reivindicamos, es un país rico, extraordinario y prodigioso, sembrado y tejido de tesoros.
Más que el oro de nuestras minas nos puebla y define el oro de nuestros corazones y más adentro el sortilegio de nuestras fantasmagorías. La fantástica de nuestros impulsos, sensaciones e impresiones.
Y esto se vincula con la esperanza y las quimeras que nos habitan, porque somos un país de ilusión, de sugestiones y utopías.
Que estas claves e imágenes sean nuestras anclas y secreta pervinca, que sepamos cada vez más cómo entrar a esos recintos. Y hacer que pervivan acompañándonos siempre a tomar mejores decisiones. Y que sobrevivan por los siglos de los siglos, porque no solo nos alivian y consuelan sino que nos representan, nos ayudan a conocernos y finalmente nos salvan.
Porque somos nosotros mismos enigmas y delirio. Y sombras deambulantes en la dimensión de los mitos, las idealizaciones y el ensueño que es lo mismo a ser un país de alborada.

3. Infinitageografía interior

Hay que reconocerlos en todos los personajes de asombro, en lo hondo de amuletos y talismanes, porque nuestro origen es un país de fábula. A mimetizarnos en duendes, demonios y fantasmas.
A hacerlos más vigentes en nuestras vidas, a reverenciarlos más al borde de los caminos y cuando atravesamos los puentes.
Compartir con ellos más secretos y arrobamientos en los recodos y quebradas. ¡Y conjuros y hechizos en las arboledas y colinas.
A esperar la aurora con esos hálitos, espíritus, alientos. ¡Y llamas vivas! A estar con ellos en las cumbres de los cerros para llenarnos de sabiduría. A consustanciarnos con su fortaleza e ingenio. A reconocerlos como amigos, guardianes y protectores de nuestras vidas.
Invocamos a sintonizar más con el mundo andino mágico, prodigioso, que configura una geografía interior infinita, que es de lo que verdaderamente se trata de reconocer y posicionarse en esta vida para transitar ungidos hacia las otras moradas.


4. La luna y las parvas

Porque en realidad, los seres humanos en general, pero más quienes hemos nacido en la atalaya del mundo andino, nacemos embrujados. Y aparecemos aquí como arcano y misterio.
Y somos milagros, abalorios y talismanes. Somos seres encantados a diario y cotidianamente. Siento que aquí, por ejemplo, al lado mío está un tótem que ha venido a visitarme.
Siento que ha venido a visitarme esta mañana un tótem y querido paisano mío. Es Felipe Arias Larreta, quien escribió sobre la luna y las espigas, sobre el mes de agosto y las parvas de trigo de mi tierra.
Ha venido a hablarme de un amor imposible que tuvo, por una muchacha aldeana por quien suspiró hasta morir sin que jamás pudiera hablarla.
Y quizá porque ella era muy humilde, y murió de amor sin que ella se entere ni se de cuenta.
Pero da igual, es el amor sublime el que pone barreras. ¿Qué sería de ella?


5. Estamos hechos de abismos

Siento los fantasmas que pueblan mi casa.
Hay un plano en donde ellos moran, pero que está aquí entre nosotros. Comparten nuestras sillas y nuestras mesas. En este mundo, donde están todos los otros mundos.
Tienen los espíritus una manera de ser cual es no alterar nuestro orden. Porque son suaves y discretos, pero comparten nuestras cosas. Se sientan al lado nuestro y duermen con nosotros.
Están aquí, que es importante saberlo. Ellos son guardianes, protectores y mensajeros. Es cuestión de saberlo apreciar, mirar, tener soledad para escucharlos y sentirlos.
Está aquí conmigo otro viejo amigo díscolo y severo, pero sufrido y como tal entrañable: Es Felipe Huamán Poma de Ayala. Lo veo decir algo con la boca amoratada, sin poder escucharle, algo por lo cual después me preguntaré yendo por todos los caminos y por el paisaje increíble de un abismo- ¿Qué es lo que quiere decirme? ¡Porque estamos hechos de abismos los que aquí vivimos!


6. Mundo trémulo

En mi pueblo que es Santiago de Chuco todo está encantado. Y hecho signos de poesía.
Está encantada la casa que yo tuve de niño y la cargo conmigo por donde vaya. Sueño dentro de ella esté donde esté. Y subo despierto por sus escaleras, aunque ella ya no esté.
O el pozo y la buganvilla que nunca estuvo sobre el pozo pero que allí la recuerdo bien. Está sumido en un exorcismo el balcón que da a la calle. Y yo en él fijo para siempre, mirando a la gente que pasa.
Cada rama, hoja y flor del huerto están quietas, porque tienen a su vera a las almas de los muertos que se pasean en la arboleda.
Es el mundo andino sumido en su carácter mítico y legendario.
Yo habité de niño este mundo encantado. Mi infancia más estuvo poblada de fantasmas, donde todo era latente, estremecedor y vibrante.
El mío fue mundo trémulo, donde los cerros que nos rodean, como el Campana y el Huacapongo están sobrepoblados hacia adentro de demonios.
Nací en el barrio de Santa Mónica a las faldas del volcán que es el cerro Quillahirca, consagrado a la luna.
Es un personaje estricto en sus pactos, sin engaños pero eso sí con inmensas pasiones He entonado canciones en su falda sin saber que eso para él me ponía un estigma en la frente.


