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sábado, 27 de noviembre de 2010

HOMENAJE A JOSÉ MARÍA ARGUEDAS

CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
Construcción y forja de la utopía andina

SÁBADO 27 DE NOVIEMBRE. 7 PM

CONMEMORACIÓN
DE UN ANIVERSARIO DE
SU DESAPARICIÓN FÍSICA:

HOMENAJE
A JOSÉ MARÍA
ARGUEDAS

CONFERENCIA
MAGISTRAL

ANTONIO MUÑOZ MONGE

“Los pueblos del Perú
en la literatura
de José María Arguedas”

SÁBADO 27 DE NOVIEMBRE,
2010, 7.00 P.M.

Aula Capulí: Tacna 118, Miraflores.
Cuadra 2 de la Av. Angamos Este
Entre Av. Arequipa y Paseo de la República

Ingreso libre.
Se agradece su gentil asistencia

Teléfonos Capulí: 420-3343 y 420-3860
capulivallejoysutierra@hotmail.com
planlector@hotmail.com

ºººººººººº

PLAN LECTOR
PLIEGOS
DE LECTURA

LA FIESTA
DEL ALMA
EN ARGUEDAS

Danilo Sánchez Lihón

1. La única chispa
que puedo encender

En el "¿Último diario?", que integra la obra El zorro de arriba y el zorro de abajo, José María Arguedas nos dice:

“... si el balazo se da y acierta. Estoy seguro que es ya la única chispa que puedo encender...”.

Aquel balazo se dio. Encendió aquella chispa, para lo cual también se necesita valor, disparándose en su oficina de la Universidad Nacional Agraria.

Se disparó un balazo en la sien, el 28 de noviembre del año 1969, muriendo 4 días después, el 2 de diciembre.

Nos dejaba incluso en ese acto un mensaje irredento con el telón de fondo de la tragedia y la epopeya que es el Perú.

La única luz, fuego, pulso y calor de ese fuego eso sí arderá eternamente en toda conciencia y sentimiento que se relacione a nuestro país.

Será siempre una bala volando en el aire, y punto clave de reflexión en relación a nuestra realidad, nuestra cultura y nuestro destino como personas y como colectividad.

Porque nos confesó también que todos los latidos de su vida eran de amor, devoción y consagración al Perú.

2. Yo la leí
y le creí

Reproduzco aquí este sencillo homenaje por su carácter íntimo y en soledad, que le rinde Eduardo Galeano, en “El libro de los abrazos”. Dice:

Yo estaba regresando a Montevideo, al cabo de un viaje. De dónde venía, no recuerdo, pero sí recuerdo que en el avión había leído El zorro de arriba, y el zorro de abajo, la novela final de José María Arguedas.

Arguedas había empezado a escribir ese adiós a la vida el día que decidió matarse, y la novela era su largo y desesperado testamento. Yo la leí y le creí, desde la primera página le creí: aunque no conocía a ese hombre, le creí corno si fuera mi siempre amigo.

En El zorro, Arguedas había dedicado a Onetti el más alto elogio que un escritor pueda brindar a otro escritor: había escrito que estaba en Santiago de Chile, pero que en realidad quería estar en Montevideo, para encontrarse con Onetti y apretarle la mano con que escribe.

En casa de Onetti, se lo comenté. Él no sabía. La novela, recién publicada, no había llegado todavía a Montevideo. Se lo comenté, y Onetti quedó callado. Hacía bien poco que Arguedas se había partido la cabeza de un balazo.

Los dos estuvimos mucho tiempo, minutos o años, en silencio. Después yo dije algo, pregunté algo, y Onetti no contestó. Entonces alcé los ojos y le vi aquel tajo de humedad que le atravesaba la cara.

3. El principio
y el fin

Pero, volviendo a aquellas palabras que José María Arguedas dejó escritas en El zorro de arriba y el zorro de abajo, a continuación de la cita que hacíamos, allí mismo nos dice:

“...Quizá conmigo empieza a cerrarse un ciclo y a abrirse otro en el Perú... se cierra el de la calandria consoladora, del azote, del arrieraje, del odio impotente, de los fúnebres “alzamientos”, del temor a Dios y del predominio de ese Dios y sus protegidos, sus fabricantes; se abre el de la luz y de la fuerza liberadora invencible del hombre de Vietnam, el de la calandria de fuego, el de Dios liberador, Aquel que se reintegra. Vallejo era el principio y el fin”.

Es inmensa y conmovedora aquí esta revelación contundente y absoluta con relación a César Vallejo en la víspera de morir y en su carta de despedida, diciendo en aquel testamento que era el principio y el fin, trazando su arco de alianza con él.

Y en otro momento afirma:

Fue leyendo a Mariátegui… que encontré un orden permanente en las cosas.

4. Los tres jircas
y apus tutelares

Y allí tenemos inhiestas a las tres montañas tutelares. Y es que ellos tres son seres con trasfondo mítico, con raíces milenarias, con ancestro cósmico.

Son seres que han fijado su residencia permanente en la tierra, que están incrustados a la gleba fértil como a los peñascos, al grumo de roca y al cielo azulino.

Y son así para mejor retar a los abrojos, desde donde miran y nos permiten mirar el infinito y lo entrañable de la condición del hombre sobre la faz de la tierra.

Ellos son Vallejo, Mariátegui y Arguedas nuestros apus tutelares, ejes fundamentales de nuestra identidad, tres próceres y mártires.

Tres hombres de una ética sin dobleces, que jamás claudicaron ni al mercado, ni a la propaganda, ni a la impostura.

De allí que yo proponga embelesarnos con las notas sollozantes y a la vez jubilosas de nuestra música andina, como homenaje a José María Arguedas en ocasión de conmemorarse un aniversario más de la muerte de este hombre inmenso.

Es él apu tutelar nuestro, flor translúcida de pisonay, río profundo más que todos los ríos abismales del planeta. Y humana fortaleza solo comparable al Sacsayhuamán.

5. La más honda
y bravía ternura

Y así, con él nos damos cuenta ¡de cuánto de grande y cuánto de dolido es el Perú! De cuanto de oro y ceniza hay en él.

En el Perú: país cumbre y abismo, picacho y cañada. Desierto y cuenca paradisíaca. Río inconmensurable y huella de que por aquí, por este arenal y por esos pedruscos cruzó alguna vez un río.

