Santiago de Chile, 27 de Febrero del 2010
Querida familia, amigos, capulís:
Gracias por su preocupación y afecto, que lo siento muy sincero, por lo que pueda haberme sucedido en el terremoto desatado en Santiago de Chile esta madrugada.
Ha sido una experiencia atroz. Pero gracias a Dios en el instante en que parecía que todo se hundía yo tenía los ojos muy abiertos y esto me fortalece. Todo se caía y la ciudad quedó a oscuras. Sin embargo, en ningún momento perdí la calma, cuando otras personas daban gritos, lloraban, estaban en shok, desmayadas; sobre todo ciudadanos europeos, brasileños e incluso aquellos que tienen tradición de terremotos como japoneses y últimamente caribeños.
Estoy en el noveno piso del hotel, he bajado a oscuras y con el polvo que me ahogaba por el desprendimiento del terrajeo de las paredes. Y que para aumentar el nerviososmo se lo confundía como humo, creyendo que se había desatado el incendio.
Mientras todo era locura, yo avanzaba tanteando la escalera tropezándome con escombros.
Todo se destrozó en las habitaciones del Hotel Royal San Francisco, de cinco estrellas, que queda en la principal avenida de Santiago de Chile, Bernardo O'Higgins.
El terremoto ha sido a las tres y media de la mañana. El aeropuesto está cerrado, se dice que van a demoler allí algunos edificios. Han suspendido las emisiones por televisión, al parecer para que no cunda el pánico. Nadie sabe cuando podrá salir de Santiago de Chile.
En el Perú debemos estar preparados para afrontar estas catástrofes.
Yo estoy bien, felizmente. El Congreso, que estaba programado hasta el domingo, se ha suspendido, muchos están viajando por tierra a Mendoza, en Argentina, para tomar sus vuelos. Yo esperaré tranquilo.
Con mi cariño,
Danilo
Gracias por su preocupación y afecto, que lo siento muy sincero, por lo que pueda haberme sucedido en el terremoto desatado en Santiago de Chile esta madrugada.
Ha sido una experiencia atroz. Pero gracias a Dios en el instante en que parecía que todo se hundía yo tenía los ojos muy abiertos y esto me fortalece. Todo se caía y la ciudad quedó a oscuras. Sin embargo, en ningún momento perdí la calma, cuando otras personas daban gritos, lloraban, estaban en shok, desmayadas; sobre todo ciudadanos europeos, brasileños e incluso aquellos que tienen tradición de terremotos como japoneses y últimamente caribeños.
Estoy en el noveno piso del hotel, he bajado a oscuras y con el polvo que me ahogaba por el desprendimiento del terrajeo de las paredes. Y que para aumentar el nerviososmo se lo confundía como humo, creyendo que se había desatado el incendio.
Mientras todo era locura, yo avanzaba tanteando la escalera tropezándome con escombros.
Todo se destrozó en las habitaciones del Hotel Royal San Francisco, de cinco estrellas, que queda en la principal avenida de Santiago de Chile, Bernardo O'Higgins.
El terremoto ha sido a las tres y media de la mañana. El aeropuesto está cerrado, se dice que van a demoler allí algunos edificios. Han suspendido las emisiones por televisión, al parecer para que no cunda el pánico. Nadie sabe cuando podrá salir de Santiago de Chile.
En el Perú debemos estar preparados para afrontar estas catástrofes.
Yo estoy bien, felizmente. El Congreso, que estaba programado hasta el domingo, se ha suspendido, muchos están viajando por tierra a Mendoza, en Argentina, para tomar sus vuelos. Yo esperaré tranquilo.
Con mi cariño,
Danilo
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