7. Hoy, como ayer, como mañana

Yo habité ese universo, donde a veces un árbol, una peña e incluso una piedra nos detienen para contarnos una historia, o simplemente lo que les ocurre y sucede.
Las orillas del río, o un recodo, tienen una vida interior mágica, hecha de maravilla, siempre dolida y asombrada.
Pueblo en donde toda piedra es bruja. Y toda piedra es el mundo. De allí que mi infancia estuvo poblada de fantasmas, donde todo eran luces y sombras, reflejos e iridiscencias, suspiros y quejas, ahogos y alientos de gente que se despedía o que hace tiempo ya había muerto.
Que exhalaba su lamento en el umbral de la puerta. O en la escalera, donde los rayos del sol y la luna son presencias sublimes
Esos referentes constituyen mis secretos, los muchos fantasmas que pueblan el universo.
Los duendes de las cercas, con sus pócimas finalmente terminaron por embrujarme.
Y yo me dejé llevar con la condición de que ese mundo fuera sagrado y se tornara poesía. De eso trata este y los otros libros, que hoy, como ayer, como también mañana, pongo en tus manos.

ºººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººººº




TAITA,MIRA MI DIENTE

Danilo Sánchez Lihón

“Si Satanás pudiera amar dejaría de ser malvado”Santa Teresa de Jesús

1. El llanto de un niño tierno

Don Carlos Rojas, mi vecino, apodado también El Macarano, de quien se cuentan historias legendarias, acostumbraba todo fin de semana irse de jarana a unas amistades que tenía en Cunguay, en donde se decía que tenía su querida. Gustaba de tocar la guitarra y se divertía de lo lindo, yendo de fiesta en fiesta. Así, andaba montado en su caballo mostrenco, anda que anda, de amanecida por los caminos.La noche en que ocurrieron estos sucesos venía de una fiesta en la casa de su compadre don Isidro Vásquez en el vecino pueblo de Cotay.De repente, pasando Huacapongo, escuchó en la oscuridad, a la vera del camino y por una mata de tunas, el llanto de un niño tierno, casi de un recién nacido.– Ñagau, Ñagau, Ñagauuuuú.– ¿Velay, qué? –se dijo asimismo.


2. A la vera del camino

– Ñagau, Ñagau, Ñagauuuuú. –Se escuchó otra vez.– ¿Quién anda con criatura pequeña a estas horas, por estas cercas? –rezongó.Y sobreparó su caballo, pensando que alguna mujer se había quedado por ese lugar con su hijo y que de repente necesitaba ayuda.Soltó la rienda, picó las espuelas y se asomó por las pencas para ver quién estaba por ahí.– ¿Quién’ ta? ¿Se necesita ayuda? –Otra vez, preguntó.Al principio, no vio nada. Pero cuando ya se iba montado en su caballo, nuevamente escuchó detrás de las pencas:– Ñagau, Ñagau, Ñagauuuuú. Esta vez sí, se apeó enfurecido, bajando rápidamente del caballo para ver quién, a esas horas de la noche, podía estar pasando ese mal momento.


3. Algún ser humano

Se estiró a ver, alumbrando con su linterna a fin de distinguir si era cierto lo que había oído.Esta vez, se inclinó casi hasta estar tendido en el suelo. Y comprobó con asombro que una criatura completamente desnuda, apenas de unos meses de nacida, estaba tirada sin manta y sin nada que lo cubra sobre los guijarros puntiagudos que había para ese lado del campo.– ¡Caray! –dijo, don Carlos–. ¿Qué madre desalmada ha botado a su criatura en este campo desolado? ¡Grandísima mostrenca !Se acercó, y el niñito le sonrió como si no tuviera frío ni nada lo atormentara en ese paraje inclemente.De todos modos, Don Carlos alumbró con la linterna mirando para todos lados para ver si había alguna mujer o algún ser humano. Nadie.