José María Arguedas declaró en una conversación:

“Por circunstancias adversas fui obligado a vivir con los domésticos indios y a hacer algunos de los trabajos de los domésticos en la primera infancia. Recorrí los campos e hice las faenas de los campesinos bajo el infinito amparo de los comuneros quechuas. La más honda y bravía ternura, el odio más profundo se vertía en el lenguaje de mis protectores; el amor más puro, que hace de quien lo ha recibido un individuo absolutamente inmune al escepticismo. No conocí gente más sabia y fuerte.”

Y ese es el mundo con el cual hemos de sintonizar. Esa es la reserva moral del Perú. Es ese el manantial al cual se consagra Capulí, Vallejo y su Tierra.

6. Gané el mote
de "zonzo"

Y luego explica:

...para el hombre quechua monolingüe, el mundo está vivo; no hay mucha diferencia, en cuanto se es ser vivo, entre una montaña, un insecto, una piedra inmensa y el ser humano. No hay, por tanto, muchos límites entre lo maravilloso y lo real. Una montaña es dios, un río es dios, el ciempiés tiene virtudes sobrenaturales”.

Y en carta que le escribe a Emilio Adolfo Westphalen, y pese a su desgracia es colosal y tremendo que pueda contar y precisar lo siguiente:

"Nadie ha sido más feliz que yo. Nadie, ni tú. ¿Te acuerdas cuando al oír la quena esa y la danza de coro de hombres, quena y wankar, que oímos en tu pieza de la universidad, tuvimos la evidencia de que los creadores de esa música eran algo más grande que todo lo grande que habíamos oídos hasta entonces? Pasé mi niñez siguiendo a bailarines y músicos de esas danzas, siguiéndolos noches de noches, imitándolos, hasta que gané el mote de "zonzo" que mi propio padre y hermano me lo aplicaban con todo convencimiento".

Y es que la música en particular y en general el arte son manifestaciones primigenias y espontáneas en el mundo andino.

7. Porque
voy a estar bailando

Por eso, el homenaje que podemos rendirle a José María hoy día, 18 de enero, es escuchando la música de nuestros pueblos de origen, poniendo cerca a nuestro oído y muy dentro de nuestro corazón los acordes, por ejemplo, de una banda de músicos de nuestras aldeas nativas.

Porque en vida José María caminó detrás de músicos y danzantes, pero de muerto va adelante de ellos.

Delante porque detrás de su ataúd lo acompañarán siempre sus amigos músicos Jaime Guardia, Máximo Damián y Luis Durand, tocando el charango, el violín y el arpa. Como contorsionándose de dolor y júbilo al mismo tiempo van también en ese cortejo los danzantes de tijeras.

Así la muerte es para siempre exorcizada por algo que está mucho más allá y más acá de ella, como es el dolor y la esperanza fusionadas:

“Tardará aún la chiririnka que viene un poco antes de la muerte. Cuando llegue aquí no vamos a oírla aunque zumbe con toda su fuerza, porque voy a estar bailando”.

Ahora él va presidiendo la comitiva. De niño él iba detrás. Ahora el va adelante. ¿No hay aquí un ritual y una consigna?

Texto que puede ser reproducido
citando autor y fuente

Teléfonos: 420-3343 y 420-3860

Obras de Danilo Sánchez Lihón las puede solicitar a:
Editorial San Marcos:
ventas@editorialsanmarcos.com
Editorial Bruño, Perú: ventas@brunoeditorial.com.pe
Instituto del Libro y la Lectura: inlecperu@hotmail.com

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CANTAR DE MACHU PICCHU

CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
Construcción y forja de la utopía andina

EN DEFENSA
DE NUESTRO
PATRIMONIO

CANTAR
DE MACHU
PICCHU

ADHESIÓN AL XXI
ENCUENTRO
INTERNACIONAL
DE LA ASOCIACIÓN
LATINOAMERICANA
DE POETAS,ESCRITORES
Y ARTISTAS,ASOLAPO,
EN EL CUZCO, PERÚ,
26 AL 28 DE NOVIEMBRE

PLAN LECTOR,
PLIEGOS
DE LECTURA

MACHU PICCHU,
MÁS ALLÁ DE TI
NO HAY NADA

(Canto Moral)

Danilo Sánchez Lihón

1. MÁS ALLÁ

Machu Picchu,
más allá de ti no hay nada.
Ya no
se sube ni se baja. Ni se va
ni se viene.
Ni se halla ni se pierde. Ya,
después de ti,
nada se aleja ni se allega,
porque
tú eres el principio y el fin,
la trascendencia.

Todo
anida contigo. Contienes
lo vasto
y lo mínimo; lo anchuroso
y afilado;
lo que es útil y lo que aún
es
indescifrado. En ti es donde
moran
y habitan el para qué, quién,
dónde, el
cómo y cuándo. Eso sí, ¡no
el quizás! En ti
está la casa, altar y morada
de los dioses.


eres la evidencia concreta
de lo abstracto
esclarecida en piedra para
mayor
prueba, argumento y efecto;
señal
de que los dioses sí existen;
testimonio
irrefutable que en el hombre
hay totalidad
hecho abrazo y comunidad
solidaria.

2. NO HAY MÁS

Nunca
el hombre miró tan arriba
ni vivió
tanta pureza, ni murió tan
alto;
hermanado a las galaxias.
Nunca
el ser respiró más profundo,
colmado e
inmerso en tu transparencia.

Piedra
de eternidad somos contigo
Machu Picchu.
Contigo y por siempre somos
ya conscientes
y diáfanos. Tan en el límite
y borde,
de lo increado, en lo que ya
no se adivina,
En otra vida, otra plenitud,
junto a
las estrellas estupefactas.

Nunca
las manos y el tenue aliento
labraron
una filigrana más exacta, ni
se concibieron
una rosa y una flecha más
impolutas y
perdurables. Se ensombrece
y doblega
el mundo y tú yaces enhiesta
y encendida.

3. EN TI MORAN

Jamás
el orbe y la vida albergaron
más infinito;
ni el arpa, la quena o la tinya
aspiraron
a elevarse hasta ser sustancia
hechizada
en el cosmos. Ni explosionó
el silencio
de quienes suben danzando
arremangadas
las faldas por la hondonada.

¿Dónde,
sino aquí, se extasía trémula
la pollera
que da vueltas y revolotea en
el aire?
¿Dónde el pedestal de nubes,
coraje
y rigor se sumerge y humilla
tanto
sino aquí a tus pies? ¿Dónde
el tambor,
pincullo, y sonajera vibraron
tanto
en el afán inmortal de durar
y sobrevivir?
No hay altar en el universo
que tenga
tu ímpetu, vértigo y altura. Ni
tu recóndito
perfume arrebolado. Ni hunda
en la inmensidad
inacabada sus latidos y raíces.
¡Ni tengan
sus vírgenes hondas y dulces
las entrañas
como estas que en ti moran!

4. PORQUE

Porque,
en el arte y en la vida no hay
algo
más etéreo y sutil que estas
piedras,
hechas adoración y milagro,
lenguaje
secreto, conturbado, además
de inadvertido.

Piedra
alada vigilante e intencional,
suspendida
a pulso en el vacío y clavada
en lo etéreo.
¿Dónde hay alguna geometría
que haya
puesto líneas, trazos, formas
que superen
la perfección de tus signos?
¿Y sean pasmadas
metáforas en libres y cabales
edificios?
¡Cántico del granito y el polvo
que somos,
como compás en las espigas!

¿Hay acaso,
escultura, arquitectura, música
o enigma
del universo más sutil que estos
acordes
puestos de raíz y en equilibrio
hacia aquello
que es inmortal e indescifrable?
¿Hay perfección
más exacta que estos sueños?
¿Algo más
simétrico que estos números
y latidos?

5. AQUÍ

Porque aquí
las piedras sienten, piensan
tienen
pálpito y aliento. Son espíritus
desvelados,
pronto despiertos, guardando
una voz
acumulada que hoy haremos
vigente.

Aquí los dioses
unto con hombres y mujeres
hicieron
de lo excelso lo sencillo y de
lo divino
lo corriente y hermosamente
cotidiano. Por eso,
más allá de ti, Machu Picchu
ya no hay
sentido, respiración ni pálpito.
Y sólo
en ti permanece la alborada
para el hombre
que será mañana, ¡oh piedra
alucinada.

Aquí
he contemplado las estrellas
del firmamento
con el mismo candor con que
lo hicieron
el primer hombre y la primera
mujer, porque.
tú eres emblema y estandarte
hacia el futuro,
porque juntas altura, horizonte,
y abismo.
Y de ellos haces la flor que tú
nos brindas.

6. HACIA DÓNDE

De aquí
están próximos los dominios
del sol,
de las aguas hechas bosque
de nubes
y las huellas de los primeros
pies; porque
todo lo inauguras tú Machu
Picchu.

La clave
para forjar mí destino al lado
tuyo,
he venido a preguntarlo aquí,
amor mío; en
la lluvia emergiendo de abajo
hacia arriba,
y en el fuego del relámpago
que es anuncio
del día que vendrá, mensaje
del alba
que resurgirá radiante y será
indestructible.

Donde
la esperanza es memoria de lo
ya vivido. Y
la utopía no es que sea posible
sino que ya
existió, y renacerá entre nosotros.
¡Oh,
estrella fugaz hecha eternidad!
¡Oh, mano
de piedad que emerge para ser
unidad
con nosotros, desde los abismos
convertida
en luz. ¡Ciudad sagrada, Machu
Picchu.

Texto que puede ser reproducido
citando autor y fuente

Teléfonos: 420-3343 y 420-3860

Obras de Danilo Sánchez Lihón las puede solicitar a:
Editorial San Marcos:
ventas@editorialsanmarcos.com
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lunes, 22 de noviembre de 2010

EL PERÚ CON VALLEJO EN ESPAÑA



CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
Construcción y forja de la utopía andina

MIÉRCOLES 24 DE NOVIEMBRE

DISTINCIONES A:

MARIANA LLANO
ALICIA AMAT Y LEÓN
HUGO HENRY LARA

EL PERÚ
CON VALLEJO
EN ESPAÑA

MIÉRCOLES 24 DE NOVIEMBRE
2010, 7.00 P.M.

Aula Capulí: Tacna 118, Miraflores.
Cuadra 2 de la Av. Angamos Este
Entre Av. Arequipa y Paseo de la República

Ingreso libre.
Se agradece su gentil asistencia

PROGRAMA

1. Saludo y palabras de bienvenida:
Danilo Sánchez Lihón
Presidente de Capulí, Vallejo y su Tierra

2. Presentación del libro
“La noche de Puse Pupuche”
de Mariana Llano:
Carlos Castillo Mendoza

3. Lectura de su obra literaria
Mariana Llano

4. Conferencia:
“La mujer peruana
de la inmigración en España”
Alicia Amat y León

5. Conferencia:
“Vallejo en los escritores españoles”
Hugo Henry Lara

2. Distinciones e imposición

de medallas de honor:
César Vallejo Ynfantes

Vino de honor

Teléfonos Capulí: 420-3343 y 420-3860
capulivallejoysutierra@hotmail.com
planlector@hotmail.com

ºººººººººº

PLAN LECTOR,
PLIEGOS
DE LECTURA


TODOS VUELVEN
A LA TIERRA
EN QUE NACIERON

Danilo Sánchez Lihón


El día miércoles 24 de noviembre a las 7 pm el movimiento Capulí, Vallejo y su tierra, distinguirá con la medalla y diploma de honor: “Milicianos del Alba”, a tres intelectuales compatriotas nuestros.

Trabajan promoviendo cultura peruana en Barcelona, España, desplegando una labor tesonera y luminosa a favor del mundo andino. Ellos son: Mariana Llano, Alicia Amat y León y Henry Lara.

Estos tres peruanos magistrales realizan actividades culturales permanentes en Barcelona y tienen una enorme prestancia entre la intelectualidad de esa importante ciudad europea.

Capulí, Vallejo y su Tierra fue extraordinariamente acogido por ellos con ocasión de realizarse el Primer Encuentro Internacional “Capulí, Vallejo y el Mundo”, realizado en el mes de julio del año 2008.

En el mes de julio del año 2011 realizaremos el segundo Encuentro Internacional que abarcará las ciudades de Madrid, Barcelona, París y Santiago de Compostela, bajo el lema:

Ya va a venir el día, ponte el alma. ...
Ya va a venir el día, ponte el cuerpo. ...
Ya va a venir el día;
la mañana, el mar, el meteoro, van
en pos de tu cansancio, con banderas, ...
ya va a venir el día, ponte el sol.



VALLEJO
Y EL REGRESO
A SU LENGUA


1. Emoción
inédita


Así como se regresa a la tierra natal, se regresa también hacia la lengua o al lenguaje; al “verbo que salva las distancias”.