4. Morir en tanto frío

Al ver que todo era una soledad sobrecogedora, abrió sus brazos por debajo del poncho y envolvió al niño alzándolo contra su pecho, mientras el ñaño reía.Al acercarse al caballo, éste se encabritó asustado y relinchó con los ojos llenos de espanto, pero más pudo el coraje de Don Carlos que lisureó al animal y pudo montar con el niño entre sus brazos.Allí lo traía acunándolo, cantándole huaynos, pasosdobles, valsecitos de antaño y toda canción que supiera. Y haciéndole mil arrumacos.Mientras tanto, se hacía mil conjeturas de quiénes podrían ser los padres inhumanos que habían dejado abandonada a esta criatura con peligro de morir en tanto frío.– Y ahora, ¿qué le digo a mi mujer? –Se preguntaba preocupado don Carlos. ¿Quién le va a poder hacer entender que este hijo no es mío?


5. Taita, ¡mira mi diente!

Pero llevando al bebe envuelto en su poncho, lo siente raro. Zapatea el mocoso. Y su cuerpo se encrespa.Además, quema como un fogón encendido.Así caminó soportando el peso. Pasó todo Huacapongo. Pero cruzando el río el niño se alborotó al escuchar las cascadas y el retumbaban del agua en las peñas. Y casi se suelta.Ya por el Cerrillo a la entrada del pueblo, cuando ya se divisaban las primeras casas de Santiago de Chuco, el niño empezó a patalear fuerte. Abriendo Don Carlos un canto de su poncho para calmarlo, el niño sonriéndole con una mueca horrible, le dice:– Taita, ¡mira mi diente!


6. El caballo que se espanta

En eso, abrió su boca riéndose a carcajadas, y unos colmillos como de gato relucieron en la noche todavía tupida, helándosele la sangre en las venas a Don Carlos que, apenas, pudo botar al suelo el bulto infernal que había cargado gran parte de la noche.Saltó el diablo al suelo y el caballo que se espanta por las luces, chispas y candelas que arroja el demonio.Don Carlos, cayó descoyuntándose los codos y las rodillas. Pero pudo ver todavía al escaparse el shapingo, una cola horrible de culebra llena de cerdas picudas. Y oírle decir:– Viejo cojudo. Si te demoras un poquito más te iba a cargar al infierno.


7. Que enmiende su vida

Unas señoras que bajaban a esa hora a traer alfalfa de la chacra, recogieron y auxiliaron a don Carlos que estaba babeando en el camino, no pudiendo ellas soportar el terrible calor que hacía y el terrible olor a azufre que se invadió toda la loma. Recién allí le pasó toda la borrachera a Don Carlos. Avisaron a doña Laurita, su mujer, que con otros familiares fue a recogerlo.Pero antes de venir a su casa lo llevó directamente a la iglesia, tocándole la puerta al cura para que lo confiese, lo riegue con agua bendita y recoja su espíritu que se le había quedado enredado entre las espinas de la loma en la bajada de los Cerrillos.El cura le recomendó a Don Carlos que, nunca más, se arriesgue a ir por las noches a las jaranas que habían por los contornos de Santiago de Chuco, mi pueblo. Pero, sobre todo, que enmiende su vida.


Textos que pueden ser reproducidoscitando autor y fuente


Teléfonos: 420-3343 y 420-3860


******************************************************************************************



CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA

EN EL EVANGELIO
DE LA ESPERANZA


Danilo Sánchez Lihón

1. Nació
aquí


Hemos instituido Capulí Vallejo y su Tierra como un peregrinaje vital y esencial para conocer la vida y obra de César Vallejo pero también el mundo andino que es desde donde él eleva su voz.

Vamos a los andes porque ese es el mundo en el cual él se basó y de donde extrajo su savia vital. Vamos a Santiago de Chuco porque esa es su raíz y su cielo, el hábitat de su poesía, de quien amalgamó la visión andina, a una misión humanista y a una concepción cósmica.

Vallejo es mundo andino en todo, telúrico, humano, vital. No el ande como tema sino como alma, modo de ser, de sufrir, de sentir, de amar, de usar el lenguaje. Para saber lo que es eso tenemos que ver el perfil de las montañas inconmensurables.


2. Creer en nuestra propia
capacidad de luchar


El peruano más excelso no es que solo nació aquí, en el mundo andino, en la sierra del Perú, sino que amó entrañablemente esta esencia y se identificó con ella y su destino. Y por eso vale conocerlo, apreciarlo y asumirlo como profesión de fe.

De fe para hacer que sus contenidos y valores inunden e invadan el mundo que los requiere para no perder en humanidad.

Y es que la actitud con la cual asumimos a César Vallejo en “Capulí, Vallejo y su Tierra” se diferencia de quienes se aproximan a Vallejo solo para extasiarse, admirarlo y reverenciarlo.

Ante el fracaso descomunal en que se encuentra la civilización contemporánea qué importante tener nosotros la reserva moral del mundo andino con el cual la sociedad actual ha de ser distinta y mejorar sustancialmente.

Nosotros somos inspirados y guiados por él para tratar de actuar y arreglar el mundo como él lo quiso y puso las bases para lograrlo nosotros.