Aquel amor que él recoge y por el cual posteriormente muere, por España. Tanto que al ingresar, viajando desde París para entrar a España, fue como retornar a su pueblo.

Esto ocurre cuando en 1926, tres años después de arribar a Europa, César Vallejo viaja por primera vez a España. Escuchemos lo que entonces nos dice:

Desde la costa cantábrica, donde escribo estas palabras, vislumbro los horizontes españoles, poseído de no sé qué emoción inédita y entrañable...

Siente Vallejo a España como propia. Aflora y se hace evidente la procedencia y la legitimidad de parte de su linaje, y se percibe cómo palpita y borbotea no solo su sangre sino cómo se agitan sus sentimientos.

Por un lado, él asumió una posición correcta, perfilada en el poema Huaco, escrito en Trujillo, al identificarse con su raza y su cultura: con lo andino, lo indígena peruano y mestizo:


2. Soy
la gracia incaica


HUACO

Yo soy el coraquenque ciego
que mira por la lente de una llaga,
y que atado está al Globo,
como a un huaco estupendo que girara.


Yo soy el llama, a quien tan sólo alcanza
la necedad hostil a trasquilar
volutas de clarín,
volutas de clarín brillantes de asco
y bronceadas de un viejo yaraví.


Soy el pichón de cóndor desplumado
por latino arcabuz;
y a flor de humanidad floto en los Andes,
como un perenne Lázaro de luz.


Yo soy la gracia incaica que se roe
en áureos coricanchas bautizados
de fosfatos de error y de cicuta.
A veces en mis piedras se encabritan
los nervios rotos de un extinto puma.


Un fermento de Sol;
¡levadura de sombra y corazón!


Pero, igual coherencia y autenticidad es la suya cuando se estremece al divisar a España en los perfiles de los cerros y en el horizonte, vislumbrados desde las costas cantábricas.


3. El regreso
a su lengua


Y siente que le pertenece. Que es lo suyo. Es el chorro y el arco de su sangre por donde tiene que pasar.

Porque desde los fulgores en esos perfiles, vinieron sus abuelos, atravesados de la pasión de la cruz cristiana.

Para luego, pese a ser clérigos, unirse con indígenas mochicas y chimúes bajo el cielo tachonado de luceros de Santiago de Chuco.

Y prosigue en su relato:

Voy a mi tierra, sin duda. Vuelvo a mi América Hispana, reencarnada, por el amor del verbo que salva las distancias en el suelo castellano...

Lo dice sin reticencias ni ambages: vuelve a su tierra, sin que ello signifique empañar o restar para nada su pertenencia o su identidad con Santiago de Chuco.

Es impresionante cómo en Vallejo estaba tan arraigada la emoción por lo telúrico, que lo invade casi de manera directa y espontánea, tanto, que resulta perceptible que lo único que él hace es trasmitirnos de manera natural lo que siente.


4. Para volver
algún día


Pero es también impresionante admirar cómo se traspasa aquella corriente desde el suelo y del planeta hacia sus venas, a su pulso y luego a su voz.

Sin embargo, el adiós es cuando nos vamos del centro al margen o a la nada; cuando perdemos algo muy querido, cuando nos desgajamos de un eje. Cuando nos despedimos del hogar, de un amor y de la vida.

Porque hay una interpretación que piensa que Vallejo evolucionó de la aldea, es decir de Santiago de Chuco, a la ciudad, representada por Trujillo. Que, luego, de Trujillo avanzó a Lima, la capital del país. Y, posteriormente, de Lima a la capital del mundo, simbolizada en París.

Si fuera así no se trataría de un adiós sino de un retorno o un encuentro. Tendría todo ello la efusión y el júbilo del triunfo.

Sin embargo, no fue así. Lo que prueba que el centro en Vallejo no era París, como tampoco lo fue Lima, como tampoco lo fue Trujillo.

Su centro era Santiago de Chuco, y el resto del peregrinaje fue el periplo, así lo llamó él, para volver algún día.



Texto que puede ser reproducido
citando autor y fuente


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sábado, 20 de noviembre de 2010

AGUSTÍN ZÚÑIGA GAMARRA

CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
Construcción y forja de la utopía andina

DISTINCIÓN:
AMAUTA DEL PERÚ ETERNO

A
AGUSTÍN ZÚÑIGA GAMARRA
POR SU REFLEXIÓN Y MAGISTERIO EN EL CAMPO
DE LAS CIENCIAS Y LA CULTURA

SÁBADO 20 DE NOVIEMBRE,
2010, 7.00 P.M.

Aula Capulí: Tacna 118, Miraflores.
Cuadra 2 de la Av. Angamos Este
Entre Av. Arequipa y Paseo de la República

Ingreso libre.
Se agradece su gentil asistencia

PROGRAMA

1. Saludo y palabras de bienvenida:
Danilo Sánchez Lihón
Presidente de Capulí, Vallejo y su Tierra

2. Semblanza y trascendencia
de Agustín Zúñiga Gamarra:
Armando Alvarado Balarezo

3. Conferencia Magistral:
Agustín Zúñiga Gamarra:
“La belleza de las palabras
y los números”

4. Comentario a la exposición
de Agustín Zúñiga Gamarra
Modesto Montoya

5. Entrega de distinción e imposición
de la medalla de Capulí, Vallejo y su Tierra:
César Vallejo Ynfantes

Vino de honor

Teléfonos Capulí: 420-3343 y 420-3860
capulivallejoysutierra@hotmail.com
planlector@hotmail.com

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ARTE,
CIENCIA
Y CULTURA


PLAN LECTOR
PLIEGOS
DE LECTURA

NECESARIO PASO
DEL CONOCIMIENTO
A LA SABIDURÍA

Danilo Sánchez Lihón

Hay cuatro clases nefastas
de ignorancia, que causan
graves males en el mundo:
a. Saber mal lo que se sabe.
b. Saber lo que no se debiera saber.
c. No saber lo que sí es fundamental
e imprescindible saber.
d. Saber una parte insignificante,
sin entender el todo.

1.


Para esclarecer algunos aspectos básicos que subyacen en el fondo del problema del conocimiento, es necesario hacer algunas consideraciones en razón a determinado factores básicos de las relaciones de este con el espacio y con el tiempo.

Y lo primero que se impone reconocer en la primera de estas categorías es que se han alzado tapias que es necesario romper, echar abajo tabiques y barreras que han oscurecido y entenebrecido los espacios.

En suma hay que derrumbar cercos y alambradas erigidas artificialmente para dañar y malograr el mundo y la vida.

Cuando incursionamos en esta reflexión las primeras paredes o cercos que impiden la visibilidad son las murallas que se han erigido entre disciplinas del conocimiento. De allí que los primeros muros que deben estallar, desmoronarse y romperse son los de las academias, escuelas y cofradías.

Porque son muros que separan, disocian y aíslan estas actividades y no sólo unas de otras, y al interior de ellas mismas, sino que las desvinculan del acontecer diario, social, y del desarrollo histórico de los pueblos.


2.


“Dividir para reinar”, era la frase favorita de Luis XV y sabemos ahora cuánto ello representa de dominante y corruptor, como expresión del pensamiento totalitario y fundamentalista.

El concepto de grupo, círculo o clan; como también el de tal arte o tal ciencia, disciplina o asignatura, el local de arte en el campo de la cultura, o el de plantel escolar en el campo de la educación, reducen dichas manifestaciones y actividades humanas, que son amplias y abiertas, confinándolas a lugares exclusivos y formales.

De allí que tenemos que hacer el esfuerzo de pensar el mundo como el espacio vital, como tenemos que pensar y reivindicar el espacio cultural, educativo y de las comunicaciones libres y no canalizadas, en donde se manifiesten aquellas actividades con toda riqueza, vivacidad y plenitud.

Y dar el paso o salto que va del conocimiento para constituir y asumir lo que es la sabiduría.

Porque la caída en que estamos sumergidos es por las delimitaciones, los reduccionismos, la defensa de circunscripciones, siendo el sistema de la tenencia y plusvalía el que ha levantado cercos, muros y barreras, logrando separar, confinar y marginar espacios y derroteros.


3.


Porque el saber, así como el conocimiento y la cultura, están constituidos también por las manifestaciones de la calle, la cotidianeidad, la fiesta popular, aspectos que la ciencia, la educación y la cultura no conocen, ni siquiera tocan y, es más, que rechazan o menosprecia.

La educación de este modo ha quedado encerrada detrás de unos altos muros, que son los mismos que rodean a los centros educativos, dentro de los cuales se han erigido esquemas, asignaturas, medios y lenguajes que no tienen ninguna relación con la historia real ni con la vida.

La comunicación, asimismo, está enajenada, atrofiada y distorsionada, en manos de unos dueños que representan el poder económico y de negocios, que también han fortalecido sus búnkeres.

Han cercado sus espacios, sus áreas territoriales que amplían y enajenan cada vez más, así como delimitado sus ámbitos de acción.

Casi todos han cerrado sus puertas, han dado las espaldas a la realidad y sencillamente han negado y siguen negando la vida.


4.


Cuando nos planteamos este problema en relación al conocimiento, tenemos que partir de la primera constatación espacial, cual es nuestro cuerpo. Ese es el principio rector, pero que ha sido olvidado, maltratado y vilipendiado, o simplemente dejado de lado para todo saber, como también negado para toda educación, o para toda cultura, y que en el mejor de los casos no se lo toma en cuenta. Deberíamos hacer la salvedad aquí y recapacitar que sí hay un área, como es la medicina, que se ocupa de él y lo adopta como objeto de estudio, pero esto es como naturaleza física y más aún: como materia enferma.

Marshall McLuhan en su obra. “La comprensión de los medios como las extensiones del hombre”, nos explica la evolución de determinados inventos como una extensión de los órganos corporales. Y nos dice que así como la rueda fue la extensión de los pies, y la ropa es una extensión de la piel; así la conversación del oído y la imprenta de la vista, así como muchas otras manifestaciones mecánicas y culturales. Así, ahora, los artefactos electrónicos no vienen a ser sino prolongaciones de nuestro sistema nervioso, punto de partida y fundamento que hemos olvidado por completo, es decir son prolongaciones de nuestro cuerpo.


5.


Pero además de una consideración espacial hay otra categoría esencial en el tema del conocimiento, cual es el tiempo, en donde lo primero que reconocemos en nuestras sociedades es una desigualdad de ritmos históricos de avance y evolución en su uso y dominio.

Si hiciéramos un corte sincrónico reconoceríamos que en una misma época conviven formas arcaicas y milenarias, con otras tradicionales, otras presentes, actuales, sintonizadas con el aquí y ahora, y otras sofisticadas y futuristas, de tecnología avanzada o de punta.

En el Perú, por ejemplo, coexiste el desarrollo social más próspero, como puede ser la sociedad informatizada, o la relación demanda oferta por canales muy refinados, pero cohabitando con la sociedad más primitiva, atávica y aferrada a valores muchas veces incomprendidos.

Los problemas de la pobreza, de las terribles injusticias, de mundos tan escindidos, como es el caso de las poblaciones aborígenes en relación al mundo súper tecnificado, tienen que también ser reconocidos y asumidos.


6.


De allí que uno de los grandes fines del conocimiento, como de la educación y de la cultura en general, sea resolver estas dicotomías, desniveles y conflictos de los distintos ritmos históricos.

Corregir los abismos culturales y sociales, las ambivalencias de mundos desencontrados, como existen actualmente entre nosotros, y que debemos acometer el desafío de enmendar y acompasar.

Y, todo ello, rescatando los valores que se dan en una y otra vertiente para hacer de nuestros países, sociedades síntesis, mestizas en la extensión plena y profunda del vocablo.

Por eso, un compromiso ético a resolver es que los desposeídos y marginados históricamente no solo tengan el acceso formal a la educación, a la cultura y a la ciencia, que a las finales es una mentira piadosa de una democracia para todos, que realmente no existe.


7.


Sino más bien que el sistema social se oriente efectivamente a apoyarlos y a favorecerlos, estimulándoles para asumir un rol creador en relación a su cultura.

En el campo de la educación superando la repitencia de los más pobres, la deserción escolar de los que económicamente menos pueden. Impidiendo la frustración de quienes no pueden continuar un nivel siguiente, concluido el anterior, porque la situación de miseria los obliga a no aspirar a los estudios superiores.

Frente a la diversidad de ritmos de evolución, no se trata de modernizarlo todo, de rechazar lo tradicional y optar a tabla rasa y a ojos cerrados por la innovación y las tecnologías altamente desarrolladas, porque esta sería una posición unilateral, dogmática y sectaria.

El hombre, como todos los seres en relación al tiempo, vive como una continuidad del pasado, una inserción en el presente y una proyección al futuro.