3. Cumpliendo
anhelos e ideales


Hay quienes recitan Masa y nosotros les felicitamos. Hay quienes lo dramatizan extraordinariamente.

Nosotros actuamos con César Vallejo, tratamos de cumplir con la utopía andina que tal poema encarna cual es hacer una sociedad solidaria.

No predicamos una sola versión o interpretación de Vallejo, sino la multiplicidad de ellas, Y tratamos que cada quien encuentre su propio Vallejo personal, porque consideramos que el mayor y mejor homenaje que podremos hacerle es encontrándolo vivo en cada ser humano; redescubriéndolo nuevo, original y renovado en cada hombre y en cada mujer auténticos y cumpliendo sus anhelos e ideales.


3. El Vallejo
personal


El Vallejo que nosotros exaltamos es el Vallejo que no es principalmente un autor de poemas o textos. Es nuestra propia capacidad de luchar, de actuar en bien del hombre, es un modo único de cada miembro que integra este movimiento, de indignarse, de apasionarse y de entusiasmo total en su quehacer, de las ganas que podemos poner en nuestros compromisos y creencias.

El Vallejo en el cual nosotros creemos es el que está en cada persona que vive y sufre y goza como él lo hizo pero que se consagra a la defensa de lo humano. Es un Vallejo actuante, vivo y en acción.

La manera más fiel de ser con Vallejo es cumpliendo sus ideales. Más que estudiándolo a él, o haciéndole panegíricos, es haciendo que se cumpla sus anhelos, su mensaje y su utopía.

Ser los soldados de su causa y los militantes de su ideario. Ser los Servino Huanta, los Pedro Rojas, los Ramón Collar, los niños de España, aparta de mí este cáliz. Ser verdaderos peruanos, inmaculados, como igualmente lo fueron José Carlos Mariátegui, José María Arguedas, Javier Heraud.


4. Gesta
comunal


Necesitamos el Vallejo vivo, amigo, militante, identificado con los pobres, como él lo estuvo siempre.

Necesitamos, como él, ser generosos, inmáculos, íntegros. Honrar nuestra palabra, no importa que en ello perdamos la vida.

Vallejo es nuestra arma, nuestra lanza y nuestro escudo para hacer algo por el Perú. Si podemos hacer algo lo haremos con Vallejo al frente.

Ese Vallejo que abandera, capitanea a los seres sin fronteras, que sigue librando batallas y ganándolas después de muerto.

¡Por eso vamos por los caminos que él recorriera, buscando el César Vallejo convertido en acción social, en gesta comunal y en pedagogía política. ¡Por eso nos consagramos a reencontrar los pasos que él siguiera!


5. Hecha verdad
redentora

De allí que con el laurel, la palma y el arma de la poesía, hecha verdad redentora, subamos a los andes los trabajadores del arte y la literatura para hacer la revolución poética y humana que pedía Vallejo.

Subamos acompañando el contingente y el ejemplo de quienes dieron su vida por el Perú, de quienes liberaron a la América de sus cadenas, de quienes han hecho del mundo un espacio de realización humana hermosa y profunda.

Por eso vamos a Santiago de Chuco en la Telúrica de Mayo, el próximo año de 2010, entre el 20 y 23 de dicho mes.

Y si la esperanza cae –digo, es un decir– hagamos realidad cuanto antes nuestro lema, que será fuego invencible: ¡Vallejianos del mundo! ¡Si la esperanza cae, salid a buscarla!


+++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++++









SIGNO DE REBELIÓN ES LA LITERATURA INFANTIL


28 AÑOS DE SOÑAR
Y ACTUAR FORJANDO
UN MUNDO MEJOR


Danilo Sánchez Lihón


"Es tiempo de mirar
el día venidero"
Washington Delgado


1. Sin fallar
una sola vez


Desde el Primer Encuentro Nacional de Escritores de Literatura Infantil, realizado entre el 28 y 29 de octubre del año 1982 en Lima, se han sucedido 25 encuentros nacionales continuos, sin fallar uno solo, organizados esforzadamente en diversas ciudades del interior del país.

Son muy pocas las instituciones culturales en nuestros países que hayan mantenido durante 25 años un certamen anual de gran magnitud y sin fallar una sola vez; considerando además que muchos de estos certámenes fueron en zonas difíciles y riesgosas y con una asistencia en algunos casos de más de 2,000 participantes llegados desde remotas ciudades, como ocurrió en Huancavelica el año 1996.

A lo anterior se agrega que estas y otras actividades de la APLIJ se hacen sin recibir financiamiento alguno ni del Estado ni de ningún otro organismo, sea privado o No Gubernamental, ni de empresas ni de entidades particulares. Se hace con el aporte de cada militante que asiste, de cada miembro de la institución que colabora con su óbolo, además de aportar su trabajo y contribuir con su sacrificio asumiendo tareas de organización que demandan animoso y denodado esfuerzo. Lo meritorio es el fervor que se pone de manifiesto, así como la adhesión a los ideales puestos en la forja de un movimiento que por los logros alcanzados debe ser reconocido como señero e insigne.