Como ocurre en el campo del conocimiento donde hay un compromiso con el presente, con la actualidad y la circunstancia que nos ha tocado vivir, pero también con lo que es intemporal, es decir con lo perdurable.


8.


En relación a todo lo dicho, también es natural pensar que es de un legítimo futuro este diálogo que extraigo de un libro titulado “Háblame del sol”, de Ángel Esteban, en donde el niño inquiere:

– Abuelo, háblame del sol.
Hubo un largo silencio: luego el abuelo habló:
–Es redondo y amarillo, y al atardecer se torna rojo.


Que nos señala una esperanza al fondo de una tragedia: Volver a la sencillez de las cosas en donde el niño que no sabe del sol vuelve a la voz antigua del abuelo que guía, conduce y sabe a fin de conectarse y reivindicar al sol en nuestras vidas.

No es prohibitivo de los grandes cambios, que han de ocurrir en el futuro, el sentido de lo simple, elemental y natural de las cosas. Que sea una opción de las grandes revoluciones, que ocurrirán en el futuro, volver a coger la mano del “abuelo” como ser que protege, orienta y aconseja.

Y a estas características muy sencillas pero reales y verdaderas de las cosas corresponden ahora el derrotero de la cultura que nos corresponda forjar desde el mundo andino:

“... es redondo y amarillo y al atardecer se pone rojo”.



Texto que puede ser reproducido
citando autor y fuente


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martes, 16 de noviembre de 2010

DÍA MUNDIAL DEL AIRE PURO


CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
Construcción y forja de la utopía andina

PRÓXIMAS
ACTIVIDADES

– SÁBADO 20 DE NOVIEMBRE, 7.00 PM
Homenaje y conferencia
AGUSTÍN ZÚÑIGA GAMARRA
“La belleza de la palabra y los números”
Semblanza: ARMANDO ALVA
RADO
Comentario: MODESTO MONTOYA
Imposición de medalla:
CÉSAR VALLEJO Y
NFANTES


– MIÉRCOLES 24 DE NOVIEMBRE, 7.00 PM
Distinción y Recital
MARIANA LLANO
Directora de la Asociación Cultural
Iberoamericana Manuel Scorza, Barcelona
Presentación:
CARLOS CASTILLO MENDOZA
Memoria de Manuel Scorza
DANILO SÁNCHEZ LIHÓN

Aula Capulí: Tacna 118, Miraflores.
Cuadra 2 de la Av. Angamos Este
Entre Av. Arequipa y Paseo de la República

Ingreso libre.
Se agradece su gentil asistencia

Teléfonos Capulí: 420-3343 y 420-3860
capulivallejoysutierra@hotmail.com
planlector@hotmail.com

ºººººººººº

EFEMÉRIDE
3º DOMINGO DE NOVIEMBRE

DÍA MUNDIAL DEL AIRE
PURO

PLAN LECTOR
PLIEGOS
DE LECTURA


TRANSPARENCIA
EN EL MUNDO
ANDINO

Danilo Sánchez Lihón

1.


Aún es noche oscura y profunda, pero ya la hora avanza rodando inatajable.

De pronto el silbo agudo de un pajarillo perfora el hueco de las tinieblas con un piído penetrante que se desprende desde algún nido recóndito oculto entre el ramaje.

O que se abriga en los carrizos del alero bajo el tejado.

Con él se expande un tenue claror de nardo y rosas. Y con su trino se anuncia un nuevo día.

Esa avecilla ha despertado al universo entero.

Desde su pico y desde su leve canto la vasta extensión de la vida se tensa y se estremece; deja su letargo, se remueve y despierta.

Todo parece haber sido hincado por ese canto milagroso.


2.


Los cerros se desperezan entre cristalinos y soñolientos.

Y todo, poco a poco, recobra el frenesí a partir de aquel tenue gorjeo.

¿Cómo es que una señal tan diminuta haya dado inicio al portento de esta explosión?

¿Cómo es que la hilacha de un silbido haya desencadenado esta orquesta atronadora de sones, latidos y el fragor de la creación?

¿Cómo es que desde este minúsculo gesto el mundo entero otra vez revive y se inquietan gozos y pesares?

También han despertado las voces candorosas de la gente que se revuelve en sus lechos:

– ¡Ya es de madrugada!


3.


– ¡Ya amaneció!

Y las otras voces de la gente que ya avanza por los caminos, trayendo de los campos romero, cebolla, cilantro y hierbabuena.

Y que ofrecen sus atados en la calle repentinamente develada.

– ¿A cómo están las clavelinas?

– A real el ramo, señora.

– Pero ni una de color blanco has traído.

– Aquí hay una, mamita.

– ¡Pero qué es una entre tantas flores amarillas, rojas y azules!

– Las avispas pican a las blancas, por eso no hay.

– Y, ¿por qué las pican?


4.


– ¡Por su pureza los persiguen los moscardones!

Amaneceres que hacen sentirnos al principio pálidos y ojerosos. Y después radiantes, mirando la tierra humedecida.

Los muros llenos de flores. Y los rastrojos del alba temblando en los dinteles de las ventanas.

¡Ya se astilla el espejo del sol en los bordes de los cerros, deshaciéndose en brillos multicolores!

Pronto, el ruido de las hachas llega acompasado con su retumbo, volviendo a caer sobre los troncos.

Y empieza el rezongar de las cocinas que restallan y humean en el horizonte.


5.


Ya en los caminos, y de un momento a otro, explosiona el sol.

Pero primero ha despuntado coronando la cresta de los cerros.

Luego se extiende dorando las colinas y esparciendo mixtura en los bosques lejanos.

Hasta estallar de un momento a otro en nuestra frente y en nuestros pies.

Hace nítidas en las cercas, las campanillas violáceas, las margaritas de las acequias.

Y esas flores blancas y pequeñas que llamamos “lágrimas de novia”, que crecen en los muros y siempre al borde de los senderos.

El brillo del sol es de oro en los adobes de tierra de las casas humildes.


6.


Y es que cada paja, cada brizna de hierba, cada minúsculo grumo de cuarzo, pedernal o arenisca, unida a la arcilla de la pared, producen esa aureola que irradia el adobe honesto de la casa pobre.

Y he aquí que sobre ese muro se alza el canto del huanchaco pecho colorado. Y el vuelo de la queruquenga blanca y negra.

Cruza de sombra a sombra la flecha en el suelo del zorzal ufano.

Bajo el sol se dilatan las hondonadas, los barrancos y los desfiladeros, Los potreros por donde se deslizan los ríos impetuosos.

También se calienta al sol de la mañana la lagartija verde, madre de las tunas, hada vivaz de las pencas y diosa de las grietas, de los agujeros y de los escondrijos.


7.


Retazos de colores se esparcen por lomas y planicies, por bajíos y altozanos.

Todos los campos están sembrados con diversidad y variedad de cultivos:

Donde relumbran y hasta brillan el blanco perla de la cebada, el esmeralda tropical de los maíces y el amarillo oro del trigo.

Hacia aquel lado se extiende el anaranjado traslúcido de una chacra de ollucos.

Allá el morado y blanco de una parcela de habas, ya en flor.

Aquel cerco amarillo es de mostazas. Y el otro escarlata es de plantas de sugán.

Esto ocurre en el terreno de llanura o secano.


8.


Pero mirando hacia arriba, hacia la cumbre de aquel promontorio, casi encima nuestro resplandece un retazo de verde translúcido, parejo e intenso.

¡Es un sembrío de alverjas!

Una gota de pasión, una lengua de luz entre los abrojos.

Es una fuente cristalina en vertical suspendida sobre los abismos.

Está en plena ladera. ¡Qué digo ladera! ¡En una pendiente escarpada!, casi a plomada, entre rocas abruptas y alturas de miedo.

Es un pedazo de tierra sembrada que se distingue también desde esta ventana, en esta casa en la curva del camino donde acampamos.


9.


Desde aquella cima fulgura el verdor del sembrío hacia la redondez de toda la comarca.

Y allí florece. En lo alto de los farallones.

No sé cómo hará el hombre o la familia que lo cultiva para haber hecho los surcos, para dejar caer la semilla, para hacer el deshierbe, el aporque.

O para regarle agua los días de estío.

Y después cómo recogerá el fruto en sus vainas de jaspe, sin caerse al barranco.

Porque, ¿quién puede subir allí y permanecer sujeto en ese precipicio?


10.


¿Quién puede hacer un remiendo de verde al borde de un peñasco?

¿Y sembrar entre las zarzas silvestres de un risco?

¡Sólo ustedes, padres míos, campesinos de mi aldea!

Forjadores de la altura, la transparencia y el vértigo.

Talladores de lo que es límpido, puro y absoluto.

Dueños impertérritos del coraje y del valor.

Donde mujer y marido llevan envuelto al hijo tierno y le hacen su cuna en esas alturas.

En algún recodo delgado del ventarrón que sabe lo que no debe arrastrar a las hondas cañadas por donde muge bravío.


11.


Porque la tierra ofrece sus dones, pero el valor del hombre agrega a su inmensidad el heroísmo del construir cotidiano.

De allí que pronto la neblina de la alborada se va destejiendo. Y llega subiendo de la hondonada.

Ya se desmaya por las paredes y se deja caer por el suelo.

Semeja la pelusa de un durazno en flor. O el vello tierno en el cuello de una niña recién nacida.

Es un blanco perla que se deslíe entre el verde fuerte de los sembríos y el azul añil del cielo.


12.


– ¡Ya está crecido el aviar! –le dice el hombre a la mujer mirando sus campos florecidos.

– Para mayo será la recogida.

Para mayo también nacerá el hijo que la mujer lleva en las entrañas.

¡Es la tierra donde han brotado las espigas!

Hay un mecerse acompasado de tallo con tallo.

Y un susurro al rozarse de una hoja con la otra hoja, bajo el susurro del viento.

Y así como del piído de la avecilla insurge el pasmo de la creación; del sueño, del brazo y el pundonor de los hombres florecen los campos cada día.



Texto que puede ser reproducido
citando autor y fuente


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jueves, 11 de noviembre de 2010

TALLER A CARGO DE OMIRA BELLIZZIO


CAPULÍ, VALLEJO Y SU TIERRA
Construcción y forja de la utopía andina

SÁBADO 13 DE NOVIEMBRE
7 PM. AULA CAPULÍ
CREATIVIDAD
LITERARIA
INFANTIL
TALLER A CARGO DE
OMIRA BELLIZZIO
Poeta y educadora venezolana
SÁBADO 13 DE NOVIEMBRE,
2010, 7.00 P.M.
Aula Capulí: Tacna 118, Miraflores.
Cuadra 2 de la Av. Angamos Este
Entre Av. Arequipa y Paseo de la República
Ingreso libre.
Se agradece su gentil asistencia
Teléfonos Capulí: 420-3343 y 420-3860
capulivallejoysutierra@hotmail.com
planlector@hotmail.com

ºººººººººº
PLAN LECTOR,
PLIEGOS
DE LECTURA
OMIRA
ENTRE NOSOTROS
PARA SIEMPRE
Danilo Sánchez Lihón

A.

Omira tiene alma de niña e imagen de flor, de belleza exótica como corresponde por haber nacido en los llanos orientales de Venezuela, en Maturín, Estado de Monagas, muy cerca de las Cuevas del Guácharo y el Delta del Orinoco.

Vino desde Valencia, en donde reside, para participar en Capulí 11, Vallejo y su Tierra, certamen desarrollado en Santiago de Chuco en mayo del año 2009.

Ya le nació en el Perú un libro que se publica ahora con el titulo de “El colibrí y la luna”, habiéndome hecho el honor de partícipar en su edición escribiendo el prólogo que le precede.

La incorporaremos pronto como hija adoptiva de la tierra de Vallejo, como hacemos con todos los seres que llegan a Santiago de Chuco y tienen en el alma la flor de ser altruistas, generosos, límpidos y vibrar con las emociones que embargaron a César Vallejo.

Y me encanta imaginarla a Omira laborando en una escuela campesina de mi tierra, viviendo para siempre entre nosotros, rodeada de niños, inmersa en esta tierra estremecida y en el corazón de la gente.

B.

Omira, además, tiene alma de ventana, de lápices de colores, del trazo titubeante pero esperanzado, de las silabas de los niños en sus cuadernos.

Pero igual, tiene el alma de lámpara votiva, de torre de campanario, de girasol, pese a que se la ve con gorro y bufanda en el carboncillo que le ha dibujado la mano magistral de Oswaldo Rojas Ruiz, talentoso artista plástico de mi pueblo.

Pero más, tiene Omira todas las sonajas, los cascabeles y las panderetas bajo su piel, para cantar como ella canta.