2. Desde los cuatro
puntos cardinales

Pero, muchos se preguntarán ¿en qué consisten estos encuentros? ¿Además de todo lo que supone e implica un certamen cultural y académico?, principalmente su clave está en las decisiones, las actitudes y los gestos que van desde la adhesión plena, el actuar con afecto, hasta los abrazos de identificación entre colegas de trabajo, compañeros de ruta y amigos que comparten anhelos.

Son los mismos quienes después de un año vuelven a encontrarse para compartir ideas, planteamientos, propuestas, experiencias y publicaciones en el campo de la literatura infantil. Pero también hay otros, quienes recién se acercan y se incorporan.

Cda cual viniendo desde distintos puntos cardinales, trayendo con su presencia lo hermoso de su tierra, lo fundamental de su infancia, lo luminoso de su comarca y lo precioso de sus inquietudes e ideales.

Así, ¡cuántos mundos se juntan configurando todo un prisma y un crisol! ¡Cuántos sentires, saberes y quereres brotan y se manifiestan!


3. El polvo y el relente
de los caminos


Porque, lo importante es que no sólo proceden personas que habitan en las ciudades, que son capitales de departamentos y provincias, sino de pueblos pequeños, de rincones esparcidos en la geografía lacerada y transida del país.

Porque ahora juntos en el auditorio donde se desarrollan conferencias, en las aulas donde se llevan a cabo talleres, en las plazas y parques donde se desenvuelven pasacalles, recitales, narraciones de cuentos, escritura creadora de niños, ya sea entonando canciones en torno a la mesa del restaurante donde se almuerza o se comparte el yantar, volvemos a renovar nuestra fe en los valores más altos.

Es conmovedor ver llegar delegaciones de escritores de diversas regiones del país, trayendo sus climas, aires fríos, templados o cálidos, los vientos de las madrugadas en la tez de sus rostros y en la vestimenta que portan.
Las malas noches y amanecidas en las ojeras que sombrean sus ojos, el polvo y el relente de los caminos dorando su cabello intrépido, como infaltables son sus sonrisas, su devoción franca, abierta y vasta a la vida.

Pero principalmente resultan ostensibles sus expectativas y ánimo de seguir dando impulso y vigor a una corriente artística y cultural que los hermana, proyecta y hace trascender.


4. Compromiso con el destino
de nuestro pueblo
– ¡Qué alegría verte, hermano!

– ¡Feliz de encontrarnos otra vez! ¡Qué tal el viaje!

– ¡Todo bien! Contentos de estar otra vez juntos.

– Así volvemos a vernos después de un año, ¿no?

– ¡Imagínate! Si no tuviéramos estos encuentros. ¡Qué sería de nosotros! ¿di?

De este modo van llegando los compañeros con sus miradas fraternas, ilusas y límpidas. Con el regocijo ostensible en sus rostros francos, de volver a sellar pactos de amistad, de compromiso con el destino de nuestro pueblo. Son 17 las ciudades que han sido sedes y en donde se han llevado a cabo estos encuentros, algunas de ellas representando puntos señeros de la patria.
Así: Cajamarca (1983 y 2001), Chiclayo (1984 y 1993), Ica (1985 y 1999), Trujillo (1988, 2007), Arequipa (1989, 1997 y 2003), Sullana (1990), Huancayo (1991), Huaraz (1992 y 2004), Tarma, (1995) Huancavelica (1996), Tacna (1998), Cuzco (2000), Huánuco (2005), Lima (1982 y 1994, 2006), Paramonga (2008).


5. El flamear
de las banderas

Guardo y atesoro sobre todo algunas imágenes. Así, en la ciudad de Ayacucho sitiada, en estado de emergencia, sin garantías constitucionales recibe a las delegaciones visitantes la comisión de recepción y un grupo de teatro que hace maravillas en el aeropuerto: el montaje de una obra de apariencia mágica y de trasfondo social que nos estremece. Se avanza, portando nuestras banderolas y pancartas. Desde las afueras de la ciudad y hasta la Plaza de Armas niños y niñas de los centros educativos, acompañados de sus maestros y maestras bajo el sol esplendente de la mañana, enfilados en las veredas, hacen flamear sus banderas peruanas y repiten vivas y lemas de saludo y de homenaje a los escritores.

Reluce en este recibimiento el intenso colorido de los estandartes y uniformes, la alegría rebosante en los rostros de esta población que atraviesa tiempos aciagos; se agolpa la emoción en el alma de los escritores, sentida como flecha que nos hiere, una dicha inmensa transida de juramentos, de fe, de promesas, reconociendo el privilegio de estar vivos y poder hacer algo, haciéndose muy nítida por primera vez una identificación total con aquello que se asumiera como un ejercicio secreto del espíritu, ¡escribir!, sin presentir el cabal sentido que ello contenía, cual es hacerlo para niños y jóvenes, corroborando ahora que encarnan sus más caras ilusiones. Algunos se enjugan los ojos llenos de lágrimas.