Sino escuchemos, y bailémoslo, el poema que ha dedicado a Santiago de Chuco:

CANTO A CHUCO
Chuc
Chuc
oh! oh!
Sabes de dónde
nace mi canción?
Chuc Chuc oh! oh!
No es el ruido
de un tren,
aunque su sonido
es parecido,
el Chuc Chuc
oh! oh!
y tenga ritmo
de tambor
es pura imaginación
No es un ave cantarina,
ni el viento abrazador,
ni la ventanilla
que golpea
cuando viene
un ventarrón

Chuc Chuc
oh! oh!
es que soy de Chuco,
si señor!
Calle abajo
y por los campos
vivo
lleno de ilusión

Chuc
Chuc
oh! oh!
el amor por ésta tierra,
verde
y con olor a flor
de mi Chuco
va el canto
Chuc Chuc
oh! oh!
Que guarda la poesía
el misterio
y el don
de la palabra viva
que brota del corazón

Cuna de César Vallejo,
nuestro ilustre escritor
Chuc Chuc oh! oh!
Soy de Chuco
Sí, señor!

C.

Le atraen los niños y deja todo por ellos, quienes la rodean porque reconocen en ella el ángel que lleva.
Es un hada, una maestra genuina, una poetisa de verdad.

Cuando hay niños en un patio, en un corredor, o en un salón solo tiene ojos, oídos y atención para ellos. Se lo siente entonces despertar en la luz y vibrar.

Es su aire, su leche y su miel. Con ellos conversa, con ellos se abraza, con ellos se acompaña por la calle.

Para ellos escribe poemas. Pero también otros poemas de ensueño, como este:

Cuando me llamas Princesa
tintinean acordes
perfectos a mi oído
y Bethoven
se hace eco del silencio
en un beso
apartado por los siglos
No tengo los cabellos dorados,
Ni los cabellos largos
como el cuento,
solo soy esa Princesa
que albergas en tus sueños

Mi caballero
es poeta,
guerrero de noches largas
y soles eternos,
sigue resistiendo a los dragones
de estos bosques
de concreto

De su corazón teñido de rojo
florecen besos primaverales
y versos somnolientos.
Cabalga hasta encontrarme
todas sus existencias
conjurando el tiempo...
Hasta alcanzar decirme:
mi princesa
a ti
siempre vuelvo

D.

He aquí el prólogo que escribí para su libro “El colibrí y la luna” y que aparece en él.

ENDECHA
DE AMOR

1.

Niños, ya saben. Cuando correteen por el patio, la escalera, el jardín o la vereda, o cuando salgan al campo, recuerden que estamos pisando el plumaje, las alas y el pálpito de un colibrí enamorado.

Que fue traído aquí suavemente por la luna después de su proeza de llegar aleteando de amor hacia ella, e hizo que con su cuerpo ilusionado se cubra el planeta Tierra y la vastedad del universo. Y que ella sale cada vez y alumbra para adorarlo.

Cada textura que palpamos, cada aroma y reflejo es el cuerpo, el hálito y el sueño del colibrí.

La Tierra en donde estás en este momento, así sea que estés subido a un columpio o tendido en tu lecho, es el cuerpo y el alma del colibrí henchido de amor.

Siendo así, habitamos una tierra sagrada: las alas traslúcidas, el corazón tembloroso y el alma arrobada del colibrí. Y eso es maravilla y celebración.

2.

Pero no solo se nos muestra aquí eso, sino que vivimos en un mundo enamorado. Que cada grumo de arena y de azúcar, como los guijarros en las playas o los libros en los estantes están enamorados unos con otros, por eso están juntos.

Nos recuerda Omira en este relato algo fundamental y que no debemos olvidar nunca: que cada presencia del universo es una comunión de amor: el agua, las casas, las piedras.

Por eso, a partir de ahora, cuando caminemos por cualquier lugar, saber que pisamos las venas de quimera y tornasol del colibrí que se enamoró de la luna.

Y eso no ocurrió antes ni fue una sola vez, sino que acontece cada día, cada instante vuelve a ser así siempre: la luna asoma y extiende su manto de amor al colibrí. Y junta uno sus alas con las alas del otro extendidas en cada cosa que acariciamos.

3.

Nos muestra el cuento de Omira, que en ti, como representante de esta Tierra, vive la pasión del colibrí.

Que tú eres el colibrí, o bien la luna. Que tú palpitas como él, o como ella. Y te llenas de valor para emprender el vuelo y realizar a cabalidad tu destino.

Que te convertirás en pradera, en río, en arco iris. O en una paleta de colores que cada día hace más luminoso y fecundo el universo.

Que tienes que fortalecer tus alas. E iniciar tu viaje hacia dentro, hacia arriba, hacia abajo, o más allá de la bóveda sideral.

Si eres el colibrí subirás a la luna enamorado. Y si eres luna te inclinarás a la tierra para defenderla.

4.
Nos recuerda que no hay imposibles que valgan. Porque el colibrí afronta el imposible y lo vence.

Que no hay nadie a quien hacerle caso que nos ataje de ir tras nuestro ideal, ni siquiera las estrellas.

Que todo se logra y vence por el entusiasmo para lograr alcanzar la realización que nos proponemos conseguir:

Que hay que pretender lo sublime y superior.

Y se consigue viniendo de muy lejos y yendo hacia lo distante, incluso uniendo contrarios, opuestos y diferentes.

Y que es amor verdadero cuando es eterno. Lleno de reverencia, devoción y silencio.

Este cuento en realidad es un conjuro, porque es un reverente homenaje al amor y porque dentro hay un misterio oculto.

Sopla tu aliento en sus páginas y se realizará el amor que tú anhelas.

5.

Y lo que no debemos de olvidar ni tú ni yo, es que hay un ser en el mundo que ha nacido con un don, un halo, una magia: la de tener el alma imperecedera de niña.

Que nació con un rubí en la frente, en los ojos y en el corazón.

Porque ser niños es un ideal, una misión y hasta una utopía. Y solo porque siendo así se puede escribir esta endecha de amor.

¡Oh gracia suprema que pueda haber un alma, tierna, sensible, ilusa, capaz de ver estos lazos y asuntos que están sumidos en las sombras, y tejer estas historias que nos engrandecen!

Quiérela para siempre. Y síguela en todo lo que ella hace y escribe. Y alcánzala por donde vaya. ¡Es un ángel!

Danilo Sánchez Lihón
Director del Instituto del Libro y la Lectura
y de Capulí, Vallejo y su Tierra. Perú.

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