6. ¿No es un privilegio
esta hora?


Porque, ¿a quiénes los niños prodigan tanto afecto e adhesión en esos momentos? ¿En quienes se acogen y amparan? ¿A quiénes les manifiestan que aún viven? A los escritores que llegan a esta ciudad dolorida y en trance de vida y muerte. ¿No es conmovedor?

Brindan su afecto y reconocimiento a aquellos nombres que aparecen como una sombra difusa en sus textos escolares, como una línea indecisa al principio o al final de un texto, cuyo poema han recogido y recitado en una actuación cívica y que recién comprueban que no eran fantasmas, no son nombres ilusorios o irreales puestos en sus libros con los cuales amanecen aprovechando la luz del alba porque la otra se corta en las noches.

¿No es excepcional e insólito, acaso? ¿No es un privilegio esta hora? ¿No es la página rota de un pedazo de sueño? Y tenemos necesariamente que pellizcarnos para saber que estamos vivos. Adelante van las bandas de músicos y con paso marcial los siguen detrás, embebidos en su propia mística, el desfile de las escoltas escolares.


7. A la luz de las bombas
que explotan

Los transeúntes apostados en las esquinas se detienen y aplauden a una caravana ilusa, quimérica, de fábula; porque no es de políticos, ni de empresarios, ni de organizaciones encabezando algún reclamo de algo palpable, sino de seres que sólo portan ilusiones y que han llegado arriesgando la vida y en un momento supremo. ¿Comprenden acaso de qué se trata?

– ¿Quiénes son? –preguntan.

– Escritores para niños. –Y se quedan mucho rato tratando de ubicar ese hecho a la luz de las bombas que explotan y la sangre que se derrama cada hora.

¡Qué sentido inmenso cobra entonces una actividad que se la hace casi a escondidas, encerrados en un gabinete, atornillados ante un escritorio, en una habitación quizá en penumbra?

Es esta una actividad que se la hace apartada de la realidad, silenciosos y conturbados la mayoría de veces, sintiendo todo lo incierto y dubitativo que hay en este mundo.


8. Nuevas
e inexploradas quimeras


Actividad que se hace como si fuera una confidencia, un bucle incluso íntimo y pudoroso: cual es escribir algo entrañable y hasta inconfesado!

Mucho de esa escritura es en función de nuestras nostalgias y heridas abiertas en el alma, que no se quisiera que se reconozcan por completo y que aflora sutil y felizmente tamizada en la literatura infantil.

En este momento los escritores sienten algo que por más que sea su oficio desentrañar nunca podrán explicar con palabras, ni siquiera para sí mismos: cual es dejar de ser fantasmas, hechizos de la mente, creer en sus sombras; y ser por primera vez presencias vivas.

Ahí se acaban muchas inseguridades y temores pero surgen nuevas e inexploradas quimeras.

Y aquello no sé si sea ingresar más al fondo o estar más afuera que nunca; eso sí es extraviarse pero ya confiada e infinitamente en las incógnitas.


9. ¡El desgranar de las espigas
y el pan sobre la mesa!


En el restaurante que congrega a los escritores menudean los abrazos, las palmadas efusivas en la espalda o en los hombros; la calidez del corazón que caracteriza a este movimiento. El entusiasmo en la conversación es arduo por este o el otro asunto del arte, la cultura y la educación. Y el sueño de cómo hacer para redimir y tener una humanidad mejor está a la vuelta de la esquina.

Y luego, cada uno va sacando de su mochila el folleto, la revista, el tríptico o ¡el libro! que ha preparado para esta ocasión. ¡Esa es la ofrenda de este colectivo humano! Ahí está la masa y la levadura; la artesa y el horno; ¡el desgranar de las espigas y el pan sobre la mesa!

Si en algún lugar hay que buscar la simbología de este conglomerado, está aquí; porque cada poema y cada verso; cada fábula y cada cuento que contienen este manojo de papeles traen el aroma, el sabor y el temblor del valle y la quebrada, el dolor y el gozo del Perú profundo.


10. Cosecha
y a la vez siembra


Cada provincia y cada recodo de la patria amada, transida y llena de esperanza está aquí presente y palpitante, contenidos en estas letras, signos, códigos y emblemas; las exhumaciones y las utopías por un país mejor y una patria grande como lo es en su origen y su matriz.

Es en esa floración en donde radica una de las esencias de la APLIJ. Es en este haz de hojas, ramillete de páginas y mazos de papel con que se colman y llenan las manos de unos y otros, entregadas cariñosamente.

APLIJ es también esa florescencia y lozanía, esta cosecha y a la vez siembra, la convicción de que lo que triunfa es la verdad puesta en la combinación de aromas por un lado de los aires libres y por otro de la tinta fresca de imprenta, conjunción de la cual sobresale una flor intensa y carmesí, la literatura infantil y juvenil, signo de un Perú milenario que vuelve a nacer y aflora es sus escritores, como plantíos de ensueños que empiezan ya a dar sus frutos.


11. Porque es hacia adentro
donde están los nidos


Es al pie, al frente o debajo de estas presencias tangibles y nobles donde situamos lo mejor que nos depara la vida: son las raíces y las entrañas donde se engendra lo mejor, ¡la vida!, donde las simientes se hunden para emerger espigas en la belleza de ser muchas y solidarias como quisimos que fuera este movimiento.

Cabe aquí, en este punto, mencionar a Roberto Rosario Vidal quien convocó a muchos para iniciar y dar impulso a esta movilización y cruzada por las utopías posibles de redimir, campaña y clarín de batalla para hacer un país mejor, movimiento que es en principio un despertar, luego un quehacer basado en la ternura, un cultivar hacia adentro en dirección de la esencia que somos y finalmente un recoger los frutos signados por la fraternidad.

Porque es hacia adentro donde están los nidos, los ensueños como el mundo afectivo e íntimo. Es hacia adentro porque es éste un movimiento telúrico, de artesanos y gente del campo en relación a la palabra –como debe ser en realidad el arte, no de "divos", estrellas ufanas ni monigotes soberbios– sino de gente sincera y sencilla, ligada a la verdad de la vida.


12. La creatividad
literaria infantil


Gracias a Dios, los creadores en este movimiento no tienen ni buscan tener ningún vínculo con lo mediático, con los "lobbyes" que nos hacen artificialmente "figuras", ni compromisos con las vitrinas comerciales. No hay ninguna debilidad por la radio, la televisión o la prensa escrita; que hacen que muchos artistas terminen por vender su alma al diablo. Aquí todos son hijos legítimos de la tierra, de la vida común y corriente y del trabajo de todos los días. He allí su fortaleza y autenticidad.

A lo anterior se suma un nuevo panorama de la APLIJ que hay que agradecer y reconocer que es obra de Eduardo de la Cruz Yataco, quien fuera uno de nuestros líderes lamentablemente fallecido, cual es el haber acogido e insertado de manera estructural la creatividad literaria infantil como un factor básico del accionar de la APLIJ hecho que se manifiesta últimamente en una presencia continua y entusiasta de los niños en los eventos, dando curso a una floración fecunda de actividades que se expresa en concursos de cuentos, poesía, relatos de gran diversidad y temática y que se desenvuelve en toda actividad en la cual participa la APLIJ, sean centros educativos, ferias o festivales o cualesquiera otros espacios en donde caben dichos componentes.


13. Vocación
de casa


Al final de todo esto, ¿qué se ha logrado plasmar hasta ahora? Construir una casa. Hacer casa no en el sentido material, de tener un local, contar con un edificio hecho de ladrillos, cemento y fierros, sino unión de personas, de seres humanos entusiastas y vibrantes en función de los temas esenciales del arte, la educación y la cultura.

Se ha logrado juntar y dar coherencia a un haz de ideales en los cuales creer y por los cuales luchar; pergeñar un puñado de utopías realizables, la visión y praxis de poder vivir en la dimensión de las palabras henchidas de belleza, afecto y significación trascendentes, ofreciendo, donando y recogiendo a la vez un mundo de amor y todo en función de los niños.

Es innegable esta vocación de casa, de hogar, de familia en este piélago de voluntades. Y no de familia excluyente; no de clan, ni de capilla –la APLIJ insurgió precisamente contra eso– sino de familia en razón de morada que acoge.


14. Llenos de confianza
en el porvenir


Es la APLIJ estancia que ayuda, predio que cultiva lo nuevo, actual y vigente, mucho más si se trata de niños y de personas e instituciones que radican en provincias que buscan un techo bajo el cual guarecerse, protegerse y desarrollar.

Es la APLIJ una aglutinación de personas que se tienen cariño y se aprecian, que en su amistad actúan con transparencia, sin afectaciones ni vanaglorias; con recato cuando es preciso y sana algarabía cuando las circunstancias lo requieren, exigen y ameritan.

Reivindica en la literatura y el arte el ámbito donde se ponen de manifiesto y en práctica los dones y virtudes del espíritu, donde lo noble y digno tienen cabida, espacio y asidero. Es en función de ello que se trabaja porque la vida sólo merece ser vivida si se orienta hacia esos horizontes.

¿Se sueña? Mucho. ¿Se actúa? Bastante. ¿Se quiere? Con intensidad. ¿Se proyecta? ¡Inmensamente! ¿Se trabaja? ¡Duro! ¿Se canta? Con toda el alma, muy fuerte y llenos de confianza en el porvenir.


15. Mejorar la vida,
transformar el mundo

Ampara a este colectivo de personas un juramento y una promesa sagrada que debemos cumplir, cual es no desfallecer ni claudicar.

Nos ampara salir al mundo a hacer relucir el valor que nos impone ser herederos de una tierra con el ancestro y heroísmo que caracteriza al Perú, comprometiéndose con un arte que sea una verdad luminosa.

Constituye todo ello una terca esperanza para redimir nuestro país, un compromiso ferviente a partir de la literatura infantil para mejorar la vida, liberar al hombre y transformar el mundo.

Se trata con ella de hacer el bien, tejer una sociedad mejor, forjar pueblos dichosos e impulsados hacia el futuro prometedor.


16. La poesía
como fuerza explosiva


Anima a todo ello el convencimiento de que a través de la literatura se logra que las casas y las calles, las esquinas y los parques, las colinas y las plazas, ahora penosos, luzcan plenos y aurorales; donde domine lo que hace bien, la sensibilidad a favor de lo constructivo, la generosidad y el amor.

Es todo ello lo que mantiene totalmente alertas a las personas que militan en esta causa.

Si no se creyera de veras en lo que se hace, si se considerase marginal este género, y el escritor como un personaje raro, especial y hasta una curiosidad de feria, sino se creyese en el poder de la palabra nutrida de fe para elevar al hombre.

Si no confiáramos en la poesía como fuerza explosiva para vivir la vida como merece ser vivida, si no proclamamos y mostramos con nuestros actos lo vivificante, si no ocurriese así en todos los hechos que predicamos y en las verdades que exaltamos, entonces, como decía César Vallejo: "¡Más valdría, en verdad, / que se lo coman todo y acabemos!"


17. Proyectar el mundo
por mejores derroteros


¿Qué es lo que nos reúne ahora y nos mantiene inclinadas las frentes en las mesas de trabajo? Seguridad en lo que hacemos, ternura por el hermano pero, sobre todo, esperanza y lucha. Inmensa esperanza. Y aceptando como ardua y crucial la lucha.

Aquello que nos mantiene desvelados es algo muy grande y trascendente en la hora presente en que vive nuestra sociedad, pero que pese a ser básico se lo olvida frecuentemente: ¡la posibilidad y la capacidad de amar y ser buenos!

¡De hacernos tiernos, generosos, amplios y abiertos. ¡Ése es el afán! ¡Hacernos auténticos, ligados a la tierra, comprometidos con la historia. ¡Ése es el cometido! Hacer un arte lleno de verdad, luminoso y proyectado hacia adelante abriendo para todos un destino mejor. ¡Ése es el trance y el deber!

Dedicar la vida a la creación de un mundo mejor, de buscar en los libros y en la lectura la sensibilidad, los valores, la expresividad, los conocimientos y las visiones para proyectar el mundo por mejores derroteros. ¡Ése es el desafío!


18. Avivamos
¡la esperanza!


El 5 de octubre del año 2009 arribarán las delegaciones participantes al 28 Encuentro Nacional de Literatura Infantil y Juvenil. Vendrán, como otras veces, con la confianza en el colega, con sinceridad de afecto, con el corazón en la mano, con la capacidad de amar, preocupados por lo mejor de la sociedad: los niños.

Otros estarán ausentes, porque hay tareas ineludibles que cumplir y también comprensibles limitaciones. Varios estarán presentes en otra dimensión espiritual, porque han partido definitivamente hacia otra morada.

Otros estarán presentes en espíritu porque la muerte físicamente nos los hubo arrebatado.

Quienes aquí nos encontremos sabremos que avivamos algo que está bendecido por la gracia y es venerable, que es de todos y que está profundamente ligado a nuestras vidas: ¡la esperanza!


19. Izando
la bandera hasta el tope

Es el reencuentro con nuestras raíces, con nuestra identidad, con el perfume de nuestra sangre y con los anhelos más acrisolados en los largos años de haber sobrevivido a verdaderas catástrofes pero manteniendo incólume la esperanza porque en cada niño que nace el mundo se renueva, amanece y se perfila en el horizonte la aurora.

Otra vez izaremos y pondremos en alto y en el corazón de la patria dulce –y cruel dicen algunos, pero será cruel porque cuando se ama apasionadamente se abren heridas y hasta morimos– izándola hasta el tope la bandera de la literatura infantil y juvenil en el corazón del Perú.

¡Al hacerla flamear y al ensalzarla, proclamamos de manera fervorosa nuestra adhesión a la vida para lo mejor de nuestro pueblo, los niños, y entonamos el himno de la más fervorosa confianza en nuestro porvenir!




Texto que puede ser reproducido
citando autor y fuente

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.